Día 6: Luna y Estrellas

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13 DE AGOSTO

Era su guía.

Era su sueño.

Fue su primer amor.

 Y se convirtió en el amor de su vida.

¿Como podía Senku ignorar al bello ser que se elevaba todas las noches para iluminar con su brillo a los miserables seres terrenales? Él como muchos antes que él se había enamorado de la Luna, desde niño había deseado permanecer a su lado, amarla, pero sabia que no había nada mas ilógico que eso, pero no se rindió, decidió estudiar, llenarse de conocimientos y algún día llegar a la Luna, llegar a ella.

Recuerda a la perfección aquella tibia noche de verano, había estado estudiando encerrado en su cuarto, pero su padre lo había obligado a salir, recordandole que tenia ya 3 días sin salir, que era verano y debía disfrutar; Senku no quería, pero ya era noche y al ver por su ventana la Luna, se dio cuenta de que tenia un brillo especial, y eso lo convenció de salir.

—No lo  hago por ti, viejo—, le recordó Senku a su padre que lo veía victorioso mientras se ponía la chaqueta en la entrada del departamento.

—No importa, lo bueno es que saldrás—.

Senku camino directo a un parque cerca del edificio de departamentos donde vivía, tenia un pequeño lago que no era muy concurrido y se podía ver a la Luna ser reflejada por el cuerpo de agua, al entrar al bosquesillo sintió un poco mas de frió, camino directo hacia lago, al llegar se sentó en una de las bancas que estaban cerca y miro hacia el cielo. Suspiro al verla, ahí estaba con todo su esplendor y magnificencia, rodeada por las estrellas, esos motores de energía cósmica que producen calor y luz, casi tan bellas como la Luna, le gustaba ver el cielo y contemplar las constelaciones, le gustaba ver la estrella del norte como recordatorio de todos los viajes que habían hecho sus antepasados y que habían ayudado en la evolución e investigación de la ciencia, no creía en los signos zodiacales ni nada de eso, pero le gustaba ver las constelaciones, era divertido encontrarlas; regreso la mirada a la Luna, su corazón comenzó a acelerarse y le hablo al satélite al comprobar que no había nadie que lo escuchara.

—Se lo que eres, uno de los cuerpos celestes del sistema solar. Eres el quinto satélite natural más grande y el único que tiene la Tierra. Con un diámetro ecuatorial de 3.474 km estás compuesta, esencialmente, por rocas. Y aun así, aun así desde que soy niño no puedo evitar pensar en ti como una persona, creo que me escuchas, que puedes verme, no creo en ningún Dios pero estoy dispuesto a creer en ti,—rio ante sus propias palabras—debo estar loco, al 10 mi millones por ciento—.

—No creo que sea así—se sobre salto al escuchar la voz de una chica, ¿quien era? Nunca la había visto pero se le olvido aquello cuando se dio cuenta de que ella lo había escuchado hablarle a la Luna; se sonrojo hasta las orejas. Ella rio.

—¿Escuchaste todo?—ella que había hablado por detrás de Senku y la cubría la oscuridad, se le acerco, cuando él la vio todo el aire abandono sus pulmones. La joven vestía un vaporoso vestido azul plateado, parecía no llegar al suelo y se confundía con la neblina, llevaba el cabello rubio suelto y sus ojos aguamarina lo miraban con picarda.

—He escuchado cada palabra que me diriges, Senku—, se sentó a su lado en el banco, Senku había recuperado el aire al escucharla hablar.

—¿Cómo sabes mi nombre?—

—¿Cómo no habría de saberlo si desde hace años hablas conmigo cada noche?—se miraron, había algo en la mirada de esa chica que le pedía a Senku que no apartara la mirada, como le pasaba con la Luna.

—Jamas te había visto—susurro, teniéndola tan cerca no se creía capaz de hablar mas fuerte.

—Me has visto cada noche desde tu ventana desde que eramos niños—ella también susurraba, sus ojos reflejaban las aguas del lago y el brillo de la Luna.

—¿Como te llamas?—

—Kohaku—.

—Kohaku, nunca te había visto, estoy seguro de que recordaría haber visto a alguien tan físicamente atractiva como tu—ella sonrió.

—¿Y si te digo que soy la luz guía de tu vida, aquella a la que amas aún con una distancia tan larga, la misma que llena de calidez tu corazón en ausencia del Sol? ¿Si te digo eso sabrás quien soy?—Senku trago saliva, estaba asorado y su cerebro trabajaba al máximo, solo había una persona o cosa a la que le había hablado con tal cursileria, se avergonzaba de si mismo, se tapo la cabeza con las manos, Kohaku rio.

—Por Einstein, que vergüenza— ella trato de quitarle las manos del rostro.

—No, fue bellisimo—, Senku por fin la miro tras un largo momento donde trato de hacer que el color de la cara le bajara.

—¿De verdad eres tú? ¿Realmente eres la Luna?—ella asintió con ternura, volvían a estar cerca, hablándose con susurros.

—La Luna y las estrellas, tan unidas desde la Tierra y tan lejanas en el espacio, solitarias rocas de fuego que iluminan el cielo nocturno, oh, Luna, si tan solo pudiera abrazarte, oh, Luna si tan solo pudiera escuchar tu voz, juro amarte eternamente, creo en ti, en que verdaderamente me escuchas y se que llegara el dia en que estemos juntos, en el que seas mía.—Kohaku había recitado uno de los pequeños "poemas" que Senku había escrito para ella, era horriblemente cursi, rio ante su pensamiento.

—Jamas pensé que escucharía de alguien más ese patético escrito—se rieron al mismo tiempo, Kohaku unió sus frentes, cerraron los ojos.

—Es mi favorito—.

—¿A que has venido, Kohaku?—

—Se cuanto quieres ir a la Luna, Senku—.

Era lo que él suponía, ella quería que la acompañara en su viaje de regreso a su casa y su corazón se vio verdaderamente tentado a aceptar, pero seguía siendo Senku, por lo que ya tenia su respuesta; con los ojos cerrados, acorto la distancia entre los dos y la beso, era un beso sin experiencia, lleno de ternura y pronto de agua salada, Senku fue el primero en separarse, ella lloraba.

—Sabes cual sera mi respuesta, ¿verdad?—Kohaku asintió, secando sus lagrimas, Senku paso sus pulgares por las suaves mejillas de la chica.—Lamento mucho haberte hecho llorar, Kohaku, al 10 millones por ciento— se volvieron a mirar.

—Me he enamorado de ti, Senku—eso hacia mas complicada su decisión, pero se mantuvo firme.

—Yo siempre te he amado, Kohaku—, unieron sus frentes una vez más con el corazón triste.—Te juro que algún día iré a ti, y estaremos juntos, ¿me esperaras?—

—Te esperare—. Senku pudo sentir como ella se deshacía en sus brazos, y entonces ya solo estaba rodeado de neblina, suspiro y miro nuevamente a la Luna.

—Te lo juro, algún día sera—.

Fin.

Hellou, como están? La neta aquí andamos tristes, después de 2 semanas SenHaku, aun no puedo creer que esta ya este por terminar jaja, pero bueno. Espero que les haya gustado, a mi personalmente me gusto bastante, me quiero disculpar si he excedido los limites de la manipulación sobre los personajes, espero que no les resulte desagradable, muchas gracias por leer, nos leemos mañana.

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