Ron se siente cansado, irritado y frustrado, en él (aún si no estuviera embarazado) es una mala combinación, una bomba de tiempo esperando la mínima provocación para estallar.
No quiere discutir con Draco, sin embargo, lo hará, ninguno está dispuesto a ceder y la paciencia de ambos se ha terminando.
—Esta es la última tienda —le avisa su novio con fastidio
—No es verdad, aún están las tiendas que yo sugerí.
Han pasado toda la mañana recorriendo tiendas por todo el callejón Diagon, tienen una lista de muebles, ropa y otras cosas que deben comprar para su bebé, pero Draco se niega a comprar nada que no sea exclusivamente nuevo y costoso y Ron se niega a que gasten una pequeña fortuna comprando todo en tiendas de lujo, ha insistido en qué algunas cosas pueden ser sencillas y de segundo uso.
—Ron, ya lo hablamos, no quiero discutir.
—¿En serio lo hablamos? Porque yo recuerdo que tú solo decidiste y me has llevado a dónde quieres sin dejarme opinar.
—¿Por qué tienes que ser tan necio?.
—Draco, por favor, hay cosas muy lindas en las tiendas que te he mostrado. Al menos míralas.
—No le voy a comprar cosas usadas a mi hijo.
—También es mi hijo, por si lo has olvidado.
El rubio rodó sus ojos —¿es que quieres que nuestro hijo este sufriendo?.
—No va sufrir porque le enseñemos a vivir de una formar modesta.
—¿Modesta como tú niñez? —suelta una risa sin gracia —sí, se veía que te divertidas mucho siendo pobre, eso es lo que quiero para mí hijo.
Le dolió, eso sonó exactamente al Draco que conoció en el colegio —y yo quiero que mi hijo sea un imbécil presumido como su padre durante sus años en Hogwarts.
Se dio la vuelta para irse, no puede estar cerca de él en este momento.
—Yo…
—No me sigas no quiero verte.
Ron agradece que no lo siguiera o si lo hizo fuera tan discreto que él no lo notó, está cansado y no puede usar aparición, pero si puede ir a sortilegios Weasley. Cuando los gemelos lo ven abriendo la puerta de la entrada no preguntan nada, bromean con él sobre cobrarle al doble los dulces que ha tomado y lo dejan solo mientras atienden su negocio.
Después de media hora sentando y comiendo grageas de todos los sabores se siente menos molesto, pero ahora está triste, ¿siempre va ser así? Draco queriendo decir por los dos y terminando en una discusión donde se echen en cara cosas que no deberían.
Cuando alguien se sienta a su lado, ni siquiera tiene que girar su rostro para saber que es él, lo identificó por el olor de su perfume.
—¿Tenías que venir aquí? Tus hermanos amenazaron con patearme el trasero si te hago llorar.
No puede evitar sonreír, él haría lo mismo si alguien molesta a uno de ellos —tienes suerte de que no fue Ginny quién te amenazó —ella sola podía dar más miedo que todos sus hermanos juntos.
—¿Podemos hablar? —Ron asiente —siento lo que dije, no quería decirlo.
—Yo si fui feliz en mi infancia, tal vez sentí envidia de quienes tenían más que nosotros, pero tuve lo necesario y no cambiaría esos años por todos los lujos del mundo. Y cuando nuestro hijo crezca me gustaría que se sienta de la misma forma.
—Quiero que nunca le falte nada.
—Lujos no es lo mismo que felicidad, solo es comodidad.
—¿No podemos darle lujos y felicidad?.
—¿Cómo fue tu infancia Draco?.
Su novio se mantuvo callado durante unos minutos —también fui feliz, pero no siempre, a veces me sentía solo.
—¿Podríamos encontrar un punto medio en todo esto juntos?.
Draco le sonrió —sí, me gustaría eso.
—¿Vamos de comparas?.
Cómo respuesta recibió un beso, uno que a Ron le supo a amor, compresión y felicidad.
[Hola, se que estuve desaparecida un par de días, lamento haberlos abandonado estos días, espero que no vuelva a pasar y trabajare duro para emparejarme. Gracias por esperar y seguir leyendo (/^-^)/]
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El bebé de Ron y Draco
FanfictionUn solo descuido es suficiente para cambiar tu vida para siempre, pero Ron y Draco no tuvieron uno ni dos ni tres, tentaron a la suerte más veces de las que se podrían contar y ahora como consecuencia esperan a un bebé a sus diecinueve años. Ambos l...