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17.1

El almuerzo fue un éxito, Milo estaba feliz y cansado de tanto correr en el jardín, cuando regresaron a la casa luego de la hora del té, prometieron volver a reunirse pronto, Harry aún tenía que conocer a las hermanas de Louis, a las mellizas que justo estaban en casa de su padre, pero al menos conoció a Lottie quien apareció en el almuerzo siendo muy amable y divertida, adoró a su cachorro desde que lo vio, el pequeño se divirtió jugando a las escondidas con ella.

Harry se había sentido cómodo entre ellos, realmente en familia, algo a lo que podía acostumbrarse, así que también estaba contento cuando regresaron y ansioso por la próxima reunión.

Además de ansioso, Louis aprovecho cada instante que pudo para recordarle discretamente su cita acordada y con solo eso prender la llama en su interior, se miraron y rozaron toda la tarde.

Niall y Timothee no estaban cuando regresaron, estaban viendo algo de su nueva casa. Aún no tenían los papeles ni nada más que un acuerdo con el dueño, pero ellos se veían mudandose a fin de mes.

- ¿Podemos tener patos también? - exclamó Milo corriendo hasta el jardín para abrirle a Clifford.

Se habían extrañado luego de un par de horas alejados, Harry se preparó para un enérgico Clifford intentando tirar todo.

- No Milo, no podemos - respondió Louis riendo, cerrando la puerta.

- Pero son lindos... - siguió el pequeño.

Harry se metió en la cocina, buscando que podía cocinar, escuchando y preparándose para intervenir.

- Pero no podemos tenerlos - replicó pacientemente Louis.

- ¿Por qué no podemos? Quiero un patito - lloriqueo.

Milo no hacía cantaletas con gritos, Milo lloraba, a veces se hacía oír, a veces solo se apartaba y lloraba, así que cuando sintió el tonito en su voz supo lo que se venía. Louis, quien aún no estaba tan familiarizado con sus mañas, se preocupó notablemente.

Se apoyó en la entrada a la sala y lo vió cargando al cachorro lloroso y abrazándolo tiernamente.

- Oh peque, porque no se puede, no tendrían lugar aquí y no podría ser felices - explicó, su mano acariciando la espalda del menor que sollozaba.

Sabía que era una pelea interna de cansancio y necesidad de seguir, Milo colapsaba y se ponía algo difícil, pero nada que con paciencia no se solucione. Louis estaba siendo paciente y consolandolo, Harry los dejo solos, confiando en que el alfa podía calmarlo.

Y lo hizo perfectamente, veinte minutos después cuando Harry estaba cortando verduras para una sopa, su alfa apareció con la noticia de que Milo estaba dormido en el sofá.

Lo cual era bueno, pero a la vez no, tendrían que despertarlo pronto o no dormiría o amanecería con el sol.

- Tranquilo, Clifford lo despertara en cuanto aprenda a escalar al sofá y por el progreso que lleva, no le falta mucho - aseguró, sacándole una risa - ¿Cómo puedo ayudarte, cariño? No soy muy buen cocinero pero puedo pelar una zanahoria.

Señalo la bolsa de zanahorias y Harry se la extendió.

- Entonces pela cuatro... no, tres zanahorias y cortalas en palitos - indicó, pasando un cuchillo y una tablita.

Louis tomó lo que le pasó y se puso en marcha, el sonido de los vegetales siendo cortados y pelados lleno agradablemente la cocina, jamás había disfrutado algo tan simple como preparar una sopa.

- La pasé bien hoy, tu mamá y tu hermana son muy amables - mencionó arrojando los tomates en la olla.

Se había sentido incluído y había sentido que realmente querían a su hijo en su familia, sentía que podían formar un lazo genuino.