Virgin | SuaYeon G!P

Capítulo 6

La noche del club terminó temprano, SiYeon decidió que fue suficiente, así que media hora después, nos estábamos despidiendo. MinJi me dejó en casa para luego irse a la suya y pasar tiempo con JaeHan, las cosas iban mejorando, así que esa fue una de las razones de porque no se enrolló con nadie esta noche. Además, acepté ir de visita con el psicólogo y vencer los miedos del pasado. Aunque fuera difícil, tenía que hacer cualquier cosa para terminar ya con mi problema.

─¡Hola!─MinJi se acercó a mí, abrazándome efusivamente.

─¿Qué te he dicho sobre poner azúcar extra a tu café?─pregunté separándome de ella inmediatamente. No me gustaba cualquier tipo de abrazo, desde que era pequeña. Y más si eran tan efusivos como los que MinJi acostumbraba a darme. Ella rodó los ojos, poniendo las manos en sus caderas.

─Hoy no tomé café, tonta. Solo quería abrazarte...¿Sabes que no será buena la consulta con el psicólogo?

─Nop─dije, explotando la frase en la "p"─No me has dicho nada, ni siquiera se la razón por la que iré ¿Por qué vamos?

─Porque él dijo que esto alguna vez pasaría y lo mejor que podíamos hacer, era visitarlo de nuevo.

─Ni siquiera sé su nombre.

─JungHe, Doctor Kang Jung He.

¿Qué había pasado hace diez años? No lograba recordar absolutamente nada y eso era frustrante. MinJi sonrió saliendo de la casa y la seguí, montándome en el auto sin decir nada.

(...)

─¿Quieres que entre contigo?─la miré y asentí, claro que la quería allí, conmigo.

─Si es algo tan terrible como dijiste, lo mejor sería tener tu apoyo allí dentro.

─Siempre lo tendrás─dijo sonriendo ampliamente. La clínica era demasiado grande. Las puertas de vidrio dejaban ver una amplia sala de espera. Los muebles eran blancos, casi todos y en cada esquina, había un pequeño árbol. Un escalofrío recorrió mi espalda al recordar cuantas veces mis pies habían pisado este lugar.

─¿Puedo ayudarlas?─preguntó la secretaria con una sonrisa. Quien al verme abrió los ojos impresionada y solo sonreí de lado, mirando a MinJi. Rápidamente se adelantó, dándome una sonrisa de confianza.

─Tenemos una cita.

─¿BoRa?─mis ojos se abrieron inmediatamente al escuchar mi nombre salir de sus labios ¿Ella me conocía?

─Si, soy yo─contesté, pensando quizá que ella había leído mi nombre en la ficha de citas y había intuido que era yo la siguiente.

─Vaya, cuanto tiempo ¿No me recuerdas?─preguntó, sonriéndome dulcemente.

─Disculpe, pero no tengo idea de quien es usted.

─Oh, cariño─contestó, apenada─El doctor está esperando por tí─dijo, cambiando de tema. Le había dolido que yo no la reconociera, pero no podía hacer nada al respecto. Así que me giré, dándole la espalda. Caminé hasta la puerta y entré a la oficina. Esto era jodidamente difícil y podría cambiar mi vida, pero, aún así, no estaba tan nerviosa como mi primera consulta con SiYeon. Al entrar a la gran habitación, la cual se veía realmente acogedora. Un hombre, canoso y gafas que tapaban casi la mitad de su cara, estaba sentado frente a mí, con una pequeña sonrisa. MinJi me dió un apretón en el hombro, empujándome suavemente para entrar.

─Hola, BoRa. Me da gusto volver a verte─saludó alegremente. Fingiendo. Claramente mucho de los psicólogos debían fingir estar felices para darle confianza a sus pacientes. Pero algo fue raro, aunque creía que su alegría era falsa, algo me decía que no era así. Así que sonreí, sentándome.

─Supongo─contesté, incapaz de decir algo más. Él rió, haciéndole una seña a MinJi para que se sentara a mi lado. Suspiró, mirándonos fijamente por unos minutos─¿Estás lista? ¿Quieres que comencemos?─me encogí de hombros.

