Miedo, confusión e intriga.
Un sin fin más de sentimientos y sensaciones que habían comenzado desde su llegada a Denver.
Riley era una niña, una niña que apenas estaba recuperándose de la singular desapareción de su hermano.
¿Cómo tendría la suficiente cordura para saber que lo que ella sabía no era obra de su imaginación?El motor del vehículo rugía con ferocidad para andar, los castaños ojos de Jasper miraban a través del retrovisor la cabecilla encorvada de la infante.
—Ray, tienes que bajar.
—Sí, lo siento, te veo después.— sin dedicarle algún tipo de afecto azotó la puerta.
No sonreía y su semblante lucía demacrado. Ya en su mente trabajaban posibles situaciones y burlas que harían sobre aquello.
El bullicio en medio de un considerable grupo de alumnado repercutía crispante en su oídos, intentando reconocer desde lejos el motivo del escándalo.
—¿Qué me vas a decir ahora? ¿Qué te gusta la loca?— la autoritaria voz de Moose fue fácilmente descifrada.
—Si me gustara, ese no sería tu problema.— ¿El chico pañoleta? Eso no terminará bien.
—¿Entonces por qué la defiendes tanto? Por favor, Arellano, mientes terrible.
«Ooouh»
Aullaron asombrados ante el primer golpe. Riley no quería más problemas, pasó a un lado de sus compañeros de prisa esperando pasar desapercibida.
—¡Hey, Hey! ¡Riley!— Gwen y Finney se aproximaron agitados.
—¿Estás bien? ¿Ya lograste recordar algo?
—Gwen...— reprendió el mayor.
—Está bien.
Sí, pero no es nada de lo que preocuparse.- esbozó una sonrisa insegura.—¿Viste algo de los globos negros?
El aire se tensó, sus orbez se movían buscando en el rostro de la ojiazul algún tipo de broma.
—¿Cómo sabes?
—Ayer cuando te encontramos— pasó saliva duramente-, había un globo.
El rubio se aventuró a hablar.
—Gwen me dijo que eres amiga de Bruce.
—¿Sucede algo?
Por las miradas que ambos mostraron, entendió que sabían algo.
Estaba por interrogarlos cuando la campana se interpuso.
La pelinegra se acercó y la envolvió en un corto abrazo.—Te veo en el receso.
En cambio Finney parecía tener un conflicto con sus emociones, reflejando así el nerviosismo.
Así pasó la primera hora de historia moviendo su pierna y descarrilando sus pensamientos fuera de la clase. En más de una ocasión la docente llamó su atención y Riley hacía lo posible por entender las actividades; todo ello sin éxito.
A la segunda hora— minutos antes de la entrada del maestro—, acomodó sus brazos en el pupitre a manera de almohada, cerró sus ojos dejando de escuchar las risas ajenas.
Se reincorporó de golpe al sentir un acompañante. Afirmativo, era Robin.
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𝐓wo 𝐁lack 𝐁alloons → R. Arellano
Fanfiction𝓡丨❝𝖲𝗂 𝗇𝗈 𝗌𝖺𝗅𝗀𝗈 𝖼𝗈𝗇𝗍𝗂𝗀𝗈 𝗉𝗋𝖾𝖿𝗂𝖾𝗋𝗈 𝗇𝗈 𝗌𝖺𝗅𝗂𝗋❞ 𝐃onde Riley se muda para olvidar su pasado. 𝐎 𝐃onde Robin se aferra a no perder lo que más ama. ⚠...