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Actualmente estaba aburrido.

El viaje estaba siendo increíble y ninguno habló sobre la escena que Taehyung armó antes de abordar el avión que los llevaría a Francia.

No hablaron de eso ni de nada en particular.

Apenas llevaban una semana de viaje y Yoongi se pasaba la vida en reuniones de negocios, que él no sabía ni siquiera que se iban a hacer, y Taehyung. .. bueno, él pasaba el día en la habitación del hotel o recorriendo por sí solo las calles bellas de Europa.

Soltó un gemido lastimero cuando la manecilla del reloj indicó que Yoongi estaba retrasado. En realidad, no le importaba que no estuviera, pero antes de salir del hotel le dijo que estuviera listo antes del medio día porque irían a comer a un restaurante que un socio de su padre le había recomendado, y Taehyung había estado emocionado pues llevaban dos días en Venecia y no había ido a ningún lado.

Pero eran casi las tres de la tarde y Yoongi seguía sin llegar. Pensó en llamarlo, pero no quería parecer desesperado por tenerlo a su lado. En realidad, a él no le importaba si pasaban el día juntos o separados, porque cuando Yoongi no estaba, él salía a recorrer las bellas ciudades, podía llamarle a Seokjin, y mostrarle a él todo lo que el mundo tenía para ofrecer, y Seokjin estaba encantado por ver todo aquello. Amigos, o casi algo, su relación seguía bien.

Escuchó la puerta de la habitación ser abierta y se levantó de la cama con rapidez para mirar a Yoongi. Frunció el ceño y agudizó su olfato.

Yoongi olía a omega –a alfas también, pero principalmente a omega–. Y eso, le incomodó.

—Sólo me daré una ducha y nos vamos.
—dijo Yoongi sin mirarlo.

—Llegas tres horas tarde. —comentó el rubio con la mirada puesta sobre el moreno.

—La reunión se alargó, eso es todo. Iba a llamarte pero estuve ocupado.

Taehyung asintió sin creer una sola palabra de Yoongi.

No armaría una escena de celos porque no quería que Yoongi creyera que estaba enamorándose de él o algo por el estilo, pero ganas no le faltaron de gritarle en la cara que si creía que era idiota o por qué le mentía tan descaradamente en la cara. Su contestación era la misma frase cada que llegaba tarde.

Casi siempre le decía lo mismo. Juntas, negocios, y no había otra respuesta más.

Rodó los ojos cuando la puerta del baño se cerró y se dejó caer bocabajo en la cama y gruñó.

Yoongi se estaba comportando como esos alfas que él detestaba, y lo peor de todo era que le molestaba no poder odiarlo por ello. No sabía exactamente qué o por qué no podía simplemente ignorar lo que Yoongi hacía pero sin duda alguna no era normal. Tal vez su padre le inyectó algo mientras dormía porque él no se preocuparía porque Yoongi trajera tantos olores encima, al menos no si estuviera en sus cinco sentidos.

—¿Por qué estás molesto?—preguntó Yoongi sobresaltándolo. Taehyung se sentó en la cama y lo miró.

—No estoy molesto.

—La habitación apesta a enojo, estás soltando feromonas.

Taehyung agachó la mirada. 

Ni siquiera se había dado cuenta que su cuerpo estaba soltando feromonas.

—Lo lamento. —se disculpó e intentó calmarse.

—No me molesta el olor, de hecho, es muy dulce para ser de enojo.

—Sí, bueno, yo soy así, todo yo apesto a dulce—se encogió de hombros—. Es inevitable.

—¿Por qué estás molesto?—preguntó acercándose a él.

—No es nada.

—¿Te molesta que haya llegado tarde?—preguntó en un susurro. Taehyung levantó la mirada a los ojos de Yoongi.

¡Ahí estaba de nuevo esa mirada!

Taehyung se había dado cuenta que de vez en cuando la mirada de Yoongi parecía ser más brillante y luminosa. A Taehyung le gustaba porque Yoongi se veía más vivo cuando su mirada hacía eso. No tan serio como siempre este es.

—Algo así. —dijo, Yoongi frunció el ceño y se sentó a su lado en la cama.

—¿Cómo que algo así?—Taehyung giró el rostro para verlo. El brillo en sus ojos había desaparecido y Taehyung agachó la mirada.

—Es sólo que no me gusta cuando alguien rompe una promesa, y tú prometiste llegar temprano para ir a comer a ese restaurante del que tanto te hablaron.

«Y romper una promesa más de muchas que has roto durante este viaje.» pensó.

—Lo sé y lo lamento, pero te dije que iría a una reunión con unos socios muy importantes.

Pero no dijiste nada sobre llegar con olor  de tanta gente, tarde, sin intención de hacer nada. Taehyung pensó. O el poco respeto que le daba a entender con aromas encima que incomodaban, llegando tarde para sus salidas y planes, dejándolo encerrado, e incluso no teniendo prioridades; por sólo limitarse a decir "estoy ocupado" e ignorarlo las siguientes horas del día. ¿Estaban de viaje, o en una gira de negocios? ¿Realmente quería viajar con él como le dijo antes? Incluso hubiese sido más sencillo dejar en claro que se ignoraran mutuamente desde el inicio y tomar directamente cada uno su camino.

No estando así. No sintiéndose incómodo por esperar algo de alguien que no tiene voluntad.

—Y sé que rompí mi promesa. Sí, es un viaje personal, no de negocios —continuó Yoongi —, así que te prometo que desde ahora en adelante no habrán reuniones con socios ni nada por el estilo. Desde ahora sólo nos dedicaremos a recorrer las calles de las ciudades, compraremos e iremos a todo lo que tú quieras.

—¿Nada de reuniones?—preguntó Taehyung levantando la mirada para verlo.

—Nada. Ni una reunión, ¿te parece bien?

—Me parece bien. —sonrió.

—Y como estamos empezando oficialmente el viaje, te llevaré a recorrer Venecia, en una góndola y sé que te encantará.

Taehyung sonrió emocionado.

—Bien, ahora ve a bañarte porque hueles horrible. —dijo arrugando la nariz.

Yoongi lo miró con ese brillo de nuevo en sus ojos y una sonrisa discreta. Asintió y se levantó para dirigirse al baño.

Taehyung sonrió satisfecho cuando escuchó a Yoongi asearse, y sonrió aún más cuando el pálido salió del baño vestido con ropa casual y con olor a su colonia preferida, roble y hiedra. Una combinación perfecta para el olfato del rubio omega.












—Yoonxtaem

Into You › Yoontae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora