Sol

24 1 0
                                    


Aún recuerdo esa noche, como si fuese ayer. Puedo sentir el aroma de tu vape, el sonido de la serena agua, la forma en la que nos fuimos envolviendo poco a poco, como te agarré de la cintura estando dentro de la piscina, la sutil forma en la que te empuje hacía a mi y como conectamos las miradas; miradas que decían, al carajo todo, voy a vivir el momento y dejarme llevar, el alcohol haciendo un poco de efecto y la música que sucumbía nuestros oidos, ese previo juego de pasarte la nariz por las mejillas y chocarla con la tuya para que nuestros labios estuviesen cerca uno del otro, sentir nuestra respiración y  hacer como que te iba a besar, pero en realidad no y como no nos pudimos resistir a las ganas y a la tentación... 

Aun recuerdo, cuando nuestros labios chocaron, cuando comenzamos a besarnos con pasión, pero con una pasión tan intensa que decidimos olvidarnos de el mundo, de las personas que estaban cerca nuestro y con una pasión tan intensa que aumento nuestras ondas vibracionales justo en ese momento y en la que logramos conectar de manera tan profunda nuestras almas, cada beso era más y más pasional, con deseo y ganas, cuando mordíamos nuestros labios con fúlgor y la pequeña pausa que hice para decirte que tus ojos eran una obra de arte, porque su color era muy peculiar y místico, puedo re-confirmar que jamás he visto unos ojos como los tuyos, a pesar de que en cada historia se mencione esta característica, cada uno es distinto y tiene su propia magia y encanto. El tuyo por ejemplo, un chocolate muy profundo de color muy claro pero a la vez extremadamente obscuro como el gran vasto y aterrador espacio, que parece tener las características de una nebulosa. Difícil de describir, descalificar y comprender...

Aun recuerdo... Cuando te lo mencioné y entre besos empezaste a reír, fue tan espontáneo, puro y real. No sé porque razón, si será por causas del alcohol, de heridas no sanadas, de querer olvidarnos de algo de nuestro pasado, pero debo admitir que jamás he besado con tanta fuerza, con tanta pasión como lo hice contigo, aquella noche.

Aun recuerdo, el agua que se agitaba cada vez más y se empezaba a calentar, aun puedo ver al cerrar mis ojos cada noche, lo hermosa que fue esa noche, despejada sin nubes con los pequeños focos que guindaban y le daban un toque romántico, a nuestro momento.

Aun recuerdo cuando caballerosamente te pregunté ¿puedo? porque no quería que te sintieras obligada o presionada, ni mucho menos faltarte el respeto y también te reíste, porque por tu mente pasaba Waow ¿de dónde salió este tipo? Fue cuando con el consentimiento de ambos, nos dimos la oportunidad de conectar aún más nuestras almas y energías... 

Era media noche cuando después de tantos besos, nos ganó la tentación y no nos pudimos resistir, aun recuerdo nuestros gemidos, el como sonaba nuestra respiración agitada, y como el corazón se nos aceleraba, los besos y caricias que te di, en el cuello y por todo tu rostro, hasta llegar al pozo mágico en el que hice una parada muy prolongada y profunda, tan prolongada que recuerdo como tus manos me agarraron el cabello y me lo empezaron a acariciar, hasta que no resististe más y me halaste por el cabello hasta ti, pidiéndome que introdujera mi miembro reproductor masculino en ti, hasta me eriza la piel recordar lo cálido que se sintió. 

Aun recuerdo, como interactuaban nuestros cuerpos y el sonido de ambos chocando, el silencio que había en nuestra habitación muy aparte de nuestros gémidos y el hecho de saber que estábamos solo nosotros dos disfrutando de ese único momento, era acogedor y emanaba paz, sin importar el mundo, nuestras preocupaciones se detuvieron por un momento y decidimos ser felices por un momento... 

Saber que lo que pasó, fue hecho con amor y con pasión es placentero

Después de esa noche, nada volvió a ser igual, aun recuerdo que después de esa noche, me quedó impregnado el olor durante semanas a sexo, mi cuerpo olía a nosotros, aún después de bañarme y perfumarme todos los días, el olor no se iba, en mis dedos había quedado y cada vez que los pasaba por mi rostro se sentía... Era un olor muy fuerte, tan fuerte que estuviese haciendo lo que estuviese, venía y me teletransportaba a esa noche... Inclusive mi ropa después de ese día también quedo con el mismo olor, así como las marcas que te dejé...

Para Cada Amor Una LecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora