One Shots [Gravity Falls]

Amigo

Una nueva mañana se alzaba en el maravilloso pueblo de Gravity Falls. 

Sus ciudadanos, como siempre, comenzaban su día desde temprano, preparándose para el día. Ya habían pasado 3 años desde el "incidente" que todos tenían prohibido hablar de.

El castaño con la marca en su frente abrió lentamente sus ojos cuando comenzó a sentir los rayos de sol impactar con su pálido rostro. Se sentó por unos segundos en su cama mientras recordaba los sucesos de los últimos días y contemplaba su cuarto. 

Ahora dormía solo en una habitación separada de la de Mabel. Como eran adolescentes necesitaban mas privacidad. Dipper ya no tenia que escuchar o ser parte de las ruidosas pijamadas que hacia su hermana. Ella probablemente seguiría durmiendo.

Era loco, pensaba el castaño, como todos estaban tan tranquilos mientras Dipper se había vuelto un caos en los últimos días, claro aparentando seguir exactamente igual a antes de dar ese paseo por el bosque en donde encontró la estatua de Bill desecha en el suelo. Y eso no fue lo peor, un día después de eso se encontró al mismísimo Bill Cipher en el bosque cuando salió a revisarla otra vez, claro, ahora se veía completamente diferente. Tenia la apariencia de un humano pero continuaba siendo un demonio. Lo único que lo diferenciaba físicamente de un humano eran quizás sus ojos anormales, similares a los de un gato, pero si quería los podía ocultar. 

Decir que el castaño había reaccionado bien habría sido una mentira, pero pudo haber reaccionado peor. Se paso toda esa tarde hablando con el demonio, haciéndole preguntas sobre porque estaba aquí y en esa forma, el chico necesitaba explicaciones.

"Bueno Pino, es una larga historia pero en resumen, durante el tiempo que estuve atrapado en la estatua estuve reuniendo energía para hacer un trato con un ente superior a mi ¿Te imaginas eso? Bueno, el acepto el trato siempre y cuando vuelva con este cuerpo y con la limitación de no poder volver a hacer lo que hice hace años, aburrido pero que le voy a hacer..."

"¿Y por que viniste a contactarme a mi específicamente? ¿Por que siquiera volviste al pueblo? Si alguien te reconoce no se lo que pasaría..."

El demonio rio mientras tomaba asiento en el pasto apoyándose en un árbol.

"Sabia que te preocuparías por mi, Pino. Tranquilo, los únicos que podrían reconocerme son los de mi ruleta y también me asegurare de que no me reconozcan"

En un segundo, Bill cambio su extravagante traje por una ropa casual, similar a la que usaba Dipper en ese momento. El demonio ahora portaba unos jeans negros, una camisa amarilla a cuadros abierta, una camiseta negra debajo debajo de esta y unas zapatillas blancas. 

Dipper aun seguía procesando lo que sucedía. Cuando ya termino su charla con Bill, este le dijo que se reunieran mañana.

Y así fue como comenzó esta intensa semana para Dipper, honestamente no fue del todo desagradable para el, pasar días casi enteros con el demonio resulto ser mucho mas divertido de lo que pensó. Aun estaba en vacaciones y no tenia nada que hacer, además que esta vez los mellizos Pines se quedarían a terminar la escuela en este pueblo, así que no tendría que irse cuando las vacaciones hayan terminado. Su familia se preguntaba que hacia todo el día afuera ya que no era muy propio de el salir tanto, pero estaba felices por lo mismo. 

Al pasar el tiempo, el castaño comenzó a sentir algo por el demonio, el rubio lo hacia sentir especial y le hizo sentir cosas muy diferentes a las que sintió por cierta leñadora pelirroja, estos nuevos sentimientos eran mas profundos. 

Estuvo en una gran etapa de negación durante mucho tiempo pero finalmente lo acepto. Inevitablemente, al demonio le ocurrió lo mismo, aunque el no tenia idea de lo que era. Solo sabia que sentía muchas cosas en su pecho y estomago cuando estaba con el castaño, además de que de repente se encontraba pensando demasiado en el humano.