VII

1.1K 124 18
                                    

Cuando las sombras de la noche
Y las estrellas aparezcan
Y no hay nadie ahí para secar tus lagrimas
Podría abrazarte por un millón de años

Adele

Debia agradecer el hecho de que a ella le importaba nada su vida, porque no era como si hubiese intentado quitarse la vida, no

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Debia agradecer el hecho de que a ella le importaba nada su vida, porque no era como si hubiese intentado quitarse la vida, no.

No era asi.

Solo... estaba haciendo lo correcto, eso de avanzar. Bueno, el no debería imaginar que Jue aun esta, y estaba conciente de ello. De ella no era Jue, su Jue estaría decepcionado de saber la vida que el habia decidido y sobre todo... quizás si el no hubiese insistido en que ella le acompañara a esa premier, Jue no hubiera...

— No hay necesidad de mentir... no es como si tu imagen va a deteriorarse más de lo que ya esta conmigo — Taehyung dejó de ver por la ventana y su mirada cayó en Yunie quien iba manejando — me refiero a que, el doctor estaba preocupado porque tu intento de suicidio fallido no sea un... intento de suicidio fallido.

— No quise... no fue asi, solo, yo nunca había tomado mis pastillas, me rehusó a drogarme para dormir.

— Aun así, para cualquiera que no te conozca creera que fue intento de suicidio, me pidieron que llamara a un familiar tuyo...

— Tu...

— No llamé a nadie...

— ¿Me crees?

El semaforo estaba en rojo y habían unas luces parpadeando y Yunie pudo ver el rostro de Taehyung iluminarse de un verde... respiró profundo y sus manos aun en el volante hacían que sus nudillos se pronunciaran. Y su mano derecha soltó el timon y la acercó a la frente de Taehyung y le golpeó con sutileza con el dedo índice.

— Idiota... ¿Cual seria la necesidad de dejar una buena imagen conmigo? No me importas ni un poco y yo tampoco te importo ni un poco... no hay necesidad de mentirnos.

— ¿Entonces me crees? — Taehyung acarició su frente después de que Yunie dejara el golpecito en ella.

— Te creo.

Era un alivio, un alivio que esta chica no le viera con lastima y preocupación, porque el en verdad no intentaba quitarse la vida.

— Gracias — dijo y le regaló esa sonrisa tan hermosa que Yunie habia visto para todos menos para ella.

Yunie arrancó el auto y frenó de golpe, arrancó de nuevo y frenó de golpe, lo hizo cuatro veces.

— ¡Oye!

— No me sonrías asi... me da miedo.

— Maldita loca — dijo bajito mientras su mirada volvía a la ventana.

— Te escuché.

— ¿No quieres que te agradezca?

No quiero que me sonrías encantadoramente.

Another loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora