Capitulo 29

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Aviso el siguiente capítulo tiene contenido+18 leer bajo su propia responsabilidad

Baldwin. Me pareció extraño como Leonor evadia la mirada del familiar de Eliza, no era tan tonto como para no darme cuenta de la seña que hizo con su dedo para éste, como si tratase de evitar que se acercara.

-Debemos volver a Jerusalén las responsabilidades allá son de suma importancia también- dije con la mirada fija en Eliza.

Eliza.- Espero que su estadía allá resultado como era esperada- sonrió arduamente -Por cierto Majestad- hizo una pausa -Agradezco que usted y la princesa estuvieran en el día más feliz para mi- concluyó mientras sus mejillas se ruborizaban.

-No tienes de que agradecer, mi hermana te adora y eres muy especial para nosotros- musite con nerviosismo -Espero volvamos a verles querida amiga- solté mientras una punzada atacaba mi pecho -Leonor despídete- ordené.

Leonor.- Pero Majestad...- musitó molesta.

-Dije que te despidieras, has lo que te ordeno- dije con voz autoritaria.

Leonor.- Hasta luego Eliza, fue un gusto saludarlo su alteza- vocifero haciendo una reverencia.

Eliza.- Tal vez cuando su hijo nazca podría ir a visitarles- sonrió -Que Dios bendiga su camino- sus ojos se posaron en el joven a su lado.

Me despedí y nos dirigimos hacia la salida donde habían preparado una caravana la cual guiaría a Leonor hasta Jerusalén, yo por otro lado iría junto a Tiberias hacia Tiro para asignar a un nuevo regente que estuviera a cargo de estas tierras.

Los padres de Leonor habían enviado una carta solicitando la presencia de su hija para que les diera una explicación de su embarazo, pues desaprobaban que se haya concebido fuera del matrimonio, lo consideran adulterio y por ende debían hablar con ella, en esa nota citaron que "El leproso al que le has concebido un hijo no pondrá un solo pie en nuestro hogar" fue ahí cuando volví a caer en cuenta que había actuado de la manera incorrecta pues apesar de lo sucedido con Isabella, Enrique aceptaba mi cercanía con Eliza.

Eliza. Me encontraba en la sala principal compartiendo con Zahir después de que el Rey de Jerusalén se marchara junto a Leonor,al escuchar que alguien volvía a entrar por la puerta  crei que habían olvidado algo así que levanté la mirada y vaya sorpresa.

Inés.- Vaya vaya con que así luce la nueva Reina de Francia- dijo con burla -Que tenemos aquí, un sarraceno- río -Que adorable situación, es muy ver conmovedor cómo le otorgaste un título honorable por fin- vocifero con sarcasmo.

Zahir.- Mejor las dejó solas al parecer la dama demanda la atención de mi Reina- dijo a mi lado.

-No tienes porque irte- respondí frustrada -¡Que es lo que quiere y que pretende al venir hasta mi hogar e insultar a mi Rey!- replique haciendo eco.

Zahir.- Eliza en verdad no deseo estar aquí- musitó caminando.

Inés.- Vamos pequeño sarraceno aub no he dicho la mejor parte- sonrió arduamente -Tengo un trato para ustedes- soltó tranquila -Es de conveniencia para ambas partes- afirmo con un pergamino en su mano.
-Tengo aquí lo que tanto deseas Eliza, solo debes aliarte nuevamente a mi- extendió su brazo para cedermelo.

-No quiero ningún trato con usted- conteste girandome un poco.

Inés.- Que tonta muchacha, supuse que todo esté tiempo en el poder te haría entender que te resulta más conveniente- musitó seria.

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