¿Tu algún día podrás quererme?
Taehyung y Yunie son dos adultos con muchos problemas, Yunie pasa por un divorcio y Taehyung trata de sobrevivir después de la muerte de su pareja. Ambos se verán envueltos en un estilo de vida que hará que estén el un...
Y si tienes un minuto ¿Por qué no nos vamos a hablar de eso en un lugar que solo nosotros conozcamos?
Keane
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No necesitaba decirlo, el lenguaje del amor es variado, Taehyung debia saber que ella lo amaba y Yunie debia saber que Taehyung la amaba, cuando despertaba y le hacia su desayuno favorito, ahí ella le amaba, cuando el le hacia el café como ella le gustaba, ahí el le amaba.
—Tomaló ahorita que esta muy caliente—invierno les estaba golpeando, la pequeña Yae aun dormia, en el sofá, porque había tenido una pesadilla y Taehyung le habia acompañado y se habían desvelado a lo grande en la sala donde veian películas.
Yunie tomó la taza y se quedó viendo lo humeante del café y su temperatura que, para ella era perfecto pero para Taehyung seguramente era horrible.
Amar.
Yunie tomó un poco y su mirada se dejaba caer en toda la silueta de su pareja. El cabello quedaba bien largo, años atrás lo hubiese preferido corto pero... largo se veia perfecto, ella podría acariciarle el rostro mientras aparta el cabello de su cara, no necesitaba una excusa realmente, pero aun así era una excusa buena.
—Tus ojos están penetrandome ¿Estas molesta conmigo?—Dejó el sarten y sirvió el desayuno para los dos y a pesar de decirselo, Yunie le siguió viendo de la misma manera.
Si es ella esta bien, si es ella se siente bien, si tiene su atención esta bien, a el le gusta eso si es ella.
—No me gusta despertar y que no estés—respondió con sinceridad, y el le besó suave para después sentarse y estar frente a ella—pero ¿Qué puedo hacer? Yae tiene permitido tomar mi alma si asi lo quiere— terminó diciendo Yunie.
—¿Es tu manera de decir lo mucho que me quieres?
Yunie sonrió.
—Gracias por el desayuno— terminó diciendo Yunie. No siempre Taehyung hacia el desayuno, pero los fines de semana la cocina es totalmente de él.
Bueno, eso solo en ocasiones. Quien despierta primero cocina.
Y mientras comian y platicaban, porque la costumbre de hablar cuando están desayunando es algo que nadie se los iba a quitar.
—Debiste llevarle los postres a tu madre, no se como pudiste olvidarlo.
—Ella también me dijo lo mismo, aunque la molestia se le fue cuando vio a Yae y se entristeció porque no fuiste.
—Me rompes el corazón—Yunie terminó de tomar el café—Iré a traerla, tengo unos bordados que se que le gustaran mucho.
