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Louis tuvo que marcharse apenas la lluvia paro un poco, no sin antes abrazar mucho a su omega y su cachorro, lo suficiente como para que Harry lo marque con su olor y piense que estaba siendo discreto.

No quería irse, alejarse de la casa para ir a su ¿casa? se sentía incorrecto, en especial cuando las únicas personas que lo hacían sentir en su hogar no estarían allí cuando llegará.

Su departamento era insulso, se sentía frío y aburrido, no había olor a miel y flores, ni las risas de un cachorro, no había un omega horneando en la cocina que se sonrojara y sonriera al verlo.

¿Por qué había tenido que regresar? Ah sí, apestaba y debía trabajar al otro día, maldita mierda, además había sido demasiado tiempo ocupando el espacio del pobre omega y Louis se había comprometido a no abrumarlo siendo el maldito alfa intenso que en realidad era.

Aún sentía el nudo en la boca del estómago cuando recordaba lo decaído que Harry se había puesto al hablar de su familia, Louis había decidido no entrometerse más hasta no estar seguro de que el omega confiaba en él lo suficiente como para soltarse y liberar aquello que luchaba por retener.

Sabía que su padre había fallecido, Milo lo había confirmado de forma inocente, pero no sé explicaba la reacción ante la mención de su hermana y no iba a hablar de la falta de una madre en las fotos aún cuando oyó al cachorro hablar de una abuela.

Algo le decía que eso era terreno peligroso de pisar y definitivamente no lo pisaría.

"Sé lo que es crecer con el amor de un solo padre y no lo quería para mi cachorro" La frase aún rebotaba y hacía ecos en los rincones de su mente. A lo largo del día se había encontrado observando al omega y pensando como alguien no podría amarlo siendo este el ser más noble que habría pisado el planeta.

¿Cómo alguien no podría amar a Harry que pensaba que todos estaban por delante de él? Se preocupaba por todos y su comodidad, se angustió como ninguno cuando creyó haberlo molestado, y era tan dulce, se ponía todo suave con un par de abrazos y suaves caricias, era la persona más fácil de amar existente.

Y sin embargo parecía tan hambriento de cariño.

El delicado collar en sus manos se preguntaba porque aún no estaba colgado en el cuello del omega,

Louis se preguntaba también porque no se lo había dado.

Se había acobardado la mañana en la playa, temiendo que sea demasiado poco y sintiéndose mal al no poder acceder a uno verdadero, que era lo que el omega se merecía, tampoco lo había pensado cuando corrió en busca del omega en cuanto fue conciente de lo que decían los mensajes.

Ahora lo veía allí entre sus dedos, siendo tierno y simple, como su omega.

"A los omegas nos encantan las cursilerías románticas" había afirmado Lottie el otro día.

Lo guardo en su mochila, planeando visitar a su omega y su cachorro al día siguiente luego del trabajo, y tomar el suficiente coraje como para obsequiarselo.

Mientras tanto, su pequeña lista de pasos para hacer sonreír a Harry crecía, las cosquillas eran algo que lo mantenía contento y distraído.

Mientras tanto, su pequeña lista de pasos para hacer sonreír a Harry crecía, las cosquillas eran algo que lo mantenía contento y distraído

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.una semana más tarde.

Decir que hacía frío era muy poco, el otoño había llegado y el mar había traído todo el frío al parecer, ¿dónde estaba la siempre caliente playa? Definitivamente no en los nubarrones en el cielo.

Aunque no podía quejarse mucho, la ropa calentita era un placer, pero Milo y él habían tenido que salir a comprar porque su pequeño había crecido una locura de un invierno al otro y la mitad de su ropa ya no le entraba.

Su pequeño estaba tan grande e independiente, se había paseado por los percheros buscando lo que le gustaba y si algo de lo que Harry le mostraba no, no tenía problemas en admitirlo. Y así se conseguía un niño con él que no había que lidear para vestir.

Además, tenía buen gusto, algo que creía debía haber heredado de él, porque adoraba la vista que Louis presentaba pero su usual combinación de medias con chancletas le ponía nervioso.

Entonces hacía frío y allí estaban, adorablemente vestidos para el frío mientras arreglaban el jardín. Los limoneros estaban demasiado grandes, el pequeño decía que seguro caerían muchísimos limones de ellos pronto y Harry quería creerle, pero tenían que esperar al invierno para comprobarlo.

Por otro lado, la huerta prosperaba, al menos todo hasta que llegabas a los tomates, pobres cositas feas, el invierno iba a terminar con ellos si Harry no se esmeraba.

Pero al menos tenían zapallos, aún chiquitos pero madurando, esos eran los favoritos de Milo y el pequeño era el encargado de su mantenimiento orgulloso.

Día por medio salía con la regadera que Harry le había comprado y los regaba. El niño había bailado de la alegría cuando notó que las ramas comenzaban a irse por las rejas y los zapallitos comenzaron a crecer colgadas.

El pobre Louis ya había recibido una absurda cantidad de fotos de zapallos que el pequeño quería sacar, siempre respondía con audios sobre lo increíbles que se veían y felicitando el buen trabajo del menor, el mar resonando de fondo.

Esa mañana ya había recibido al rededor de unos quince mensajes del alfa quejándose del frío que hacía y lo aburrido que estaba siendo su turno, preguntándole si quería que almorzarán y ofreciéndose a pasar por ellos en unos momentos.

Harry ya había enviado todo lo que tenía que enviar para su trabajo y estaba libre, así que dejo lo que estaba haciendo una vez terminado y llamó a Milo para limpiarle un poco la cara antes de que Louis llegara.

- Tienes largo el cabello, Milo, ¿Quieres que lo recortemos un poco un día de estos? - mencionó mientras lo peinaba con cuidado en un rodetito.

El pequeño había querido tener el cabello como él cuando Harry decidió dejarlo crecer otra vez, pero cada tanto decidía preguntarle para que el niño supiera que tenía otras opciones y no tenía que estrictamente hacer lo que él.

- Aún no mami, quiero parecerme a Tarzan - le sonrió con dientes, hoyuelos y todo, el corazón de Harry saltándose un latido como cada vez que hacía eso.

- Bien, Tarzan, avísame cuando quieras un cambio, ¿Qué tal ese chuflito? - termino el rodete y lo dejo que se miré en el espejo.

- Me gusta, mami, ¿Te harás uno también?

Tiró su cabello hacía adelante y lo ató en el rodete más desastroso que le podría haber salido, pero debía ser cómico por la risita de Milo.

El pequeño asintió y movió la cabeza y su propio rodete, Harry le copio, haciendo que el pequeño riera aún más.

Así los encontró Louis, sacudiendo las cabezas tontamente en medio de un ataque de risa. Harry se ruborizó pero Louis pronto estuvo riéndose con ellos y Milo colgado de su cuello.

Y se sintió tan bien, como si ese fuera su destino cayendo lentamente en su lugar, Louis, Milo, la vida en la playa que siempre soño.

Nada pudo arruinar su día luego de eso, ni siquiera los mensajes de un número desconocido no tan desconocido que seguían entrando en su celular.

Su verdadera familia estaba allí, no iba a preocuparse por otra.









beach boys [ social media l.s ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora