vi. oro que sabe a sangre

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A pesar de que los años han pasado todavía recuerdo a la perfección el último enfrentamiento que tuve en la Arena, mi momento de gloria; según dice la gente

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A pesar de que los años han pasado todavía recuerdo a la perfección el último enfrentamiento que tuve en la Arena, mi momento de gloria; según dice la gente. Recuerdo que una vez salí del bosque, todavía con el collar de Helena en la mano, corrí hacia la Cornocupia y esperé. Esperé hasta que las estrellas desaparecieron y en su lugar las fotos de los caídos iluminaron con su tristeza el cielo oscuro. Me pasé la mano por la marca en la base de mi cuello, mientras daba vueltas una y otra vez a las dagas en mis manos, hasta que un ruido procedente del bosque me hizo levantar la vista, completamente alerta. Thadeus andaba despacio hacia mi, Dedinus y yo llegamos a la conclusión de que de entre todos era el rival más fuerte que tendría. No solo porque me dobla el tamaño, sino porque ha sido criado de la misma forma que yo. Sabe lo que supone fallar en casa, debería ser precavida y prudente, pero en vez de eso me bajo de lo alto de la Cornocupia de un salto y camino hacia él con una sonrisa arrogante y como si el camino que nos separa fuera mi pasarela propia.
-Bueno, bueno...- me dice - ¡Pero si es la preferida del Capitolio! ¿Cómo reaccionó Helena al ver que no eras lo que le habías mostrado?
No permito que esas palabras me afecten:
-Culpa mía no fue- le contesto colocando una expresión de falsa inocencia- Ella debió haber sabido que no puedes confiar en nadie
Thadeus sonríe con sorna, en otra vida tal vez podríamos haber sido amigos.
Se que muchos otros vencedores trataron de olvidar el momento en el que asesinaron a su última víctima, algunos lográndolo; enterrándolos en lo más profundo de su memoria. Pero yo no, los recuerdos son armas de doble filo; al igual que pueden destrozarte y crearte una lucha con tu propia cabeza, también te enseñan. Siempre he creído que son como advertencias, para no cometer en mismo error que te hizo caer otra vez. Te recuerdan lo que has vivido y de lo que eres capaz. Para bien, o para mal. Por eso se perfectamente el momento que lo tuve a mí merecer, lo apuñalé exactamente trece veces; las tres primeras para acabar con él, y el resto; que acabaron con mi cordura. Ese acto se volvió leyenda. Cuando ya no quedó nada reconocible de él, y de mi, me puse en pie, el último cañonazo sonó de forma seca y lo siguieron las trompetas de la victoria. Mostré una sonrisa arrogante y, todavía con los cuchillos en las manos, las coloqué sobre mi cabeza; a modo de corona.
Ya está, los septuagésimos Juegos del Hambre habían acabado.
Había ganado
Pero, ¿a qué precio?
¿De verdad valía la pena toda tu humanidad a cambio de una corona hecha de sangre y caos? La parte retorcida de mi, aquella que había acabado con tantos niños que solo querían volver a casa decía que sí, la gloria era la gloria a fin de cuentas. Pero la otra; enterrada en un lugar del que ni siquiera yo podía sacarla, lo ponía en duda.
¿Cuánto tiempo puede ser encarcelado un corazón hasta que siente la necesidad de escapar?

Perdón, se que es muy corto pero necesario para dar comienzo al segundo actoSe vienen enfrentamientos entre vencedores (º~º) Desde el infierno; una andaluza haciendo el intento de escritora

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Perdón, se que es muy corto pero necesario para dar comienzo al segundo acto
Se vienen enfrentamientos entre vencedores (º~º)
Desde el infierno; una andaluza haciendo el intento de escritora

*. 🥀 *- The Red Queen - * 🥀 .*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora