Capítulo 10: "La verdadera inteligencia"

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Ben soltó el mechón del asqueroso cabello que extrajo de un cadáver enterrado, noté como aguantaba el no vomitar. Abrí la boca para hablar pero ven me detuvo con un rotundo "shhh" y me dijo en una voz baja y seria:

-No podemos decirle esto a nadie, ¿Me oyes? a nadie, y mucho menos a mamá, nosotros seremos quienes vamos a descubrir esto sin involucrar a nadie.

Asentí en silencio, pues tenía razón, no podemos decirle esto a nadie, es muy peligroso si resulta ser un... asesino, pero ¿Y si es un complice? tendría sentido también, sin embargo, no deja de ser peligroso, pero sí un asesino.


Johny nos llamó con un grito amigable para que volviéramos a donde estábamos, ya nos íbamos a ir. Guardé el dije en mi bolsillo y respondí al llamado, Ben me siguió unos segundos después.


Johny nos esperaba con los brazos cruzados y una ceja levantada y dijo:

-¿Dónde estaban, niños?

-Ah, eh, es que Ben y yo vimos un zorro por allá y decidimos seguirlo para verlo mas de cerca.

Dije nerviosamente rápido.

-Ah, está bien entonces, bueno, nos vamos.

Respondió con un drástico cambio de voz y expresión facial. Doblé el mantel sobre el que comimos y luego la comida sin mucho ánimo, estaba pensando en como iba a afectar esto a Ben y a mí, que esto posiblemente nos podría cambiar la vida, no se sabe lo que pueda pasar.


Volteé a ver a Johny y alcancé a ver como movía la hielera con cuidado, como ponía cosas al rededor de la caja, era un indicio de que él sabía que estaba la mancha ahí, acomodaba con mucho cuidado la hielera. Ben me volteó a ver y con un leve y discreto alzamiento de la barbilla señalé a Johny, Ben giró la cabeza sin quitarme los ojos de encima, y luego dirigió sus ojos al hombre, levantó los hombros diciéndome que no entendía y con señas con los ojos le dije que viera mejor, me respondió abriendo los ojos con sorpresa.


Después de levantar todo, abordamos el auto y partimos a casa, Ben y yo íbamos asimilando como esto podría cambiar nuestras vidas y nuestra seguridad.


Al llegar a casa, fui directamente a mi cuarto y me dejé caer en la cama, estaba cansada, era demasiado para un solo día, saqué el dije de búho del bolsillo y mirándolo detenidamente sobre mi cara, noté que tenía palabras grabadas en la parte de atrás con letra cursiva... "Nosotros somos la verdadera inteligencia".

Mi padrastroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora