Capítulo 3

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MinJi había llegado a primera hora, usaba unos lentes negros tapando las ojeras que había provocado desvelarse hasta tarde. Mi estado era igual pero no por haberme dormido tarde, si no por haber llorado tanto sin razón alguna. El silencio incómodo que había en el auto era estresante, pero no tenía ninguna intención de hablar si no era con la Doctora Lee y al parecer ella tampoco tenía intención de hacerlo conmigo.

─Pueden demorar todo lo que quieran, me gustaría tomar una siesta─murmura desabrochando el cinturón de seguridad, deslizándose fuera del auto.

La sala de espera está ocupada por dos personas quienes leen distraídamente unas revistas del mostrador. Me siento a un lado de MinJi quien se recuesta en el sillón pequeño, dando un sorbo a su café.

Me encuentro aún más nerviosa que la primera vez que pise el consultorio. Tengo un presentimiento extraño, además, nunca he sido buena para mentir, por eso estuve todo la noche pensando alguna excusa convincente para el momento. Pero ninguna se oía realmente creíble y eso era un gran problema.

La secretaria dijo mi nombre y luego de un rato me levanté nerviosa mirando a MinJi quien prácticamente roncaba. Solo negué con la cabeza mientras tomaba el pomo de la puerta entre mis manos y lo giraba lentamente.

─Buenos días, BoRa─fue lo primero que escuché al poner un pie dentro de la habitación. La doctora Lee tenía una expresión divertida en su rostro y me di cuenta de que lo sabía.

─Buenos días─murmuré sentándome donde siempre. Solo me miraba fijamente mientras acariciaba con sus dedos su barbilla.

─¿Cómo te fue anoche?

─Pues bien, creo. Ayer no salí de casa─mentí jugando con mis manos, mi cabeza se mantenía agachada y no podía mentir, menos si la miraba.

─Dime la verdad─pidió seria, tragué duro obligándome a mirarla.

─Está bien, nuevamente lo golpeé y
cuando lo eché de casa, literalmente, aunque si sucedió...me puse a llorar como una magdalena ¿Contenta?─dije rápido, aunque si entendible. Una sonrisa se curvó en su rostro y bajé la mirad, avergonzada. Su mano tocó la mía y me sobresalte por el acto.

─Tranquila─murmuró─Yo sabía que algo como eso había sucedido y no encuentro la razón para mentir.

─¿Cómo?─pregunté confundida. Una sonrisa sin mostrar los dientes fue lo primero que vi en su rostro. Se levantó, tomando su laptop y apretó un botón que hizo que el vídeo comenzara, la sangre de mi cuerpo se congeló y la miré incrédula ¿Se había atrevido a poner una cámara en el collar que me regaló? No. Puedo. Creerlo. Ella se encuentra con una sonrisa inocente mientras sigue mostrando el vídeo ¿No le bastaba con que yo le contará mi vergonzoso problema? ¿Quería verlo con sus propios ojos? La cólera sube por mi cuerpo y sin pensarlo, llevo mi mano al collar sacándolo de golpe sin importarme el daño que me he hecho y se lo lanzó a la cara con una furia inimaginable.

─¡¿Por qué me has grabado?!─pregunté gritando, histérica. Ella asustada se llevó una mano a la mejilla donde el collar había caído y dejó su laptop a un lado─¿Qué querías ver? ¿Querías saber que mierda estaba haciendo? ¿Por qué lo hiciste?─pregunté nuevamente, pidiendo una explicación.

─Debía ver cómo era tu comportamiento.

─¿Engañándome?

─Yo no te engañé─se defendió.

─Si, lo hiciste. Me regalaste un collar que tenía una cámara.

─¿Te lo hubieras puesto si yo te hubiera dicho? Todas las chicas que han venido a esta consulta se los he regalado y las he engañado, como lo hice contigo.

Virgin | SuaYeon G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora