Estrellas - Creek

★Costumbres★

-¡Amigo! No fumes aquí, la señora Black no quería que quedara rastro de nosotros aquí. Suficiente es el olor de un cigarro para que vengas a fumarte un porro.- Dijo el castaño arrebatándole el cigarro de la boca y lanzándolo por la ventana al inmenso jardín lleno de flores. El cannabis calmaba su sed de sexo y eso era lo único que necesitaba en ese momento, pero no pelearía con su amigo.

Craig se quedó callado mirando cómo se iba su amigo para luego volver a fijar la mirada en la ventana. El atardecer se veía desde allí a la perfección y era hermoso verlo. Aunque no lo era tanto cuando sus pensamientos giraban únicamente a cierto rubio. No sabía dónde se habría metido pero deseaba que no estuviera con ese hombre que lo folló tan duramente delante de sus narices, aunque no lo podía culpar. ¿Qué sabría ese rubio mostaza de su ex relación? Nada.

Salió con intención de largarse de allí. Lola le había dado la cinta que contenía las escenas para que cortara y editara las partes que viera necesarias, aunque si fuera por él, esa cinta estaría ardiendo en llamas ahora mismo. Salió, viendo a lo lejos su coche aparcado a un lado como los otros. El jardín era hermoso, casi como el de Alicia en el País de las Maravillas pero este sin naipes gigantes ni reinas de corazones, sólo un rubio que iba hacia él a paso lento con una sonrisa que más que linda era malévola.

El pelinegro se quedó estático en su lugar, quería correr de allí y largarse a casa pero dudaba que Tweek lo dejara irse sin más. No era capaz de mirarlo a los ojos, ni siquiera lo miraba por los recuerdos de ese día.

-¿Ya te vas, Tucker?.- Su voz sonaba fría y a la vez juguetona, se dignó a mirarlo. Ya no traía consigo esa expresión de placer y su voz era menos chillona que en la grabación, donde obviamente tenía que exagerar cada una de sus expresiones para gusto de los consumidores.

-Sí.- Respondió cortante y pudo escuchar una leve risa por parte del blondo hacia su respuesta tan seca.

-Creía que eras más hombre y me buscarías, no sé, para pedirme disculpas o felicitarme por mi buen trabajo. No pierdes la costumbre de ser tan frío.- Se acercó más a Craig, acorralándolo contra la inmensa puerta de roble que tenía la casa. La diferencia de estatura entre ambos era muy notoria pero aun así Tweek lo estaba intimidando. La distancia entre ambos se hacía más y más corta a cada segundo que pasaba.

↪Flash-back↩

Estaban sentados en el sofá, siendo iluminados únicamente por el amanecer, un amanecer precioso. Pero triste y doloroso por la horrible situación.

-Craig, dime que pasa, por favor. Cálmate.- Repetía el rubio, aún imaginando lo que había pasado esa noche que su novio no estuvo en casa. Craig no dejaba de llorar, repitiendo lo siento una y otra vez sin parar. Tweek lo abrazaba por el hombro, estaba dolido.

El pelinegro miró al más pequeño, tratando de no gimotear y hablar claro.

-Tweek.... ¿Me.. Me amas?..- Preguntó mirando al rubio. Este sólo lo miró con pena y dolor en sus ojos azules. Era obvia su respuesta pero no quería contestar, no en ese momento.

-...-

-Te amo, te amo, te amo, mucho..-

-...-

-Ódiame, insúltame, mátame pero no me dejes, eres lo único que tengo. Sin ti.. Sin ti no soy nada, no soy nadie si tú no me amas..-

-Yo.. C-craig..- Las lágrimas estaban acumulándose en los ojos de Tweek, se negaba a parpadear y verse vulnerable ante el hombre que juró en más de una ocasión que nunca lloraría por él a no ser que fuera de felicidad, y se ve que mintió.