Capítulo 7: ¿Ibas A Dejarme?

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El amanecer se alzaba con gran entusiasmo esa mañana, pues a pesar de lo nublado que estaba. Eso no era impedimento para reanudar las actividades en todo New York.

Natasha sintió la brisa fresca de aquella mañana tan nublada, pero solo en una pequeña parte de su cara.

Ya que por alguna extraña razón, todo su cuerpo se encontraba templado.

Y quizás no tan extraño.

Se tallo los ojos con pereza, para acostumbrarse poco a poco al entorno en el que estaba.

—¿Qué?—respondió cuando se adapto por completo, intentando recordar que había pasado la noche anterior.

Era obvio que no había dormido en su cama, el extenso dolor de cuello lo decía.

Intento levantarse pero algo parecía detener su avance, o más bien alguien.

Steve Rogers se encontraba junto a ella, abrazando su pequeña cintura.

Natasha pareció recordar el hecho de porque se encontraba ahí en primer lugar, y el recuerdo de Steve sinceradose con ella, así como el hecho de proponerle ser su novia. Hizo que su corazón diera un salto de alegría.

Abrazo con ternura al rubio, depositando un ligero beso en su frente.

Fue entonces que su mirada se quedó de piedra.

"¡Santo dios! Si es el trasero de América."

Natasha tuvo que reprimir un grito de sorpresa al notar lo que sus ojos tenían enfrente.

Pues Steve Rogers, totalmente inconsciente de lo que sucedía a su alrededor, yacía totalmente desnudo abrazando a la pelirroja.

"Podría aprovechar la situación, este tipo de cosas no pasan tan seguido"

Penso la pelirroja comenzando a trazar un sin fin de caricias al rededor de los fuertes y tonificados brazos de su rubio favorito.

"No, no. Controlate Natasha, deja tus instintos más bajos al fondo de tu mente"

La pelirroja no sabía si moverse o quedarse ahí viendo tan digno espectáculo frente a ella.

Decidió finalmente levantarse con cuidado, teniendo precaución de no despertar al rubio que dormía como un bebé totalmente inconsciente de la realidad en aquel momento.

Cuando se hubo librada de aquel, bochornoso momento, comenzó a examinar el departamento con cuidado, examinando a detalle lo que podría haberse salvado.

Desgraciadamente, parte del departamento quedó totalmente destrozado. Sobre todo la sala de estar, la cocina y su recámara.

—Definitivamente él no puede vivir en esas condiciones —se dijo así misma tras observarlo por un par de minutos.

"Se que se negara a aceptar si se lo propongo, pero no puedo dejarlo ahogarse en esta miseria. No, definitivamente no"

Pasaron dos horas en las cuales Natasha aprovecho para darse un baño y dejar libre cualquier rastro de tensión acomulada producto de la noche anterior.

Por lo cual aprovechando del tiempo que tenía, se dispuso a preparar algo comestible para ambos, aunque con la destrucción de la cocina, está dudaba que pudiese preparar algo comestible.

Finalmente optó por un poco de fruta, jugo y algo de café. El cual pudo ser preparado por la cafetera de un Starbucks cercano.

—Steve —llamó ligeramente.

Natasha dudaba entre dejarlo dormir un poco más o despertarlo, ya que a juzgar por las enormes ojeras debajo de los ojos del soldado. Era más que obvio que no había podido conciliar el sueño en más de una ocasión.

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