19.1

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Timothee y Niall se "mudaron" los primeros días de diciembre.

Mudaron entre comillas porque eran más de un par de noches las que pasaban todos en su sillón, viendo películas o simplemente conversando, pero Harry confesó que no le molestaba, estaba viviendo su sueño de fan de Friends, era la Monica de su Chandler, Louis bromeaba con eso cuando hacia galletas y enviaba fotos a sus amigos.

La primera vez salió tan bien que terminaron entre las sábanas.

Louis oficialmente había terminado su temporada de playa, ahora trabajaba con jubilados tiernos en la pileta climatizada del centro, además se había decidido a terminar de rendir su carrera de profesor de educación física a la que le faltaban cuatro materias para aprobar, era un proyecto en conjunto ya que Harry, bendito sea, normalmente estaba allí ayudándole a estudiar.

Ah, y oficialmente se había mudado, ya había terminado el alquiler en su propio departamento y Harry ya no tenía que sacrificar su ropa para dársela, ese era el karma de Louis ahora, quien bromeaba siempre con lo bien que se le veía su ropa cada vez que Harry se paseaba, a propósito dicho sea de paso, con ella puesta.

Comenzaba diciembre, decir que hacía frío era poco, salir afuera era sinónimo de congelarse, atrás habían quedado los días cálidos de juegos en el patio, una semana atrás habían tapado todas las plantas para cubrirlas de las heladas y ahora hasta Clifford renegaba para salir a hacer sus necesidades y el gato por fin había aceptado que tenía que compartir casa con ellos y se metía por las tardes y noches a dormir en los pies de la cama.

Harry había estado decorando también, al tener a Milo aburrido dentro, los había sentado en la mesa a hacer artesanías para la casa, desde cuadritos hasta alajeros de arcilla moldeable, aseguraba que era bueno que el cachorro haga esas cosas y además era divertido, Louis se llenaría la cara de arcilla solo si eso los hacía felices.

Ese día, que para agregar llovía, estaban haciendo decoraciones navideñas, ya que ya había que decorar la casa y tenían muy pocas cosas.

– Papi, ¿puedes ponerle brillitos? – pidió el cachorro pasándole su "estrella" de papel amarillo.

Milo las cortaba solito con su tijera para niños y bajo la supervisión de Harry, salían como salían pero tenían su belleza en la inocencia del niño, así que irían en la punta del árbol de navidad que al día siguiente comprarían.

– Dame, ¿dorado o plateado? – dijo levantando las dos plasticolas de brillos que Harry había comprado.

– Ese – eligió, señalando el dorado.

– Buena elección, señorito, ya sale su estrella – dijo, poniéndose manos a la obra y llenando la estrella con brillo lo más prolijamente que podía.

Si le hubieran dicho un año atrás que iba a pasar un viernes por la tarde haciendo estrellas de navidad con su omega y su hijo de dos años, Louis no se lo hubiera creído, se habría reído y lo hubiera creído imposible, pero ahí estaba.

Los caminos de la vida no siempre eran lo que uno pensaba.

El celular de Harry comenzó a sonar, interrumpiendo el silencio cómodo en el que estaban, ni siquiera lo miró, solo cortó la llamada. Era su hermana o su madre.

Había empezado una semana atrás luego de semanas sin enviar mensajes, su madre nunca había parado, pero Gemma parecía cegada por su dolor y no paraba de decirle cosas feas a Harry, culpandolo de su tragedia y el infierno en el que estaba viviendo.

Su pobre omega había llorado por horas, sintiéndose culpable, Louis lo había consolado y asegurado lo contrario pero no podía controlar lo que pasaba en su cabecita.

beach boys [ social media l.s ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora