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Jisoo caminaba por los pasillos del hospital a toda prisa. Tomó el ascensor y presionó el botón que indicaba la planta a la que quería ir. El teléfono en su mano no paraba de vibrar indicando que llegaban varios mensajes. Cuando la puerta del ascensor se abrió se asomó y al ver el área despejada salió a todo correr por el pasillo de la derecha.

- Bien Tae, parece que todo está yendo muy bien. ¿Cómo te encuentras? - La voz de Rosé provenía de una de las puertas de ese pasillo. Jisoo se detuvo para ver a través del pequeño cristal a la rubia examinando las heridas de su ahora paciente. Rosé le había contado que el chico que había operado de urgencia hacía unas semanas, se había convertido en su primer paciente y estaba muy contenta por eso.

- De maravilla Doc. - sonrió el chico - Por cierto, ¿le he dicho ya que es usted la más sexy?

- Tae...

- De acuerdo, sé que Lisa tiene el beneficio de llamarte novia. Pero... por favor, solo no coman delante de los pobres. - Jisoo observó cómo los colores subían al rostro de la rubia.

- ¡Tae!

- Las veo por la ventana cuando comen en el jardín. Quizá deba evitar esas comidas fuera Doc, sé de un sitio mejor.

- Tae, por favor...

- Planta 8, no lo olvide.

- ¡No te oigo! - Rosé se tapó las orejas con las manos mientras se giraba hacia la salida.

Jisoo advirtió que su amiga salía y corrió a esconderse tras una de las puertas de emergencia. La rubia cerró la puerta y negaba con la cabeza aún con las mejillas sonrojadas. Cuando la cirujana se dirigió hacia el otro lado del pasillo, Jisoo salió de su escondite a toda prisa. Su teléfono no dejaba de vibrar.

Giró en la esquina del pasillo y dio de lleno con la habitación. Sin meditarlo entró en ella cerrando la puerta deprisa.

- ¡Jisoo! - Jennie abrazaba a la morena con fuerza. - gracias por venir. Siento... siento todo esto.

- No te preocupes. He venido en cuanto he podido.

- Tienes que ayudarme, por favor.

- Jen... te prometo que haré lo posible, pero tienes que darme tiempo. Si Rosé descubre lo que estoy haciendo...

- Lo sé, lo sé. Pero es importante, no te lo pediría si no fuera así.

- Jennie, todo esto tiene que acabar...

- Créeme que quiero que acabe. Pero por más que intento... te juro que lo intento. - Jennie se asomó a la ventana desde donde divisó a Rosé de pie bajo el árbol del jardín trasero. Su vestido azul ondeaba con el viento igual que su rubia cabellera. Segundos más tarde una castaña la tomó por sorpresa colocando sus manos sobre los ojos de la rubia. Ambas reían tontamente... cuando la rubia se giró, Lisa llenó la cara de Rosé de besos tiernos mientras reían divertidas.

- Jennie...

- No puedo hacerlo... simplemente no puedo hacerlo.

- Rosé tiene que saberlo.

- ¿Cómo puedes decir eso? Es tu mejor amiga...

- Lo superará... sé que lo hará. Pero si no sabe la verdad... nunca nos lo perdonará.

- Lisa no me lo perdonará tampoco.

- Lisa acabará entendiéndolo Jennie, es ahora o nunca.

La joven historiadora se abrazó a la pelinegra con tanta fuerza que temió haberle hecho daño. Jisoo comprendía que no era una decisión fácil, en juego habían dos corazones. Pero solo uno de ellos iba a terminar roto por completo si no se daban prisa. El tiempo corría en su contra, ambas lo sabían.

In My HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora