Te amo

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Una furiosa Jennie entraba en casa detrás de una alegre Lisa que subía las escaleras pausadamente.

- ¿Eres consciente de lo que has hecho? - la furia en los ojos de Jennie se podía ver a distancia.

- ¿Qué fue lo que hice? ¿Enamorarme? - Lisa se tumbaba en su cama y tomaba su teléfono móvil.

- Lisa... por favor, no juguemos a esta tontería del amor. No puedes enamorarte. - dijo arrebatándole el teléfono.

- ¿Por qué? - gritó.

- ¡Dios, sabes de sobra por qué!. - el silencio entre ambas hermanas fue roto cuando Lisa se puso en pie y tomó una fotografía de su escritorio. Rosé sentada en un columpio con la puesta de sol detrás de ella. ¿Había algo más perfecto que eso? Sí, Rosé en persona.

- No debiste tratarla así - susurró.

- Lo sé... pero creo que es mejor que piense que yo soy la culpable de que mi estúpida hermana no vuelva a acercarse a ella a que piense que mi hermana es la mayor cabrona del mundo. - contestó fríamente.

- ¿De verdad piensas eso de mi? - miró con tristeza.

- ¿Qué ibas a hacer con Rosé? ¿eh? ¿Qué ibas a hacer cuando se enamorara de ti? si es que no lo ha hecho ya. - gritó enfadada - ¿qué voy a decirle...?

- ¿A quién? Esto no se trata de mí, se trata de ti ¿verdad?. Vas a separarme de Rosé porque temes perder a Jisoo.

- Si pierdo a Jisoo porque le rompes el corazón a su mejor amiga trataré de recuperarlo y probablemente lo consiga. Pero no podré recuperar el corazón de Rosé. - Jennie suspiró. - Lisa... por favor... no hagas esto. No la busques más, déjala ser feliz y deja que se olvide de ti.

- El problema Jen... es que yo no puedo olvidarme de ella.

- No seas tan egoísta, Rosé ya ha sufrido bastante, no es justo que tú la hagas sufrir más.

- No quiero hacerla sufrir. Solo quiero... - los ojos de Lisa se llenaron de lágrimas - sólo quiero hacerla feliz. Quiero verla sonreír, quiero ayudarla con sus problemas, quiero que me llame cuando me necesite, quiero que sea la mejor cirujana del mundo, quiero escucharla cantar como lo hace siempre, quiero... - más lágrimas - no puedo deshacerme de esto que siento. - Jennie abrazó a su hermana.

- Olvídala Liz... es lo mejor. - Lisa se tensó, su respiración se entrecortaba. La idea de no volver a ver a Rosé era como un cuchillo atravesándola una y otra vez.

- Jennie... - dijo con dificultad - ayúdame - Jennie abrió los ojos mientras Lisa apretaba su brazo fuertemente.

Al otro lado de la ciudad y sola en su habitación con la música a todo volumen, Rosé lloraba sin parar. Esa noche esperó por una llamada, un mensaje... lo que fuera que diera señales de que Lisa estaba bien y de que no había cambiado de opinión respecto a lo que había dicho. Pero nada... Jisoo había tratado de calmarla durante todo el fin de semana, pero no había dado resultado. Rosé estaba cada vez más nerviosa y eso significaba más brotes obsesivos cada vez.

El lunes había ido al hospital y durante la hora de descanso esperó y esperó pero Lisa no apareció. Tampoco lo hizo el martes, ni el miércoles ni ninguno de los siguientes días. El sábado, sin poder contenerse más, se propuso ir a casa de las hermanas. Jisoo la había animado. Ella quería ver a Lisa, quería ver cómo se encontraba pero lo que vio fue totalmente diferente a lo que esperaba.

Flashback

Rosé se había puesto su mejor vestido, ese que tanto le gustaba a Lisa, el blanco con flores amarillas. Llevaba en su mano una pequeña cesta con comida para un pequeño brunch en el parque. Quería hablar las cosas con ella y quería decirle y demostrarle que iba a cambiar, que iba a deshacerse de todo el desastre que era ella solo para que Lisa estuviera cerca.

In My HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora