Eran las 6 de la mañana y los rayos naranjas del sol ya empezaban a hacerse presentes en las paredes de la habitación de Nick.
Despertó por los rayos calientes y cegadores que se centraban en sus ojos, los abrió lentamente y luego con sus manos se los refregó vagamente.
Estuvo unos cortos minutos mirando la ventana desde su cama cuándo por fin se dignó a levantarse e irse al baño.
Salió del baño y se dirigió hacía el comedor en busca de Karl, Wilbur o su hermana; sus padres no se encontraban en el castillo ya que se habrían marchado a la mañana para ir a visitar a su tía, la hermana de su madre y también reina de otro reino, quién habría enfermado y se encontraba grave, así que seguramente sus padres no estarían presentes por unas semanas -por lo cuál Nick estaría a cargo de las responsabilidades del castillo-, pero para la sorpresa del pelinegro nadie se encontraba allí.
Supuso que estaban en el jardín o que seguían durmiendo, así que fué a la biblioteca que quedaba no tan lejos de donde estaba.
Abrió las grandes -y pesadas- puertas que adentraban a la biblioteca y caminaba hacía unos libros mientras miraba la estructura del techo; tenía unos ángeles pintados con colores muy tenues, algunos mirando hacía la nada y otros apuntandose con su arco.
Siguió caminando hasta llegar a una sección de literatura, agarró un libro que correspondía al nombre de "East Lynne" y empezó a leerlo mientras se sentaba en un escritorio que estaba al final de todos los pasillos y casi escondido por la inmesa cantidad que había de repizas llenas de libros.
Estuvo una hora leyendo el libro y sin darse cuenta ya llevaba más de cien páginas leídas, era una novela bastante interesante que lo habría logrado atrapar bastante rápido, tal vez lo era porque la historia de amor estaba verdaderamente interesante.
Nick nunca lo aceptaría pero las novelas románticas eran por así decirlo ¿Su gusto culposo?
Leyó unas veinte páginas más y decidió ir a ver si encontraba a alguien, no era que no le gustara su compañia solitaria, pero estos últimos días se estuvo sintiendo extraño, cómo si necesitara estar cerca de alguien.
De Karl.
Dejó el libro abierto en el escritorio mientras salía hacia el pasillo en busca de los castaños o de su hermana.
Fué al dormitorio y nada, a la cocina, las salas y siempre era lo mismo.
Nada.
Parecía cómo si la única compañía que tenía Nick por ahora se hubieran puesto de acuerdo para desaparecer.
Le preguntó a Evan si sabía sobre el paradero del trío.
-El príncipe Karl se levantó una hora antes de su despertar, y fué seguido por su amigo Wilbur- dijo Evan mientras sostenía un libro con una mano y con la otra se ajustaba nuevamente su corbata.
-¿Y sabés si mi hermana se despertó con ellos?- preguntó mientras inspecccionaba el lugar, la sala, mientras miraba hacía arriba.
-Su majes--, -Nick- respondió cortando su frase, interrumpiendolo.
-Discúlpeme, Nick, ¿No se ha enterado?- dijo Evan con intriga mientras seguía mirando al pelinegro.
-¿De qué debía enterarme, Evan?- preguntó volviendo su mirada al jóven unos años mayor que él.
-Su hermana se ha ido con sus padres, quería por lo menos despedirse de su tía, ya que, cómo supongo que ya se habra enterado, a su tía la han diagnosticado de cólera¹ y al parecer no podrá superarla- dijo mientras bajaba su cabeza, diciendo con un tono muy bajo.
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The crown || Karlnap
FanfictionNicholas A. Es un príncipe que esta destinado a ser un rey. Su padre y su madre, dos clasistas cegados de poder. De más esta decir que cumplen con el típico estereotipo de "Los reyes perfectos", y Nick... Bueno, el no esta muy conforme con estás ide...