Una hora después de mandarle a Draco una nota corta pidiéndole que lo visite en su departamento, Ron lo escucha tocar la puerta, sabe que es él porque no espera a nadie más.
Siente que algo se remueve en su estómago e intenta subir por su garganta, está seguro de que son los nervios o las náuseas o ambos, pero ignora la sensación y camina a la puerta.
Ha decidido que sin importar si la reacción de Draco es negativa, no va dejar que lo afecte, él va seguir adelante y dará lo mejor de su para su bebé.
Antes de abrir respira hondo, luego de quitar los seguros pone una mano sobre la perrilla y abre. Del otro lado el rubio lo está esperando con una expresión imperturbable, sin embargo, al mirarlo a él su frente se frunce, eso no le parece nada alentador a Ron y es lo único que hace falta para que quiera vomitar. Lo hace, vomita en los seguramente muy costosos zapatos de Draco.
—Hola para ti también —contra todo pronóstico Draco no se escucha molestó, solo algo asqueado.
Ron se siente mejor cuando una mano del rubio va a su espalda y hace círculos con las yemas de sus dedos, mientras que la otra lo ayuda a mantener su cabello alejado de su rostro.
—Lo siento —se disculpa cuando termina y se endereza un poco.
—No importa, supongo que puedes pegármelos de otra forma —una sonrisa sugerente se forma en su rostro.
—Estoy embarazado —suelta sin ninguna delicadeza y ahora el que parece a punto de vomitar es él.
Después de limpiar el desastre en la entrada y los zapatos, que aunque se usó un hechizo de limpieza en todo, Draco se negó a volver a usar el calzado, y una rápida parada en el baño que Ron utilizo para limpiar su boca y refrescar su rostro, los dos están sentados en el sofá.
—¿Quieres tenerlo? —suelta el rubio tan de repente que Ron cree no haberlo escuchado bien, pero cuando gira su rostro para mirarlo, éste ya tiene su mirada clavada en él.
—Sí.
No tenerlo, no es ni siquiera una opción en la que pensó en ningún momento, si tal vez se negaba a creer que estaba ahí, sin embargo, su bebé no tiene la culpa de su descuido.
Draco suspira con alivio —por un segundo creí que no lo querrías.
—Yo pensé que tú no lo querrías.
—Es nuestro hijo, ¿cómo podría no quererlo? —Ron sonríe sintiendo que toda la tensión abandona su cuerpo —. Me sorprendió, quizás no sea el mejor momento, ninguno de los dos ha terminado el entrenamiento y apenas tenemos diecinueve años, pero creo que podemos hacerlo.
Ron no se había detenido a pensar en esas cosas, ha sido un día lleno de sorpresas y solo ha pensado en dar un paso a la vez —¿en serio?.
—Sí, nunca te dejaría solo.
—¿Entonces tú y yo vamos a ser pareja?.
—No es necesario, sería un error estar juntos por obligación, a larga haríamos infeliz la vida de nuestro hijo y las nuestras.
Asiente estando de acuerdo, una de las razones por las que en su familia ha existido tanto cariño es que sus padres siempre se han amado y apoyado sobre todas las cosas. Su bebé no merece menos.
—¿Puedo?
Ron sale de sus pensamientos con la pregunta, no entiende hasta que ve las manos de Draco a centímetros de su vientre, con una cabezada le da permiso.
Él mismo sube su camisa y se recuesta en el sofá, mientras que Draco se acerca lo más que puede y comienza dando caricias suaves, delicadas, como si temiera lastimarlo.
—Cariño, soy tu papá.
Se muerde el labio inferior para no reír —la sanadora dijo que aún es muy pequeño para escucharnos.
—Es un Malfoy, es excepcional incluso ahora, él o ella ya está escuchando.
—También es un Weasley.
—Sera su segundo apellido.
—¿Quién decidió eso?
—Yo, ya hay demasiados Weasleys en el mundo.
Ron quiere refutar, pero en lugar de eso se ríe al mismo tiempo que Draco baja a la altura de su vientre y deja un beso ahí.
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El bebé de Ron y Draco
FanfictionUn solo descuido es suficiente para cambiar tu vida para siempre, pero Ron y Draco no tuvieron uno ni dos ni tres, tentaron a la suerte más veces de las que se podrían contar y ahora como consecuencia esperan a un bebé a sus diecinueve años. Ambos l...