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La cara de Moose estaba manchada de sangre, tenia la nariz sangrando, Robin seguía pegandole y al parecer no le importaba que sus nudillos también empezarán a lastimarse, unos cuantos chicos al ver que empezaba a hacerse mucho alboroto empezaron a querer a separar a Robin de Moose, pero les fue mal ya que Robin no tenia intención de parar.

¡¡Robin, ya fue suficiente!!.- le grité para después safarme del agarre de Finney e ir a donde estaba Robin, este paró y se levantó para irse.

Moose se encontraba inconsciente en el suelo, poco mr importo ya que fui atrás de Robin junto con Finney, ambos chicos entraron al baño y yo espere sentada a que salieran. Una vez que ambos salieron, me levanté, miré a Robin y este también me miró.

Tienes aun marcada la mejilla.- por fin habló.

No pasa nada, ¿cómo están tus nudillos?.- pregunte preocupada, dirigi mi mirada a su mano derecha y esta estaba envuelta en cinta.

Moose tiene unos dientes filosos, pero todo bien.- alzó su puño y lo apretó.

No debiste golpearlo así, te meterás en problemas si vas por ahí golpeando a las personas.- empecé a caminar y ambos venían detrás de mi.

Te golpeó, como querías que reaccionará, seguramente tu también lo hubieras golpeado si nl hubiera llegado a tiempo.- Robin se posó a mi lado.

Pero no al punto de hacerlo sangrar, además, que clase de amigo me ignora y después me defiende de la nada.- me detuve para mirarlo.

Oigan, creo que es mejor ir a clase.- Finney se puso en medio de nosotros y me arrastró a clases, Robin venía atrás de nosotros pero a paso lento.

Las clases habían terminado, nos encontrábamos caminando a casa cuando un cartel me llamó la atención.

Finney, ¿no es ese chico con el que jugaste el otro día?.- El cartel contenía la fotografía de quien sería Bruce Yamada, junto con toda las información esencial para reconocerlo.

Con el ya van 4 desaparecidos, y aun así no encuentran al raptor.- Robin habló viendo el cartel.

No digan su nombre.- Habló Finney mientras empezaba a caminar.

¿Porqué? El raptor no se lleva a los que dicen su nombre.- dijo con diversión Gwen.

Robin se despidió de nosotros ya que su casa quedaba a dos cuadras a la derecha, mientras que Finney, Gwen y yo seguimos caminando recto. En el camino íbamos hablando de lo sucedido con Robin y como no mencionó el tema, decidí tomar eso como un rechazo, estaba bien, no podía obligarlo a sentir lo mismo que yo, con que siguiéramos siendo amigos estaba contenta.

Una vez que llegue a casa calenté la comida que había dejado mi mamá y me fui a hacer tarea, la cada estaba demasiado silenciosa cuando ella no estaba, las horas pasaron rápido al hacer la tarea, llegó la noche y decidí ir a dormir.

A la mañana siguiente me encontraba en el salón de clases esperando a que mis amigos llegarán, el primero en llegar fue Robin, me saludó y se sentó frente a mi, no hablamos, lo cual era incómodo ya que creí que al menos fingiriamos que no confesé mis sentimientos, cuando estaba por hablarle para disculparme Finney entro por la puerta, saludandonos a los dos, se sentó a lado mío y empezamos a charlar.

Finney, crees que puedas enseñarme a resolver las actividades de matemáticas, estoy un poco perdido con eso.- Robin habló.

Claro, ¿quieres que vaya a tu casa?.- preguntó, para después verme.- Que dices tú Janet, he visto que batallas con las actividades últimamente.

Wow, creí que realmente sabias matemáticas Janet.- me sonrió Robin, era verdad, era buena en matemáticas pero los últimos temas se me complicaron bastante.

Claro, porque no.- respondí.

Genial, los veo hoy en mi casa, Janet, ¿crees poder acompañarme a comprar algo después de clases?, necesito tu opinión.- Robin me miró sonriendo, Dios, realmente este chico hacía esto a propósito?.

Claro, te acompaño.- respondí ante su propuesta.

De tanto pensar en estar a solas con Robin hizo que no pusiera atención en clases, tenía un revoltijo en el estómago de los nervios, la campana sonó indicando que las clases habían terminado, Robin y yo nos despedimos de Finney y nos dirigimos a la salida, una vez que llegamos tomamos camino hacia una tienda departamental, al entrar Robin por fin habló.

A Finney le gustan las gomitas de mango cierto?.- preguntó tomando un paquete de él mostrador que se encontraba a lado de la caja para pagar.

Sip, también se que te gustan las paletas de limón.- tome unas cuantas, al volter para verlo, lo vi con un paquete de gomas sabor cereza, eran mis favoritas.

Y estas son las tuyas.- tomó lo que agarramos y lo pagó.- ¿crees que realmente nos pongamos a estudiar?.

No, seguramente terminaremos viendo una película.- reí un poco, ambos salimos de la tienda y nos dirigimos al estacionamiento para salir por la calle donde vivía Finney.

Caminabamos hablando sobre que película que veríamos, de un momento a otro me encontraba rasguñando a un hombre que había tomado a Robin y lo había sedado, sentí que mis manos perdían fuerza al igual que mis piernas, caí al suelo golpeando mi cuerpo contra el piso, lo último que me vista me permitió ver fue a ese hombre cargandome.....

Let me set you free (Robin Arellano)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora