Capítulo 6: Salahaddin

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    Por la mañana cuando los rayos del sol empezaban a iluminar Jerusalén, los padres de Eliza vieron la carta que les había dejado.

~Queridos padres

He salido en busca de una cura para la enfermedad que agobia al Rey, trataré de volver en la mañana antes de que despierten si eso no sucede por favor denme un poco más de tiempo para regresar, una cosa más no dejen que nadie interfiera en ésto ya que de mí depende que Su Majestad esté mejor,  yo estaré bien, los veré pronto.

Con amor, Eliza.~

Los padres de Eliza al cerciorarse de que en efecto su hija no estaba en el palacio, quisieron esperar a que ésta volviera al reino, no podían ignorar el hecho de que el Rey podría venir y darse cuenta de su ausencia, por lo que Enrique decidió informar a Baldwin de lo que estaba sucediendo, ganándose el enojo de la madre de Eliza, cómo era de esperarse Isabella creía y estaba dispuesta a esperarla, pero el miedo de perder a su única hija era más fuerte de lo que se imaginaban.

                 ~Campaña del Sultán~

Eliza. Una vez que estuve frente a él, traté de no decir o hacer algo que pudiera incomodarlo, a decir verdad no parecía ser como lo hacían ver en los tantos relatos que había.

Salahaddin-¿Quién eres y que haces aquí?- preguntó de una forma autoritaria
-¿acaso eres una clase de invasora o informante de uno de mi enemigos?- masculló molesto.

Eliza.-Mi señor mi nombre es Eliza soy hija de Enrique e Isabella,reyes de Acre -dije causando una mirada de asombro- he llegado hasta aquí en busca de una posible cura a la enfermedad del Rey de Jerusalén -pareció comprender- vengo en son de paz- empezó hablar con uno de sus hombres en su idioma, no pude entender que decían.

Finalmente el sultán volvió a dirigirse a mi.

Salahaddin.- Así que, buscas una cura para la lepra que atormenta a tu Rey -aclaró su garganta- pero dime, ¿por qué piensas que dicha cosa se encuentra aquí? Estas consciente del tratado que tengo con él, si te atreves a ponerme en peligro no regresarás a Jerusalén- dijo queriendo intimidar acercándose a mí- uno de mis hombres te ayudará a buscar esa cura que tanto deseas, aunque siendo sinceros no creo que la encuentres por aquí- hizo una señal a uno de ellos para que me acompañara.

-Zahir, es uno de mis hombres más fieles, él se encargara de guiarte en tu búsqueda- ambos hicimos una reverencia y salimos de ahí, sin antes oír al Sultán- Dígale a su Rey que le envío mis saludos- fue lo último que salió de su boca.

-Zahir, es uno de mis hombres más fieles, él se encargara de guiarte en tu búsqueda- ambos hicimos una reverencia y salimos de ahí, sin antes oír al Sultán- Dígale a su Rey que le envío mis saludos- fue lo último que salió de su boca

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Zahir.- Así que es hija de los reyes de Acre -dijo a un lado mio- Para ser una princesa es muy callada - rio mientras me indicaba tomar un caballo -adelante suba, no creo que quiera seguir caminando- me ayudó a subir.

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