4 DE AGOSTO DE 1987
En plena madrugada, Chan sintió como le acariciaban el rostro. Pensó que sería su madre despertandolo para decirle que ya mismo se irían a trabajar, pero cuando abrió los ojos muy cansado y enfocó la vista, se dio cuenta que estaba totalmente solo en su habitación y la puerta estaba entreabierta. Por ahí entraba un pequeño halo de luz y escuchaba de lejos murmullos provenientes de la cocina.
Se levantó y arrastró los pies hasta la cocina, de dónde venía la luz, y allí se encontró a sus padres recogiendo lo que habían usado para desayunar.
— Buenos días —dijo en tono bajo para que se dieran cuenta de su presencia.
— Ya te iba a despertar —le dijo su padre cogiendo un trapo para limpiar la mesa.
— ¿Qué hora es? —preguntó el menor rascándose un ojo y bostezando a la vez.
— Las cinco y algo más —contestó su madre mirando el reloj de aguja de la pared—. ¿Cómo has dormido, cariño? —cuestionó dulcemente, dándole una caricia en la mejilla antes de ponerse a lavar los platos.
— Bien, mamá. Apenas me he dado cuenta de que no estábamos en la otra casa.
— Normal, ayer terminasteis todos muy cansados del viaje y la mudanza —habló con una sonrisa agradable.
— Nosotros ya mismo nos vamos a dejar todo preparado para abrir el bar de tu tío —le informó Changbin.
— Que ya no es del tío Lee, ahora es nuestro —contradijo su esposa.
— Sí, bueno, ya lo sé. Sólo no me acostumbro.
Chan se sentó en una de las sillas mientras los veía coger sus objetos personales.
— Hazles el desayuno a tus hermanos —le ordenó Chaeryeong asegurándose de que tenía todo lo necesario en su bolso—. Levantalos temprano que no quiero berrinches por la noche sobre que no pueden dormir. Además, deben ayudarte a sacar cosas de las cajas.
— Lo haré —Chan asintió con la cabeza—, que les vaya bien.
— Gracias —dijeron sus padres al unísono, más la madre se acercó y besó su mejilla.
— ¿Qué haría sin ti, mi niño grande?
Chan se enrojeció y luego sus padres salieron de casa dejándolo solo. Aún era demasiado temprano para levantar a sus hermanos e igualmente ya no podría volver a dormirse, así que se dirigió al salón para terminar de deshacer las últimas cajas que quedaban.
Tras vaciar un par de cajas e ir a por la tercera, se encontró una fotografía enmarcada de su familia completa en su primer viaje familiar a Jeju. Ahí Jeongin todavía era un bebé recién nacido que dormía en los brazos de la madre. Sonrió nostálgico al recordar que los mellizos estaban a cada lado de Changbin porque los había reprendido minutos atrás por alguna de sus jugarretas. Por su parte, Chan se encontraba en un extremo de la imagen al lado de Chaeryeong, usando uno de sus brazos para abrazarla.
Se levantó para colocar el marco en el mueble del salón y cuando le encontró un sitio adecuado a la altura de su cara, vio por el reflejo del cristal, en el pasillo, una figura estática. Se asustó girándose rápidamente, dándose cuenta de que está completamente solo.
— ¿Felix? ¿Jisung? —preguntó todavía con el corazón acelerado.
Estuvo un rato pretendiendo escuchar algo, pero solo había silencio. Caminó despacio por ese mismo pasillo hasta la habitación de los mellizos, abriendo la puerta y viéndolos dormir en su litera. Después se dirigió a la de Jeongin, quien dormía plácidamente también.
— Estoy muy cansado, será eso...
Cuando quiso darse cuenta, ya eran las siete y la hora de levantar a sus hermanos. Les encendió las luces a los mellizos y corrió las cortinas.
— Levantarse y asearos. Iré preparando el desayuno.
— ¡Hyung! —protestó el pecoso— Aún es muy temprano.
— Tenéis que ayudarme con las cajas —dijo Chan.
— ¡Pues espero que Jeongin también se levante! —exclamó Jisung saliendo de debajo de las sábanas.
— Que sí, pesado.
Salió suspirando de esa habitación y yendo a la de Jeongin. Con él siempre era más cuidadoso porque el menor era especial para Chan. Jeongin no era muy hablador y suele ser solitario a diferencia de los mellizos que eran todo lo contrario. De alguna forma no se sentía tan solo con él, al fin y al cabo los mellizos tenían un vínculo especial que no tendrían con sus otros hermanos.
— Pequeño... —susurró acariciándole el cabello tras haber abierto las cortinas— ¿Vamos a desayunar?
Jeongin asintió extendiendo los brazos para que lo agarrara en brazos y eso hizo. Lo sentó en una de las sillas de la cocina y se dispuso a hacerles el desayuno a los otros dos y para el menor leche con cereales.
Rato después, los cuatro estaban desayunando. En realidad, Chan vigilaba a Jeongin quien hacía poco empezó a comer solo mientras los mellizos se estaban tirando comida a la vez que peleaban por cualquier tontería.
Cuando un trozo de comida impactó en el mayor, Chan reparó en la que estaban montando.
— ¿Queréis parar? Siempre igual, parece que no tenéis modales. ¿Esa es la educación que os dieron vuestros padres? —les regañó— Ya tenéis una edad para estar comportándose de esa manera.
Su regaño fue frenado cuando el teléfono fijo de pared de casa sonó.
— ¿Quién es? —preguntó Felix curioso.
— Debe ser la abuela —respondió Chan levantándose.
— ¡Pásamela si es! —gritó Jisung.
Chan descolgó el teléfono llevándoselo a la oreja.
— ¿Diga?
No se escuchaba nada tras la línea.
— ¿Hay alguien?
Oyó una respiración errática que le puso los vellos de punta.
— ¿Quién es? Diga algo.
De la base del teléfono salieron chispas y lo soltó bruscamente cuando le dió una corriente eléctrica. Siseó adolorido y lo vio quemado.
— Puta mierda —bufó—. Perfecto —habló con ironía.
Holi, solo quiero aclarar que el tío fallecido no tiene nada que ver aquí. Sólo es un personaje para que entiendan por qué se mudaron, pero no tiene más importancia
Btw Chan representa a todos los hermanos mayores (pobrecito)
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𝐄𝐎𝐌𝐄𝐎𝐍𝐈 ━━ 𝐒𝐊𝐙
ParanormalChan y su familia se mudan a una nueva casa. Pronto a él y sus hermanos menores empiezan a vivir sucesos extraños. ›› Portada hecha por @Haraboji29