Dia 5: Boda

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6 DE AGOSTO

Senku y Kohaku tenían apretadas agendas que debían cumplir estrictamente pues él era un científico muy famoso y ella su guardaespaldas, se la vivían viajando y al ser Senku el descubridor de la Medusa, era lógico que mucha gente lo buscara, así que Kohaku no se podía separar de él ni un minuto, por lo que después de tantos años de amistad llegaron al punto de amarse de forma romántica.

Se habían comprometido cuando Kohaku había sufrido un accidente que la dejó en el hospital un tiempo y Senku se dio cuenta de que verdaderamente no podría vivir sin ella a su lado, cuando ella ya estaba mejor y le dieron el alta fueron a casa de Senku, él se había ofrecido a cuidarla, tras unos meses de recuperación le pidió acompañarlo a su laboratorio, pues había hecho otro gran descubrimiento.

—¿Otro? Senku no te dejan en paz con la Medusa, y ahora ¿otro? Ten piedad de tu equipo de seguridad—, Senku rio.

—Vamos, leona, ¿que es un poco más de trabajo?—

—No soy una leona, idiota; claro, olvidaba que te encanta explotar a la gente—Senku río aún más alto, estaban tomados de las manos y caminaban a través de los pasillos del edificio hasta llegar al laboratorio de Senku.

—¿Y que descubriste?—pregunto con curiosidad la chica.

—Algo muy importante, revolucionario, me atrevería a decir, cambiará nuestras vidas para siempre, al 10 mil millones por ciento seguro,—Senku no la miraba.

—Bien, ya estoy interesada—río.

Al llegar al laboratorio había una extraña montura de diversas cosas conectadas entre ellas, algunas las reconoció Kohaku, estaban montadas sobre un aparato extraño con tubos de ensayo y otros utensilios científicos, miro a Senku extrañada.

—¿Qué es todo esto?—

—Pronto lo veras, leona, ven—demasiado curiosa dejo pasar el apodo, el peliverde jalo su mano hasta llegar al inicio de la montura, ahí había una pequeña montaña que tenía una bandera de Japón, un cohete espacial y un arma, todo a miniatura, entre las cosas había una pequeña pelota.

—Matsui Kohaku, hace siete años llegaste a mi vida de forma salvaje y alocada, al 10 mil millones por ciento seguro, peleaste con mi guardaespaldas, lo derrotaste, me insultaste y rompiste al menos una docena de tubos de ensayo nuevos que me habían regalado—. Kohaku lo miro sumamente apenada y sonrojada.

—Ya te pedí perdón por eso—Senku rio.

—Déjame terminar; pese a todo decidí contratarte y fue una de las mejores decisiones de mi vida, al 10 mil millones por ciento—el joven camino hacia la primera montaña y empujo con un dedo la pelota, esta avanzo lentamente, Senku que nunca soltó la mano de su chica la guió por el mismo trayecto que la pelota seguía, esta tiro un frasco que cayo a un matraz.—Jamas olvidare nuestro primer viaje a Estados Unidos—la pelota hizo una parada en una segunda montaña, tenia la bandera estadounidense, una bala y un hospital, Senku la miro—me salvaste la vida al realizar primeros auxilios cuando me dispararon y después me llevaste al hospital— a ella se le aguaron los ojos.—se que el recuerdo no es muy agradable pero te tenia a mi lado y eso fue suficiente— Senku volvió a empujar la pelota que ya había tirado un segundo frasco al matraz, ellos siguieron su trayectoria,—o como olvidar cuando nuestro avión se estrello en el Amazonas y caminaste conmigo en aquellas tierras calientes, con tus sexis botas de goma—ella rio.

—Amaba esas botas—, Senku la beso.

—Lo sé—la pelota había llegado a la tercer montaña, era una mini replica de la selva amazónica, tenia a un costado la bandera de Brasil y en su centro había un mini par de botas de goma, idénticas a las de Kohaku, la pelota tiro el tercer frasco.

—Recuerdo cuando fuimos a España y lo hermosa que lucias con aquel traje típico mientras bailabas flamenco—la pelota llego a la cuarta montaña, tenia la bandera española, un pequeño vestido de flamenco así como una rosa y zapatos de baile—aun con todo te las arreglaste para noquear a cinco hombres que venían a secuestrarme, tu vestido quedo impecable, y ni un rasguño en tu piel—. Senku empujo nuevamente la pelota, que ya había tirado el cuarto frasco.

