12.- ¿Cómo quieres morir?

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—Es una pena tener que invadir ese pueblo de la Luna, me gustaba el pan que horneaban. —dijo Shalnark haciendo puchero.

—Podemos dejar vivir a los panaderos si te apetece, el líder sólo tiene un objetivo ahí. —sugirió Pakunoda, la mano derecha y guardiana del grupo— ¿No es así, Danchou?

Chrollo únicamente les dirigió una mirada tranquila, como si eso fuera un sí. Llevaba la mente ocupada con la ejecución de su plan.

Todo salió a la perfección y tras tres días de viaje, llegaron a su destino, actuando como se les indicó mientras el líder se dirigió a una cita no premeditada con una dama que no eras tú.

—Considero que la familia no necesariamente debe ser la gente entre la cuál naciste o con la que compartes sangre. —reflexionaba Chrollo, bebiendo una taza de té, recargado en una silla mecedora— Hay factores determinantes con los que se puede crear la propia perspectiva familiar. —hundió una galleta en betún para luego comerla y seguir con su "inspirador" discurso— Es decir, ¿de qué sirve que una madre dé a luz a una hija a la que odia? si fué capaz de desterrarla despiadadamente, ¿porqué yo debería tolerarle una ofensa? —cuestionó a la mujer amordazada frente a él, suplicando entre lágrimas bajo las cuerdas que la mantenían inmóvil e incapaz de hablar, tu madre.— en el momento en que para usted dejó de ser su hija, olvidó que también era mi esposa y no pienso permitirle a nadie hacerle daño. Con una excepción personal, claro. —terminó su taza de té y limpió sus labios con una servilleta bordada. —¿Usted hizo esto? —señaló el diseño floreado —qué talento, ¿le molesta si me lo quedo?

Chrollo guardó el pañuelo y después se levantó haciendo una reverencia a la mujer.

—Ha sido un gran placer conocerla, querida suegra, por desgracia, no podré volverla a ver. Aunque, pensándolo bien, si mi esposa ya no es su hija, usted tampoco es mi suegra, ¡qué gusto! ¿no? puede abstenerse de llamar yerno a un ladrón. Lástima que nunca pudo dejar de llamar esposo a su violador.

>>Bueno, quería hacer esto con mis propias manos, pero, ¿sabe algo? usted es buena escuchando, ¡es más! me agradó tanto nuestra charla que le daré el beneficio de escoger cómo quiere morir.

En eso, uno de sus aliados entró a la casa, posicionándose al lado de ella.

—Le presento a uno de mis compañeros, su nombre quizás no sea reelevante para usted siendo que es un criminal despreciable como yo, pero seamos educados, se llama Feitan, nuestro interrogador profesional, tiene una gran experiencia torturando lentamente a sus víctimas, alargando su sufrimiento hasta que suplican por una muerte rápida.

>>Sin embargo, también es generoso, puede hacer que su partida de este mundo sea tan rápida e indolora que se sentirá como un sueño profundo de golpe, literalmente. ¿Qué opción prefiere? si elige la muerte rápida, mueva su cabeza a la izquierda, para la muerte lenta vaya hacia la derecha.

La mujer bajó la cabeza sollozando y temblando, incapaz de elegir alguna de las opciones.

—¿Qué sucede? ¿no puede decidirse? —sonrió Chrollo acercándose a ella— permítame darle una sugerencia.

Ambos salieron de la casa tras terminar con sus objetivos.

El resto de los aliados se encargaron de quemar y destruir la aldea.

No asesinaron a nadie. Pero los dejaron sin hogar, con una nota escrita en la puerta de su única víctima.

"No tomamos nada de ustedes, así que ustedes no tomen nada de nosotros."

Haciendo referencia a que la mujer dentro de la casa, no pertenecía a la aldea, por lo tanto, les convenía no ayudarla.

—Tú... mala madre, ¡nos trajiste un mal augurio y por tu culpa destruyeron nuestros hogares! —señaló un anciano del pueblo al entrar a la casa de la mujer y verla llorando en el suelo, sin herida alguna. Chrollo la había perdonado, pero el pueblo no. —Aléjate de este reino antes de que ordene tu ejecución.

Los 13 miembros del Ryodan, se alejaron cargados de comida, carne, lana y pieles para vender.

—¿Alguien apetece un pan? —ofreció Shalnark sumamente contento por obtener lo que quería.

—¡Yo sí quiero! —levantó la mano Shizuku, la mujer más jóven del grupo.

—¿Están recién hechos? qué delicia. —elogió Bonolenov, ex miembro de otro clan que se les unió por voluntad propia.

—Sigo pensando que debimos dejar intacta la casa de los panaderos. —se quejó Shal nuevamente tras deleitarse con el dulce sabor de aquella pieza.

—Estarán bien, no destruimos su ganado, ni sus cultivos. —aclaró Phinks, un luchador empedernido y de carácter duro.

—Te estás ablandando, Chrollo. —dijo Feitan cambiando el tema— Antes masacrábamos clanes enteros, incluso por diversión, ahora sólo derrumbamos muros e hicimos fogatas.

—O tú estás molesto porque no pudiste masacrar a nadie. —se mofó Uvogin ganándose una mirada hostil de parte del torturador. —¿Qué? ¿quieres pelea?

—Recuerden que nuestro líder está casado y tal parece que ella lo domina más a él. —dijo Machi, agregando un toque de humor.

—Debe ser alguien muy especial para Danchou. —se sorprendió Shizuku.

—¿Tu qué crees? vinimos hasta aquí para castigar a la madre por golpearla. —dijo Kortopi, el más tranquilo del grupo— Por cierto, líder, ¿porqué la dejó vivir?

Chrollo pensaba que sus decisiones no eran incumbencia de su grupo, aún así, la misión lo había dejado satisfecho y no le importaba decirles la verdad.

—Como agradecimiento. —respondió logrando llamar la atención de todos— Por dar a luz a la mujer que amo.

El resto del grupo permaneció en silencio. Chrollo jamás había usado palabras tan dulces desde que lo conocían, no era propio de él expresarse de esa forma ni siquiera de sus amigos.

Sus sentimientos eran sinceros y nadie lo cuestionó por haberse enamorado de la que en un inicio sólo fué su esclava.

¿Qué le habías hecho al corazón del líder?

Prisionera [+18] [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora