Leybra

El hombre al que la muerte olvido

No recuerdo el día de mi nacimiento, todo pasaba sin que yo pudiera hacer nada, mi nombre ya no recuerdo, por ahí me llamaban un dios y en otros el mismo diablo, donde los hombres se habían revolucionado, creando el idioma y truque, todo se había innovado. Mentes creativas, cada tiempo aparecían, mirando genios considerados locos, y a locos dirigir naciones, en fin, siempre los mismos errores.

Llego la escritura y con esta el poder de transmitir ideas por siglos; artes y pinturas se transmiten por iguales, dictadores oprimiendo a los pobres y pobres matando a sus opresores. No sé si esto es una bendición o una maldición, condenado a vagar por el mundo, hombres sin respeto hacia los demás y creyéndose genios, ya nada me sorprendía, todos eran únicos, pero para mí no eran más que animales.

Reinos que caen y religiones que nacen, ellos deseando tener vida eterna mientras yo con más de un milenio siendo un desafortunado. Las máquinas llegan, y como siempre no falto el dolor ajeno, con cada nuevo invento alguien sale sufriendo.

Guerras y hambruna, nada más que muerte, pero qué suerte aquellos que se fueron, debido a que muchos no entienden que la vida no tiene sentido sin muerte, un bucle se repetía eternamente, nacen, viven y mueren. Aun con mis conocimientos, salud y riquezas, aunque recorriera el mundo otra vez, no volvería a sonreír.

Por el norte central, hay revolución industrial, la humanidad se deslumbra a sí mismo con sus propios inventos, ellos mismos se mienten, y no se dan cuenta, es una pena que el respeto no fomenten.

Los errores de su sociedad siempre se repetían, una guerra por aquí, otra por haya, se liberan de una opresión para entrar a otra. El tiempo seguía, intelectuales revolucionando el globo, autores y escritores en todo el mundo con una nueva máquina llamada computadora que no es más que otro artefacto que remplazaran con el tiempo.

La desigualdad se ha tapado una fachada de libertad, pero si decías algo que las mayorías no aceptaban te rechazaban, y eso poco a poco te lleva a la perdición. Otras guerras, muertes e injusticias, lo mismo de siempre, siempre la misma historia, sin respeto hacia los demás, se creen inteligentes, medio día veneran a su dios y el otro a sus ideales, según a sus conveniencias se tratan desiguales; y yo sigo aquí, sin morir.

Sé que algún día todo ser vivo desaparecerá de este mundo, hasta entonces los humanos repetirán la misma historia, el irrespeto causo su destrucción, pero su egoísmo trajo su progresión, aunque esta misma, daño les causo; son seres hipócritas e ignorantes, aunque he conocido a excepciones. Pero nada de eso me ha de importar, siempre la misma farsa, y aun con mi inmortalidad y conocimientos, todos ellos tenían algo que yo carecía, un descanso eterno.

hola de nuevo, se que ha pasado mucho tiempo pero estuve ocupado, ha llegado la ultima etapa educativa y estuve inactivo por un tiempo. Esta historia corta refleja un... No se, la verdad lo hice de la nada, espero sea de su agrado, hasta pronto.