10. Aprendiendo

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Para cuando la caza de Monroe por parte de Shohreh llega a su fin tres días más tarde y Scott y el grupo de caza pueden regresar a Beacon Hills, Alec casi ha dominado el ejercicio de entrenamiento de Derek, casi ha eliminado sus turnos incontrolados y le ha contado a Theo la historia de su vida a trozos.

Se había mudado a Hornbrook (el pequeño pueblo cerca de la frontera con Oregón donde había vivido la manada asesinada y donde Scott y los demás lo habían salvado de Monroe) para trabajar en el negocio de construcción de un primo después de graduarse en el instituto el año pasado.

-No sabía realmente lo que quería hacer conmigo mismo, ¿sabes?- le dice a Theo la mañana siguiente a su primera noche en Beacon Hills, encaramado a una de las encimeras de la cocina, con las manos extendidas ante él mientras sigue trabajando en el ejercicio de entrenamiento de Derek -En aquel momento me pareció una buena idea tomarme un año, intentar averiguarlo-

Levanta la vista y sonríe irónicamente a Theo, como si dijera: "Y mira a dónde me llevó eso"

Theo suelta una carcajada y le pasa una taza de café de la cafetera que acaba de terminar de prepararse, y luego lo saluda con su propia taza; amén de eso.

Alec había llamado a su primo de camino a Beacon Hills, metido en la parte trasera del Jeep de Stiles con Malia, para decirle que había encontrado otra oportunidad y que se trasladaba al sur para aprovecharla. Al parecer, eso había sido todo lo necesario; el primo le había deseado suerte, y desde entonces no habían vuelto a hablar.

Theo frunce el ceño, intuyendo una historia más profunda: -¿Y tus padres? ¿No les preocupa que te vayas de repente por una ‘nueva oportunidad’?-

El siguiente intento de Alec de hacer el ejercicio fracasa, él aprieta las manos con frustración, las deja caer en su regazo y mira por la ventana de la cocina -No-

Theo no presiona, sólo toma otro sorbo de café, apoyado en una sección de la encimera perpendicular a Alec, y espera. Alec suspira y sacude la cabeza como si se sacudiera los malos recuerdos, vuelve a levantar las manos del regazo y comienza de nuevo el ejercicio, excesivamente deliberado.

-Nunca fueron precisamente los Padres del Año- murmura, y lo deja así.

Pasa el resto del día trabajando en el ejercicio o acribillando a Theo con más preguntas sobre Monroe, sobre Scott y la manada McCall, sobre los hombres lobo en general.

Ahora que está bien alimentado y al menos algo más descansado, su caparazón se resquebraja un poco y pierde parte del omnipresente olor a terror que lo había estado persiguiendo, aunque de vez en cuando un sonido o un movimiento inesperado lo coge desprevenido y su olor se dispara de ansiedad.

Pero con cada hora parece relajarse más y más, empieza a asaltar la cocina de Theo sin preguntar constantemente si está bien, explora el apartamento de Theo. Está especialmente fascinado por la colección de chucherías de Theo, hasta el punto de que éste le reta a que empiece a identificar cuál le regaló cada miembro de la manada en un intento de mantenerlo ocupado mientras Theo trabaja con el mapa e intenta adivinar nueva información para que Shohreh y el grupo de caza la utilicen.

Theo está en medio de una llamada con Nathaniel (el alfa de la manada de Carson City, cuya información había querido Argent que reexaminara) dando a Alec el visto bueno a sus conjeturas sobre las chucherías, cuando oye el sonido del ascensor que se abre en su planta.

Alec también debe oírlo; tantea la pequeña figura de alambre de un coyote (Malia había encontrado una tienda de recuerdos en Elk Creek que los vendía, y había comprado alegremente un paquete entero de ellos) en sus manos, pero consigue atraparla y colocarla cuidadosamente de nuevo en su estante sin incidentes. Luego se vuelve para mirar a Theo, con una expresión y un olor inciertos.

Sé todo tipo de cosas que no creo - Teen Wolf; Thiam [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora