Dia 5: Spy x Family AU

54 10 1
                                    

12 DE AGOSTO

Habían convivido un año entero, Ishigami Senku, el mejor espía de Ishi y Matsui Kohaku, la mejor asesina de Katsu, y aun así, aun que se habían enamorado a lo largo del año, aunque habían criado de su pequeña hija adoptiva, Suika y aunque Senku estaba mas cerca que nunca de convencer al ex-primer ministro, Tsukasa Shishio de detener la guerra simplemente no cabía por su cabeza que la dulce; aunque de vez en cuando agresiva; mujer que lo había apoyado fuera ahora su enemiga.

—Kohaku...— se le quebraba la voz, no podía ser ella, algo estaba mal, la veía con los ojos totalmente desorbitados.

—Senku...—ella tenia la misma expresión, se sentía tan desubicada, su esposo era científico, eso le había dicho, se lo había mostrado, pero ¿entonces que hacia frente a ella con un arma apuntando su cabeza? Y ¿que hacia ella apuntando a su garganta con un cuchillo? Eran marido y mujer, este escenario era improbable.

"No, es totalmente probable, nosotros no estamos casados, solo tenemos un acuerdo"  a su mente llego el pensamiento con fuerza.

Era cierto, al conocerse en aquella sastrería solo habían acordado fingir ser pareja, pero ¿entonces por que el corazón le dolía con tal intensidad? Le habían pedido acabar con el mejor espía de Ishi, un tal Midoshi, jamas creyó que al llegar a su destino se encontraría al hombre con el que decidió compartir su vida, o algo así. Aun que ese año había sido hermoso en diversos aspectos, desde aquella extraña primera cita en la casa de una de sus compañera de trabajo, que usaba también de fachada, hasta aquella magnifica noche en la que se habían unido en más de un sentido, había disfrutado de cada momento a su lado, aun cuando una de las compañeras del trabajo de él trato de separarlos, él se mantuvo firme en su decisión de mantenerla a su lado y eso, junto con otras mil cosas en las que estaba involucrada su bella hija pequeña, Suika, había hecho que...

—Midoshi, pagaras por lo que le has hecho a mi nación—su cuchillo temblaba, era apenas perceptible, el arma de Senku hacia lo mismo, como podía apuntarle a aquella mujer, a esa leona fascinante al 10 mil millones por ciento, a ella que lo había apoyado cuando Suika gano su primer castigo en Edén o cuando habían ido juntos a aquel crucero, aunque iban separados la tarde que lograron pasar juntos había sido de los recuerdos mas felices que Senku guardaba en su memoria, de ella, de esa mujer a la que él...

—¿Lo que hice a tu nación? Yo trato de detener al homicida de Tsukasa, impedir una guerra, leona—.

—Silencio, forastero, no eres y jamas seras bienvenido a-aquí y no soy una leona—rayos, su voz flaqueaba.

¿Es que no había otra escapatoria? ¿Ahí terminaba todo? No.

"No dejare que todo termine así", pensó Senku para sus adentros y comenzó a bajar el arma bajo la atenta mirada de Kohaku, él la miro a los ojos.

—Kohaku, se que no quieres que todo termine así, yo no quiero, por favor, piensa en Suika, en nuestra hija, debemos estar para ella—

—¿No es tu hija, verdad?—Senku negó.

—La salve de un orfanato hace poco mas de un año—la guardia de Kohaku se vio verdaderamente afectada.

—Ella...—

—Sino regresamos se pondrá muy triste y probablemente la regresen al orfanato o peor—el arma de la mujer había descendido bastante.

—Hace poco descubrí su origen, es un experimento de una organización de Katsu, en un intento por hacer al ser humano telepata ella nació—

—¿Telepatía?—

—Si, ella puede escuchar nuestros pensamientos, ella siempre supo la verdad de ambos—Kohaku lo miro asustada.

—Mi niña, nunca dijo nada—Senku tomo el riesgo de acercarse.

—Pero, ¿recuerdas lo que dijo durante la entrevista en el colegio? Ella nos daba 100 puntos como padres, porque siempre quería estar con nosotros—las defensas de ambos se derrumbaron al pensar en su pequeña llorando en aquella fría sala tras recordar a su madre biológica, Kohaku se acerco.

—¿Como te llamas?—

—¿Disculpa?—

—Quiero saber tu nombre, Midoshi—él sonrió ladinamente.

—Jamas oculte mi nombre de ti, leona, soy aquel hombre que conociste en esa sastrería—ella tenia los ojos rojos, al borde de las lagrimas.

—No soy una leona, Senku—se abrazaron, se sintió como di todas las piezas de sus universos se volvieran a unir, por fin volvían a sentirse completos.

—Regresemos a casa, Kohaku— la beso y se tomaron de las manos, comenzaron a alejarse de la escena; no sabían que pasaría ahora, pero por muy sorprendente que parezca no pensaban en ello, en sus mentes solo existía Suika y el amor entre ellos, sentían que al estar juntos eran invencibles, de forma literal y metafórica.

Fin.

Cortito pero bonitooooo, tenia más ideas en mente pero no las lograba aterrizar, ademas tuve un día del asco por lo que escribir esto fue parte de mi terapia jeje, muchas gracias por leer, espero que les guste, no leemos mañana.

💖

Semana SenHaku 2022 Agosto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora