Leybra

Angela

Angela está en su habitación, ella ha alquilado el cuarto 42 del segundo piso, se dispone a probarse los zapatos nuevos que se compró un día anterior, junto a un vestido rosa plateado; luego de mucho tiempo, se dispone a ir a su destino, baja las escaleras a una velocidad de promedio, en donde se encuentra un caballero que le saluda – buenos días, señorita Angela – dice él – ¿Cómo se encuentra hoy?

Buen día, señor Óscar – respondió ella con una expresión desconcertada – esta mañana me hallo de maravilla, ¿qué se le presenta? – dijo mientras ambos caminan en dirección a la salida del edificio.

Mire, se presentó unos casos de atentados en una oficina del centro, y usted es una de las últimas personas que trabajo en aquel sitio y deseamos hacerle unas preguntas cortas – dice él con una cara seria y neutral.

E?, ¿esos hechos ocurrieron recientemente?, porque si no conozco a un amigo que podría ayudar – él saca un cuaderno de apuntes y un lapicero – no, necesito hablar con usted lo más pronto posible, estaría bien reunirnos a las 11: 40 AM en la central de policía – ella responde dudando – ok, pero llevaré conmigo una amiga más.

No hay problema, nos vemos pronto – dice antes de acercarnos a un auto; ella camina hacia un restaurante cercano para desayunar, y decide llamar a una amiga, Emilia, para que la acompañe a la sede – hola amiga, ¿cómo te encuentras? – pregunta curiosa.

Amiga, eres tú, estoy bien, ¿y qué hay de ti? – habla devolviendo el favor - bien - contesta Angela - acá saliendo del hotel, estaré en este por unos días, hasta que esté lista mi nueva casa.

Que bueno que hallas decidido quedarte a vivir en la ciudad - comenta alegremente - sí, pero estaré por un mes y luego pienso irme del país. Tengo hambre, ¿Qué te parece si nos encontramos en el restaurante, ese donde comimos la otra vez junto a Hana?

Bien, nos vemos ahí, te esperaré, adiós – cuelga la llamada, Angela guarda su celular, contenta con tener a alguien que la apoya.

Camina despacio, observando el entorno, pasando por una plaza vecina, provista un taxi, lo sigue hasta una parada donde el auto se detiene, entra y pide el destino.

Una vez dentro, recuerda cómo fueron aquellos tiempos, antes, cuando era una joven inexperta trabajando en el estudio de animación Panil y Estela, ella interpretó a Estela, hechos que le dieron dinero, fama y lujos; el estudio cerro hace 2 años debido a diferentes sucesos que le dieron mala fama y reputación, como el accidente de uno de los trabajadores o el escándalo de marzo, tiempo después ella trabajaría como creadora e interpretadora de Estela en pequeños cortos.

Llega al restaurante, allí ya estaba Emilia esperándola, ella vivía más cerca al restaurante, razón por la cual llego más antes, entra silenciosamente, esperando sorprender a su amiga, ella la nota al momento y dice – al fin llegaste, ¿Qué pedimos?

Ay, yo desearía un caldo de pollo con un pan, ¿y tú? – Emilia lo piensa por un momento antes de contestar - un estofado de res - cada una ordeno lo que dijeron, y Angela le comento lo que le sucedió saliendo del hotel – esta mañana, hace unas horas, me encontré al detective Óscar, dice investigar unos casos; según él, me relacionan a mí, quedamos de encontrarnos en la 11: 40 AM en la sede de policías, y quería que tú me acompañes.

No hay problema – dijo Emilia con entusiasmo – yo te acompaño, más ahora debemos terminar el desayuno – menciona antes de probar su comida.

Angela y Emilia comieron sus comidas mientras conversaban sobre los casos ocurridos - ¿y tú sabes algo de esos casos?

No, pero sé que Lenrry tiene algo que ver con eso – su amiga viendo su preocupación intenta animarla - no te preocupes, todos sabemos que te retiraste del estudio hace tiempo – pero Angela le llevaría contraria - sí, pero, soy de las pocas que han tenido una relación tan cercana con el estudio, además, nosotras dos sabemos demasiado y conocemos más de lo que deberíamos saber – dice Angela con una preocupación que la presionaba – sobre todo tú.