─Ajá.

─Bueno, cuéntame ¿Qué ha sucedido?

─Y-Yo, bueno, estoy...─mi voz se fue apagando con cada palabra, aún no se me hacía fácil decirles a las personas que estaba en una consulta con una sexóloga por mi problema de virginidad a los veinticinco.

─¿Le digo yo?─preguntó MinJi al ver mi clara incomodidad. Solo asentí y ella sonrió─¿Recuerda cuando nos dijo que sería difícil para SuA ejercer una relación sexual?─el Doctor asintió, y yo solo miré a MinJi confundida.

─Si, lo recuerdo ¿Sucedió?

─Pues sí, está yendo a una consulta con la sexóloga Lee Si Yeon─el psicólogo asintió, como si conociera a la pelinegra y, MinJi continúo, pero no presté nada de atención. Estaba absorta en mis pensamientos ¿Como era que ella sabía que tendría complicaciones ? La fija mirada de JungHe en mí, provocó que toda mi atención se centrara en él. Suspiré, sabiendo que ahora vendría la verdad. Aquella verdad que había convertido mi anterior vida en una mierda.

─Así que, lo que ha sucedido en este corto periodo de tiempo, te ha recordado a Hyeong.

─Solo recuerdo su nombre─él asintió, dejando a un lado aquel cuaderno que siempre los psicólogos usaban.

─Cuando tú tenías diez años, BoRa. Algo sucedió en tu familia. Con tu madre. Contigo. Con tu padre e incluso con tu hermano─dice cruzando las piernas, recostándose en el sillón, sin dejar de mirarme.

─¿Hermano? Perdón, pero, yo no tengo un hermano.

─Sí, lo tienes. Su nombre es Hyeong.

─Esperen ¿Tengo un hermano?─mi respiración se volvió espesa, no podía respirar bien. Miré a MinJi, quien mantenía su cabeza agachada─¿Qué fue lo que sucedió?─pregunté con un hilo de voz.

─Tu hermano sufría un pequeño trastorno mental. Lo que lo hacía ponerse agresivo con quien sea. Estuvo internado unos años en un hospital mental cerca de Gamng un par de años. Los médicos le dieron el alta creyendo que él estaba curado, pero no fue así. Al llegar aquí, Hyeong fue diagnosticado con bipolaridad severa, lo que hizo aún peor su condición─hizo una pausa, esperando a que pudiera procesar bien la información, hice un sonido con mi garganta pidiéndole continuar─La clínica era costosa y ustedes no tenían los recursos para volverle a internar, por lo que tu padre tuvo que salir a trabajar al extranjero. Allí las cosas se pusieron peores. Tu madre no tenía la fuerza como para detener a Hyeong en sus crisis. Por lo que él la golpeaba sin parar hasta que se cansaba. Hasta que un día, eso no fue suficiente. Dejó de golpearla repentinamente y subió hasta tu habitación, abusando de ti─dijo directamente, sin titubeos, ni detalles. Sollocé, recordando la vez que soñé aquello─Luego de eso. Él jamás paró, hasta que un día tu padre llego a casa encontrando a tu madre tirada en el suelo, inconsciente, y escuchó tus gritos desde arriba. Lo que lo asustó. Hyeong aún no se calmaba lo suficiente, así que cuando tu padre quiso detenerlo, también lo atacó.

─¿Dónde está él ahora?─pregunté asustada, incapaz de detener mis sollozos, estaba realmente alterada.

─Tú te escabulliste hasta la cocina, donde tomaste un cuchillo. Y cuando llegó a la habitación─suspiró─Se lo enterraste en la espalda, como medio de defensa hacia tu padre. Él cayó al suelo, desangrándose, muriendo minutos después.

─¿Qué?─pregunté, mi voz resonó en toda la habitación. Esto no podía ser cierto. El nudo en mi garganta no me dejaba respirar bien. Me agarré del sofá cuando sentí que todo a mi alrededor comenzó a dar vueltas. Un gritó salió de mi boca al segundo en que sentía que todo para mí se volvía negro.