Día 4: Domestico

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10 DE AGOSTO

La vida de casados de Senku y Kohaku era lo que muchos llamarían fría, para ellos era cómoda, la verdad que solo se veían por las noches, con los horarios tan espantosos que manejaban ambos no era raro que apenas pasaran unas 10 hrs juntos a la semana, pero a ellos eso no les molestaba pues siempre estaban en contacto, por mensaje, llamadas o vídeo llamadas, siempre se estaban preguntando por el día del otro y eso les daba paz, ademas las horas que se podían ver charlaban largo y tendido sobre el futuro, se abrazaban en la cama y si se sentían con animo tenían una noche de pasión, sin embargo las cosas se complicaron un poco cuando ella quedo embarazada.

—No me malinterpretes—dijo Senku viendo con una mueca los papeles que aseguraban el embarazo de su esposa—estoy realmente feliz, pero, ¿estamos listos? Apenas si nos vemos unas horas a lo largo de la semana, un hijo es una gran responsabilidad, leona—, ella le regreso la mirada.

—Lo se, Senku, yo también estoy en shock, y no soy una leona. Había pensado hablar con el comandante pedir que reduzcan mis turnos y posteriormente pedir una licencia de maternidad y...—

—¿Y cuando la licencia acabe?—ella suspiro.

—No lo se, tal vez debamos pedirle ayuda a tus padres o al mio, incluso a nuestros amigos que lo cuiden un tiempo en lo que nos adaptamos—

—Esa idea no me agrada, quiero que nuestro hijo sea criado y cuidado por nosotros, al menos hasta que sea lo suficientemente grande, pero se que quieres trabajar, ya hemos hablado de esto, tu me apoyas, yo te apoyo— se miraron con dulzura, antes de casarse habían hablado de todo, era por eso que su vida actual no les molestaba, era un acuerdo mutuo; querían esperar antes de aventarse a la misión de la paternidad pero un ligero desliz de parte de ambos los había metido en esto, mucho antes de lo previsto.

—Voy a renunciar a mi trabajo,—dijo Kohaku después de un momento de pensarlo, él la miro asorado.

—Es broma, ¿verdad?—ella negó con la cabeza.

—Trabajare lo mas que pueda con el embarazo, cuando deba pedir la licencia en lugar de pedirla voy a renunciar y cuidare a nuestro hijo, tienes razón, de verdad me gustaría que lo cuidemos y criemos nosotros, no me quiero perder ni un segundo de este bello ser que esta creciendo dentro de mi—dijo con suavidad frotando su vientre, Senku estaba en shock, otra vez, le tomo la mano.

—¿Estas segura? No quiero que renuncies a nada solo por otorgarme ese capricho—, ella poso su mano libre en su mejilla.

—Estoy segura, al 10 mil millones por ciento,—río ante la frase,— y no es un capricho, es la verdad, solo espero que tu también abras espacio en tu agenda para que esto funcione, ¿si?—Senku asintió sin dejar de mirarla.

—Lo haré, te juro que lo haré, al 10 mil millones por ciento—, rieron un poco.

—Bien, eso es suficiente—.

Y así lo hicieron, Kohaku hablo con el comandante le dijo que dentro de unos meses tendría que renunciar, trabajaría hasta donde pudiera pero que seria de gran ayuda si la movía de las patrullas y le daba un puesto de escritorio, el comandante también era padre por lo que hizo en su poder para darle esas concesiones a Kohaku lamentando perder a un miembro tan valioso como ella, Senku en cambio hablo con Xeno y le contó la noticia, le pidió no solo guardar el secreto sino que también redujera sus horarios, ¿y quien era Xeno para negarle algo a su alumno y colega favorito? Nadie, le ayudo en todo lo que pudo y le dijo que si necesitaba algo siempre contaría con él, Senku se lo agradeció, aquella noche con su esposa nuevamente tenían mucho de que hablar.

—Bien, trabajare hasta el octavo mes y descasare todo el noveno, mientras tanto con mi nuevo horario salgo a las 6pm, ¿sabes que doctor me podría monitorear?—

Semana SenHaku 2022 Agosto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora