Cuando Rosé estacionó la camioneta fuera de casa de las hermanas, su nerviosismo salió a flote. Jennie las esperaba fuera como el día anterior. Les contó a ambas que su hermana había salido antes.
Rosé no lo dijo, pero por dentro se sintió algo decepcionada. Lisa le había dicho que se verían hoy y ella tontamente había creído en esas palabras.
La mañana de clases transcurrió como de costumbre. Cuando la campana sonó recogió uno a uno sus útiles.
- Dime que te gusta el ramen - esa voz. - Si no, creo que hoy no nos dará tiempo a comer. - Lisa ya había tomado una silla y depositaba una bolsa con comida sobre el escritorio de Rosé. Inmediatamente procedió a colocar las cosas en orden en la mochila de la chica para sorpresa de ésta. - ¿Y bien? - dijo abriendo uno de los táper y acercándoselo a Rosé.
- Sí, me gusta. Es uno de mis platos preferidos.
- Uf... qué suerte.
- Tú... ¿no comes?
- Mmm... he traído otra cosa para mí. - Sacó de su mochila otra bolsa con un plato de verduras y pescado al vapor. Rosé ladeó la cabeza en confusión - Me gusta cuidarme. - dijo encogiéndose de hombros y probando un bocado. - ¿Qué tal está lo tuyo?.
- Muy rico, gracias. Te... te pagaré por ello.
- No.
- ¿Cómo?
- Yo invito.
- Pero pero...
- Sin peros.
Ambas comieron en reconfortante silencio que fue roto por el timbre que anunciaba el final del descanso.
- Es hora de irme Rosie - comentó mirándola con un puchero. - Me ha gustado mucho pasar este rato contigo.
- Yo... gracias por la comida.
- A ti por la compañía. - la castaña se puso de pie. Recogió las cosas del escritorio de Rosé y lo dejó tal cual se lo había encontrado. En perfecto orden. - Te veo mañana - dejó un suave beso en la mejilla derecha de Rosé y salió por la puerta.
Las siguientes dos semanas, ambas habían repetido este ritual. Lisa venía con comida, charlaban un poco y se marchaba dejando un pequeño beso en su mejilla. Rosé se preguntaba por qué hacía esto. Ella no tenía ninguna obligación de comer junto a ella ni de pagar por su comida. La rubia había intentado en varias ocasiones pagar, pero Lisa siempre se negaba.
Cuando el timbre recordó que ya era hora del descanso, Rosé se apresuró a despejar la mesa de su escritorio y esperar a que aquella sonrisa apareciera por la puerta. Sin embargo, los minutos pasaban pero Lisa no aparecía. El corazón de Rosé se estrujó al pensar que quizá Lisa se había aburrido de este ritual. Un ritual al que Rosé rápidamente se había acostumbrado y que le estaba generando cierta inseguridad. Rosé trató de despejar la idea de que Lisa se hubiera aburrido, repasó los momentos en su memoria recordando que ella siempre había expresado sentirse cómoda en su compañía... Tal vez sólo lo había olvidado o quizá tuviera cosas que hacer... pero nuevamente el recuerdo de que durante dos semanas ella había venido puntualmente cada día la hacía preocuparse.
El receso finalizó y quien apareció por la puerta fue Jisoo junto al resto de sus compañeros. Su rostro parecía preocupado, sin embargo, en cuanto vio a su amiga esbozó una sonrisa.
- Hola rubia. - dijo dejando un beso en la cabeza de su amiga.
- Hola, ¿qué te pasa?
- Nada, es solo que hay muchas cosas que estudiar y me estoy agobiando. - sonrió levemente. - ¿Y a ti?.
ESTÁS LEYENDO
In My Heart
FanfictionRosé es una aspirante a cirujana un tanto torpe y con un trastorno obsesivo compulsivo con el que su mejor amiga, Jisoo, debe lidiar. Su vida de universitaria está totalmente calculada al milímetro... o eso intenta... ¿Puede un tropiezo ser el punto...