Capítulo 4: Distante

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—¿Como esta?—fue lo primero que Natasha pregunto a la doctora Cho.

—Esta estable, hemos curado parte de sus heridas y huesos rotos. Sin embargo la herida de su cabeza fue complicada de cerrar, fue una suerte que no haya sufrido daños más graves que pudieron conllevar a un derrame cerebral.

Todos suspiraron de alivio ante lo dicho por la doctora, sin embargo esta no desapareció la preocupación de su rostro.

—Sin embargo hay algo que me preocupa bastante, según por los años que he tratado con el Capitán. El suero debería ser el responsable de curar todas las heridas de su cuerpo, sin embargo no lo ha hecho como debería —respondió —Algo lo está impidiendo.

—¿Y que es?—quizo saber Tony.

—Aún no lo sé, los exámenes no muestran nada fuera de lo común —explicó —Necesito más tiempo para saber que lo causa, ya saque un poco de sangre de su sistema para analizarlo.

—¿Podemos verlo?—pidió Natasha con voz esperanzada.

—Si, pero no servirá de mucho, ahora le aplique un sedante para que descanse —comento —Al parecer la droga que le suministraron no desaparecera dentro de un par de horas más. Eso más la suma de la deshidratacion y la mala alimentación.

—Le prometo no molestarlo, solo quiero estar a su lado.

Cho pudo ver la preocupación en los ojos de natasha, por lo que asintió sin protestar.

—Nosotros te esperaremos aquí —dijo Clint luego de unos minutos.

Natasha asintió con una sonrisa, siendo después guiada por la doctora hasta el área donde el capitán se encontraba.

Cruzaron un pequeño pasillo hasta llegar a una puerta café, al momento en que la doctora la abrió su corazón se sintió tan pequeño y vulnerable.

Frente a ella Steve Rogers estaba conectado a algunas máquinas que monitoreaban sus signos vitales. Tenía dos férulas, una en la pierna izquierda y otra en su mano derecha.

Además del vendaje en su cabeza y la conexión a un tanque de oxígeno que estaba corriendo por los pequeños tubos conectados a su nariz.

—Ahora mismo está inconsciente, pero no del todo. —contestó la doctora —Puede escucharte, acércate a su oído. A pesar de estar dormido el Cap es consciente de lo que escucha.

—Gracias Doc —dijo Natasha en un hilo de voz.

—De qué, no es nada —la doctora pensó que sería bueno retirarse —Si necesitas algo llamame, estaré a un par de pasillos.

La doctora salió de ahí dándole un poco de privacidad, Natasha se acercó con cautela tomando su mano.

—Steve, mira como estas —dijo conteniendo las lágrimas. —Te prometo que esto no se va a quedar sin castigo, voy a hacer pagar a quien te haya hecho esto.

Natasha se dedico a acariciar su mejilla, le contaba algunas anécdotas del equipo. Inclusive le cantaba en ruso.

—¿Sabes? Wanda me mando un texto, me dijo que les está yendo bastante bien y que está mejorando mucho. Lo malo es que no regresarán dentro de siete meses —le contó. —También me dijo que su relación con James está avanzando. ¿Puedes creerlo?

Natasha no imaginaba la cara que pondría su compañero al enterarse de que algo surgía entre "su niña" y su mejor amigo.

—Steve, tienes que reponerte —alentó —Y se que lo harás, no por nada fuiste muy terco en el ejército.

Natasha se quedó con el hasta entrada la noche, a pesar de las insistencias de Clint y la doctora Cho. La pelirroja no abandono ni un minuto siquiera las instalaciones donde su compañero estaba.

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