—Y, ¿como olvidar aquella ida a Mónaco, en aquel casino de Monte Carlo luciendo tu bello vestido amarillo con esas seductoras medias rojas? Lucias divina y aquella noche ya no pude resistir mas lo que mi corazón sentía por ti...—

—Fue nuestra primera noche juntos...—

—Si, fue nuestra primera noche juntos—aquella montaña era custodiaba por un bello modelo a escala de un casino en Monte Carlo, tenia monedas a su alrededor así como  un corazón verde con amarillo custodiaba la entrada, la pelota tiro el quinto frasco.— sin embargo no fue hasta París, unos meses después que te pedí ser oficialmente mi novia— la pelota y ellos ya habían comenzado a andar llegando a la sexta montaña, esta tenia a la Torre Eiffel en medio de todo, bajo ella había unas pequeñas replicas de ellos dándose un beso, la pelotita bordeo la Torre y tiro el sexto frasco al matraz, Kohaku tenia los ojos llenos de lagrimas, recordando cada momento hermoso, por fin llegaron a la ultima montaña, esta tenia nuevamente la bandera de Japón y una replica muy exacta del edificio donde trabajaba Senku, era decir el mismo donde estaban ellos, con la diferencia de que el edificio a escala tenia un hoyito arriba; la pelota llego antes que ellos y tiro el séptimo y ultimo frasco al matraz; la mezcla comenzó a cambiar de color, pasando por diferentes tonos, hasta terminar siendo un cristalino liquido transparente.

—Mi querida leona, ha sido un gran viaje de siete años, hemos sentido de todo el uno por el otro, siempre supe que sin ti estaría perdido, en muchos sentidos, al 10 mil millones por ciento seguro, pero con este ultimo incidente me he dado cuenta de que sin tu presencia a mi lado es como si me faltara el aire, te necesito tanto como el hidrógeno al oxigeno para ser agua, y estoy dispuesto a confesar que aquel Dios en el que no creo te puso en mi camino para amarte—por primera vez en la noche soltó la mano de Kohaku, camino hacia el matraz, lo tomo del cuello y vertió su contenido por el hoyito que tenia encima su edificio, el contenido al entrar en contacto con otros químicos que tenia Senku preparados dentro del edificio crearon una diminuta explosión, el edificio se derritió y en su lugar quedo una pequeña caja de terciopelo negro, Kohaku la miro con curiosidad. El chico peliverde la miro y luego camino hacia la cajita, la tomo entre sus manos y regreso al lado de Kohaku.

—Kohaku, ¿sabes por que entre todos los lugares posibles la ultima parada de la pelota fue el modelo a escala de este edifico?—

—¿Por que amas tu trabajo?—Senku se rio.

—Es verdad, pero no es la razón principal—se puso de rodillas ante la mirada consternada de ella.—Matsui Kohaku—abrió la cajita dejando ver un hermoso anillo de compromiso dorado con detalles en azul y blanco, el diamante del centro era de dos colores, amarillo y verde, formaban un perfecto circulo,—¿te casarías conmigo?—Kohaku se soltó a llorar mientras asentía y repetía una y otra vez "Si".

Senku le puso el anillo, se levanto y la abrazo, se besaron, pero no era como ningún beso que se habían dado antes, este beso más que pasión desprendía magia, Kohaku sentía que en cualquier momento volaría, al separarse por fin hablo.

—Muchas gracias, Senku, por hacerme la mujer mas feliz del mundo—, él le sonrió.

—Gracias a ti, leona, por estar a mi lado todo este tiempo y querer estarlo el resto de nuestras vidas—. Se vieron con profundo amor, ya solo faltaba una cosa que decir.

—Te amo—.

Fin, o no jaja

Pues buenoooooo, muy dulce no creen? Jaja, pero me encantó, les juro que quise llorar varias veces mientras lo escribía, quise hacer a Senku un "poco" menos seco y frío de lo que es normalmente porque para mi todo eso se va cuando esta con ella y se permite ser cursi, en fin, esta parte tendrá su continuación la próxima semana debido a que es uno de los temas que se repite para la semana SenHaku del 8 al 15 de agosto, así que esperenla, muchas gracias por leer, espero que les guste.

P.D: no se casi nada de química no me pregunte que derritió el edificio jaja

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