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—Sólo... Hazlo ya Eddie, estoy muriendo por dentro.

— ¿Puedes callarte? Estás desconcentrándome, voy a orinarme la mano- solté un poco de aire mientras sostenía el pequeño objeto de plástico entre mis dedos.

—Lo siento, voy a callarme- escuché como el castaño se recargó en la pared.

Estas cosas no suelen pasarle a las personas, pero soy yo, Eddie "mala suerte" Munson, claro que iba a pasarme a mí.

Sabíamos el peligro que conllevaba esto y aún así nos arriesgamos, ¿Y qué teníamos ahora? Una espera de 5 malditos minutos para saber si un jodido bebé dependería del mísero sueldo de video club de Steve, y mis malditos ahorros por vender droga.

— ¿Puedes avisarme cuando esté?- Steve tocó la puerta del otro lado.

— ¡Claro que te avisaré, no es sólo mi maldito problema!- exclamé sentado en el retrete mientras sostenía la prueba con mis manos.

— ¡Oye, no me grites, estoy tan asustado por esto como tú, no es justo! - miré mi reloj, era tiempo.

Cerré mis ojos y volteé el objeto para después abrirlos lentamente.

—Mierda...

— ¿Mierda, dijiste mierda?- el castaño tocó desesperadamente la puerta de madera. —Eddie, ¿Dijiste mierda?- preguntó preocupado. —Eddie, te juro que si no abres la maldita puerta voy a tirarla, no me importa si tu tío me mata, de cualquier forma creo que ya lo hará.

Quité el seguro de la puerta y entonces Steve entró.

—Edd...

Steve me miró, yo seguía en el retrete con la prueba en la mano, la diferencia era que ahora estaba llorando.

—Carajo- susurró quitando la prueba de mi mano. —No, no, no- pasó su mano por su cara y la dejó sobre su boca mientras miraba ese pedazo de plástico con detenimiento. —Esto es... Esto es ¿Real?

—Ve las instrucciones por tí mismo, quizás yo sea un imbécil- saqué la caja de la basura y se la entregué.

Aún no podía mirarlo a los ojos, no me atrevía.

Él sólo volvió a maldecir después de ver aquella caja, yo seguía en completo shock mientras miraba a la nada.

— ¿Qué carajos vamos a hacer?- preguntó en medio de un pequeño llanto mientras arrojaba la caja de vuelta a la basura y apretaba la prueba.

—Yo... No lo sé- negué aún sin mirarlo, él se agachó a mi altura y tomó mi barbilla, logrando así conectar nuestras miradas.

—Aquí estoy Eddie, sólo dime algo por favor- sorbió su nariz y yo no resistí a abrazarlo.

—Tengo miedo, es lo único que puedo pensar.

—Estoy aquí Edd- posó su mano que aún sostenía la prueba sobre mi rodilla que se movía rápidamente por los nervios. —Pensaremos en algo, lo prometo, pensaremos en algo.

Asentí con lágrimas en los ojos.

Después de llorar ambos en el baño por un largo rato, salimos de ahí para dirigirnos a mi habitación. Hipaba de vez en cuando mientras limpiaba mis ojos. Esto estaba resultando ser una completa mierda.

Un par de imbéciles iban a tener un hijo a los 19 años por un descuido de sólo minutos.

Y lo peor de todo, es que ambos estábamos conscientes de que esto podía pasar tarde o temprano y por eso llevábamos un control.

Me tumbé en mi cama mirando al techo y Steve se tumbó a mi lado.

— ¿Puedes creerlo?

—No, sigo procesándolo- respondí acariciando su bonita ola mientras miraba el techo.

ʀᴏꜱᴀɴɴᴀ ||ꜱᴛᴇᴅᴅɪᴇ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora