JunMyeon no podía dejar de dar vueltas e intentó concentrarse en los sonidos de Eun-woo, pero no distinguió nada. Solía tener una novela empezada en la mesilla para momentos como aquel, pero como hacía tanto tiempo que no dormía allí, no se había molestado en buscar una. Podía escaparse a la biblioteca y elegir algo, pero corría el riesgo de que alguien de la fiesta lo viera en pijama o, peor aún, de ver a SeHun llevándose a su última conquista a una habitación.
No, tenía que quedarse en la cama. Había decidido quedarse mirando al techo hasta que se durmiera, cuando alguien llamó a la puerta.
—¿Quién es? —dijo JunMyeon incorporándose asustado.
¿Había cerrado con llave?
—No has venido a nuestra habitación. —la voz profunda de SeHun resonó en la oscuridad.
Se le contrajo el pecho. ¿De veras SeHun esperaba que fuera allí después de haber discutido y haber estado separados toda la noche?
—He pensado quedarme aquí a dormir. —respondió con frialdad.
—Estás enfadado conmigo. —susurro SeHun con pesar entrando a la habitación.
—No, es solo que tengo sueño. —mintió JunMyeon, no quería que SeHun supiera cuánto le había molestado verlo con todos esos chicos. Ni siquiera sabía por qué si tan solo había bailado con ellos. Pero igual no quería darle la satisfacción de que supiera que le había afectado.
—Yo también. Ha sido una noche agotadora. —declaro SeHun con una sonrisa.
La habitación estaba demasiado oscura para ver algo más que su contorno, pero JunMyeon oyó que SeHun se quitaba la ropa. Contuvo la respiración. ¿Pretendía SeHun meterse en su cama sin que lo invitara?
Oyó que algo caía al suelo. ¿Los pantalones? Se le aceleró el corazón y trató de distinguir algo en la oscuridad. Sintió que se acercaba y se aferró a la sábana.
—No puedes meterte en la cama conmigo. —regaño JunMyeon a la defensiva.
—¿Por qué no? —replico SeHun.
—Quiero estar solo. —gruño JunMyeon—. SOLO.
—Cada vez que bailaba con alguien, estaba pensando en ti. —declaro SeHun con una sonrisa avergonzada y sincera—. Imaginaba que te estaba abrazando y dando vueltas contigo. Extrañaba tu olor y cuando vi que ya no estabas en el salón, quise correr rápidamente detrás de ti y besarte de la forma en la que estaba añorando, así que burle algunas cosas y aquí me tienes.
JunMyeon se mordió el labio. Sus músculos empezaban a relajarse. Le perdonaba todo y quería sentirlo cerca. Cuando sintió el peso de SeHun sobre él, JunMyeon fue incapaz de hacer que se apartara. Luego se levantó la sábana y SeHun se metió bajo él. Sus muslos estaban calientes y sus brazos lo rodearon antes de que pudiera reunir las fuerzas para resistirse. Qué engreído dar por sentado que sería bienvenido. Aun así, su olor alteraba sus sentidos, despertando en JunMyeon el deseo.
—Tienes que quitarte esto. —dijo SeHun tirando de la tela del pijama.
—¿Y si no quiero? —reto JunMyeon—. Quizá quería dormir de verdad.
Aunque su cuerpo decía lo contrario. Los músculos ya se le habían relajado y los pezones se habían endurecido. SeHun le quitó la parte de arriba y lo besó en la boca antes de chuparle cada pezón con la lengua. La pasión se desató en JunMyeon y se aferró a SeHun atrayéndolo más cerca. Su pene erecto y dispuesto intensificaba su excitación.
SeHun había bailado con todos eso chicos, pero era a él al que había ido a buscar para pasar la noche a su lado.
JunMyeon quería decirle que lo amaba, pero el sentido común se lo impidió. Era evidente que SeHun tenía miedo al compromiso, por lo que una declaración así podía asustarlo. Lo que daría por oírlo de él...
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UN LEGADO INESPERADO-SEHO
Ficțiune istoricăSeHun era el segundo hijo del rey de Pyongyang, monarquía aun presente en Asia que tenía una ley: cuando el hijo mayor ascendía al trono los demás hermanos eran exiliados definitivamente del país. Y le toco a SeHun por eso al llegar a corea del sur...