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La voz de Robin se escuchaba lejana, sentía que la cabeza me daba vueltas, mis ojos ardían al igual que mis manos. Los recuerdos no tardaron en aparecer y abrí los ojos de golpe.

Janet, ¿estas bien? ¿Te duele algo?- Robin tomó mi cara y la examinó, tarde en acostumbrame a la poca luz que había en el cuarto, empecé a mirar alrededor, nos encontrábamos en un cuarto con una ventana, ambos sentados en un colchón viejo y sucio.

Estoy bien, ¿cómo estás tú?.- pregunte tomando sus manos.

Bien, dentro de lo que cabe, mientras estabas dormida traté de buscar una salida, pero es imposible, estamos atrapados aquí.- hizo una mueca de tristeza.

Hey, estoy segura que habra una forma de salir.- me levante del colchón, mis piernas dolían un poco, empecé a revisar alrededor, teníamos por lo menos un baño para hacer nuestras necesidades, había un teléfono pero este no estaba conectado.- tal vez podamos salir por la ventana.-propuse mientras apuntaba.

Intentemos quitar esa cosa, súbete a mis hombros.- Robin se puso en cuclillas y puse mis piernas en sus hombros, seguido de esto se levantó, empecé a tirar de la reja pero era inútil, no aflojaba ni un poco.

Mejor no lo intenten.- la voz de aquel hombre se hizo presente, Robin me bajó rápido y me puse detrás de él.

Déjanos ir, ¿que quieres de nosotros?.- hablo Robin con un tono enojado.

Yo? Nada, pero él quiere verlos.- el hombre tenía media máscara puesta, tenía con el una bandeja con comida.- pero bueno, es mejor que se alimenten.

Seguro tiene algo.- hable con miedo, realmente quien comería algo que le da su secuestrador, aunque lo cierto es que moría de hambre.

Ya los tengo aquí, que más les haría.- dejo la bandeja y se fue, tan pronto como cerró la puerta, Robin empezó a golpearla y gritar, con la esperanza de que alguien lo escuchará.

Tome la bandeja y empecé a comer, era mi única esperanza de al menos sobrevivir a lo que me fuera a pasar, copiando mi acción Robin también empezó a comer. Pasada una hora habíamos descubierto que había un pequeño pozo en el baño, por lo cual empezamos a remover la tierra y tirarla en el retrete. Después de un tiempo ambos nos sentimos cansados, por lo cual decidimos dormir, tarde demasiado en poder dormir, solo pensaba en como la estaría pasando mi madre, sola en casa esperando una noticia de mi, una lágrima resbaló, tenia miedo y mucho, Robin que se encontraba a mi lado acostado, limpio mis lagrimas y habló.

Yo te protegeré y ambos vamos a salir de este lugar Janet, una vez que salgamos, por favor acepta salir conmigo.- confesó mientras veía al techo.

Era nuestra primer noche encerrados, y no sabíamos cuantas más serían, no sabíamos lo que nos esperaba, no sabíamos si los dos saldríamos vivos, pero teníamos esperanza de que así fuera.

Llegada la mañana, el raptor bajo nuevamente a dejarnos comida, pocas respuestas teníamos de que quería de nosotros, todo era tan confuso, había veces que bajaba con diferentes personalidades, era un tanto bipolar. No fue hasta que dejó la puerta abierta, será por un simple descuido, pero intente salir, lo que no contaba es que el estaba esperándome del otro lado de las escaleras, al verme tomo con fuerza un cinturón que tenía en la mano y empezó a golpearme, las marcas ardían como el infierno, sentía como algunas empezaban a sangrar, y como si fuera un simple muñeco de trapo, me aventó de nuevo al cuarto, Robin se asusto demasiado al verme en ese estado, trato de golpear al raptor pero este también le dio el mismo castigo que a mi, ambos nos encontrábamos acostados en el suelo sin decir nada, solo nuestros sollozos eran escuchados por ambos, dolía demasiado, ¿Qué habíamos hecho para terminar así?.

Llegada la noche ambos nos levantamos para movernos al colchón, era lo único que nuestros cuerpos nos permitían hacer después de la golpiza que recibimos, caí rendida esperando que al día siguiente me recuperara un poco para seguir con el plan del pozo. Y aunque al siguiente día aun dolían las heridas, me levanté y seguí removiendo tierra, pasado los minutos Robin se unió, hacíamos esto sin hablar, se sentía incómodo, pero ninguno de los dos tenía palabras correctas para decir, así que todo el día transcurrió en un silencio.

Una vez que nos cansamos de quitar tierra, Robin propuso seguir con quitar la reja que había en la ventana, intentamos varias veces pero no funcionó, nos estábamos por rendir, cuando el sonido del teléfono empezó a sonar, sentí miedo, como un teléfono desconectado podía funcionar. Me acerque a este y descolgue el teléfono, esperando una respuesta.

No funciona, hace años que dejo de funcionar, así que cuelga.- la voz del raptor se hizo presente.

Pero, sonó.- respondí confusa.

Debe ser una una descarga eléctrica o algo así.- dejo una bandeja con comida en el suelo y se fue.

Robin fue hacia donde me encontraba y me miró esperando a que le dijera que escuche, fue entonces que el teléfono sonó una vez más...

Let me set you free (Robin Arellano)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora