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.3 años antes.

“G&G
te invitan a su unión”

La invitación había quedado tirada en el centro de la habitación, Harry no había tenido el coraje suficiente como para leer esa carta. Era su hermana, tendría que estar feliz por su próximo casamiento y todo, pero su cuñado le ponía los pelos de punta, la simple idea de imaginar a su hermana uniéndose de por vida a él le asqueaba.

Gemma era mayor que él por dos años pero se habían criado como mellizos, así que se sentía como si alguien de su edad se estuviera casando; no era como si entre 21 y 23 existiera mucha diferencia, se sentía demasiado pronto de igual manera.

Su futuro "hermano en la ley" tenía diez años más que su hermana, un alfa obviamente, pero no de los amables y dulces de las películas, que matarían al feroz dragón solo para defender a su amada omega. Ni siquiera amaba a Gemma, sabía que ella tampoco, ni había tenido la decencia de no fornicar en el baño central con una de las amigas de su prometida en la maldita fiesta de compromiso. Harry los había visto, su madre no permitió que se lo dijera a Gemma e igualmente ella no le creyó.

Amaba a su hermana, ella y su padre eran sus personas favoritas en la familia y en las únicas que confiaría, pero eran muchas las veces que veía a su madre reflejaba en ella lo que hacía que prefiera evitarla en algunas cosas.

Por eso no la llamó la primer madrugada que amaneció con fuertes náuseas, no podía confiar en que no se lo comentará a su madre y está causaría un revuelto solo por una intoxicación de estómago. Las cocineras no tenían nada de culpa de lo que realmente sucedía.

Así que llamo a sus dos personas de confianza: Niall y Timothee.

Sus amigos eran lo único que le agradecía a su madre. Se odiaban cuando eran niños, los tres obligados por sus padres a ser amigos, no fue hasta que tuvieron seis años que entendieron que su enojo era por las mismas causas y eso los unió.

Para la sociedad de afuera, eran los pobres niños ricos, sus problemas quedaban totalmente invalidados solo por el privilegio que sus padres les heredaron, porque... ¿Qué tan triste podías estar en tu castillo medieval de más de diez habitaciones, con mucamas y regalos por doquier? Tenías dinero, no tenía que importarte si tus padres te querían o solo te habían tenido para seguir el linaje.

Timothee era omega como él mientras que Niall era un alfa. Por un tiempo, cuando Harry aún vivía en la dolida aceptación de su futuro, deseo ser emparejado con Niall, así se podría casar con alguien a quien realmente quería y con quién estaba dispuesto a pasar su vida, pero los padres de Amelia Heartwrigth fueron más rápidos y ambos se casarían en la próxima temporada, si es que Niall no cumplía con su promesa de dejar todo y tomar el primer barco y enlistarse como marine, pasaría tanto tiempo en el mar que sus padres no podrían poner fecha para el casamiento.

Supo que su madre había tenido la misma retorcida idea que él, en algo tenían que parecerse ¿no?, cuando comenzó a buscar empedernida un marido para él, un duque de treinta años, hermoso no podía negarlo, pero con un carácter asqueroso al que Harry no quería ni ver, pero ahora sabía que no tendría que ver más porque si sus dudas son ciertas, era muy probable que tenga los días contados.

Niall estaba en Irlanda, pero Timothee respondió a su llamado y aparecio en la casa bien temprano en la mañana, vestido para convencer a su madre de que ambos irían a una práctica de polo en su casa y que lo devolvería luego de la merienda.

beach boys [ social media l.s ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora