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Jamás se sintió tan fuera de lugar como estaba sintiéndose en ese momento.

La gente iba de un lado a otro con copas en la mano y sonriendo como sabían hacerlo. Todos lo saludaban como si lo conocieran de toda la vida.

Estaba sentado en medio de la gran mesa al frente de todo el jardín, a lo lejos vió a Seokjin llegar con su familia y le sonrió a su amigo cuando sus miradas se encontraron. Estaba dispuesto a levantarse cuando su padre lo tomó de la rodilla impidiendo que se levantara.

—No, se supone que no lo conoces del todo.

—Pero papá...—gimió con un puchero.

—Por favor, Taehyung. Sólo esta vez, la próxima puedes ir a saludar a tu amigo, pero hoy no.

—Bien—suspiró y recargó su mentón en su mano izquierda.

—Además no puedes correr hacía un alfa—comentó su madre en un susurro. Taehyung frunció el ceño.

—Pero no es un alfa, es Jin. —explicó.

—Seokjin es alfa. No es tu alfa, así que no puedes tirarte sobre él, un omega que se respeta no lo haría nunca.

—Casi nadie respeta a los omegas, así que qué importa. —refunfuñó y mordió su labio bajo la mirada severa de su padre.

—Deja de actuar así, Taehyung.

La familia Kim se acercó a saludar, los padres de Seokjin sonreían y decían lo hermoso que era el pequeño Taehyung y lo lindo que habría sido que se conocieran antes porque estaban seguros de que su hijo merecía un omega tan lindo como él. Seokjin simplemente le sonrió y guiñó su ojo para luego rodar los ojos ante las palabras de sus padres.

Las mejillas de Taehyung se pintaron de rojo por los halagos de la Sra. Kim, él nunca había escuchado tantas cosas bonitas dirigidas a él.

—¡Pero miren que ternura!—repitió y Taehyung soltó una pequeña risa nerviosa.

—Basta, mujer, lo avergüenzas—rió el Sr. Kim y le dió una sonrisa amable.

Ahora por fin entendía por qué SeokJin era tan atento y amable con todos. Sus padres lo habían enseñado a respetar, y ser un amor de persona, que fácilmente Seokjin era el mejor ejemplo de ello. Era apodado el mejor hijo de todos, y el mejor alfa también. Por un momento, dudó en decir algo respecto también, para verse en acuerdo, pero sus padres lo habrían matado ahí mismo.

Luego de un tiempo la familia de Seokjin se fue a su mesa y Taehyung regresó a su aburrimiento.

Miró discretamente al reloj que descansaba en su mano derecha y pudo notar que eran las 21:25. Miró a sus padres riendo con unos señores y suspiró de aburrimiento.

—Quita esa cara. —escuchó a sus espaldas y sonrió.

—Cállate, estoy demasiado aburrido.

—Lo sé, igual yo. Jamás había estado tan aburrida en mi vida.

—¿Por qué estás aquí, Soojin? Se supone que no me conoces.

—Bueno, mis padres creen que como somos omegas podemos llevarnos bien, así que me dijeron que viniera a hacerte compañía.

—Al menos ya estás aquí. Cuando Seokjin llegó mis padres me impidieron saludarlo bien.

—Oh sí, escuché que la madre de Jin estuvo casi rogándote que fueras el omega de él. —rió y Taehyung rodó los ojos.

—Sólo dijo que soy muy lindo y que ojalá Jin consiguiera un omega como yo, no dijo que me quería como omega de su hijo.

—Mmh...—rió y Taehyung sólo sonrió con las mejillas rojas.

Miró la puerta principal justo en el momento en que un joven pálido de unos veintitantos años entraba con el aura dominante. Sintió su cuerpo estremecerse y su respiración se atoró en su garganta en el momento en que sus ojos se encontraron.

Eran hermosos.

Había visto un montón de ojos cafés y todos le parecían normales –a excepción de los ojos de Seokjin, claro está–, pero este chico tenía unos ojos hermosos y las pestañas más largas que nunca había visto. El rostro del desconocido estaba esculpido a mano, tenía la nariz respingada y los labios definidos, su mandíbula parecía ser perfecta y su cabello estaba perfectamente peinado en un tupé.

—Cierra la boca. —escuchó a su lado y apartó la mirada.

—Está cerrada.

—¡Claro!—dijo sarcásticamente.

—¡Taehyung!—escuchó a su padre, y se levantó para caminar hacía él.

Cuando llegó a su familia sonrió de la forma en que le dijeron tenía que hacer.

—Él es mi sobrino, Taehyung.

—Kim Taehyung, un placer—el rubio sonrió y tomó la mano del hombre delante de él.

—Soy Min Yeon-ok, y el placer es mío.

Taehyung sonrió e intentó calmar su respiración. Él era... entonces, el chico al que admiró era...

—Él es mi hijo—dijo el Sr. Min interrumpiendo sus pensamientos—, Min Yoongi.

El chico, Yoongi, se acercó lentamente y ofreció su mano, Taehyung la tomó sintiendo una corriente recorrer todo su cuerpo y forzó una sonrisa.

—Min Yoongi. —se presentó.

Su voz, pensó Taehyung.

— Kim Taehyung.

—Es un placer conocerte al fin, Kim Taehyung.

















—Yoonxtaem

Into You › Yoontae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora