Capítulo 3

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                          Ada

Ava se fue de la enfermería y mi mente no paraba de pensar en que si no llega a entrar ahora mismo Sky y yo nos estuviesemos besando.

—Chicas, ¿están bien? —preguntó la directora entrando por la puerta.

—Si, Skyler solo tiene un corte en la ceja y el labio roto. Yo no tengo nada —contesté

—Bueno chicas. Owen Bentley dijo que Skyler Grey fue quien inició la pelea. ¿Es eso cierto?

—Si —respondió Skyler segura —él lastimaba a Ada y no podia permitirlo. Cuando no quiso soltarla no tuve más remedio que pegarle.

—Me alegro que defendiera a alguien más, pero no tenia que terminar así. Por lo que estas en suspensión una semana al igual que Owen.

—Bien —respondió

—En cuanto a usted señorita Parker. También estará suspendida.

Abrí los ojos de sorpresa. Me había castigado sin hacer nada.

—Ella no hizo nada —me defendió Skyler.

—La señorita Parker, estuvo ahí y Owen dice que lo golpeó en un momento.

Bufé, esto era injusto.

—Bien, ¿cuánto tiempo? —pregunté derrotada.

—El mismo que la señorita Grey

Dicho esto se fue. Dejándonos en un silencio un poco incómodo. Ambas sabíamos lo que casi ocurre antes de que abrieran la puerta. Ninguna se atrevía a hablar.

Miraba al suelo mientras jugaba con mis dedos, escuché un suspiro y vi a Skyler acomodandose en la camilla.

—Perdón

—Perdón

Dijimos al mismo tiempo.

—¿Por qué me pides perdón? Es absurdo —dijo

—Te pido perdón porque estas aquí por intentar defenderme. Además de que te han expulsado una semana por mí —dije y volví a bajar la mirada.

—Mas bien yo pido disculpas. No tenía que haberle pegado. Es que me encendió ver como se cree lo más solo por ser hombre y a ti también te suspendieron sin hacer nada. Soy yo quien se siente apenada.—se frotó las manos, un síntoma de incomodidad— ¿Quieres que te lleve a casa?

—Vine en mi bici. Gracias, pero prefiero irme en ella.

—Vale. Ten cuidado. Te veo esta noche.

—¿Esta noche? —pregunté confundida.

—Si, tengo pijamada con Ava.

Ava no me lo había dicho como siempre. Supongo que no quería que me uniera hoy. Eso a decir verdad me entristeció un poco.

—Vale, te veo luego Skyler, ¿o debería decir señorita Grey? —me burlé por como la había llamado la directora.

—Parker, no tiene gracia —me miró entrecerrando los ojos.

Levanté las manos en forma de rendición y sali de allí hasta el estacionamiento, tomé mi bici y pedalee a casa. Al final las clases habían terminado para mí, sería una semana larga.

Mis padres no estaban. Deje la bici en el garage y subi a mi habitación. Tomé una ducha bastante larga, lo suficiente como para que mis dedos parecieran los de una ancianita, me puse el pijama y encendí la tv.

A punto de ver Grey's Anatomy mi teléfono sonó dando la bienvenida a un mensaje.

"¿Quieres un poco de compañía Parker?"

Sonreí para contestar inmediatamente.

"Estaba a punto de ver mi serie preferida. Puedes deslumbrarme con tu presencia, Grey"

No hubo respuesta. Unos veinte minutos después un toque en la ventana me sacó de mi concentración.

Fui a ver que pasaba y me encontré a Skyler.

—¿Qué tal si abres el balcón y me dejas pasar?

—¿Qué tal si entras por la puerta como todo el mundo? —contesté con voz burlona.

—No soy como todo el mundo pequeña —dijo y esa frase me llegó al alma.

—Bien, si te pasa algo será tu problema.

Abrí las puertas del balcón. Cinco minutos después una cabellera roja lacia se asomaba por el balcón.

—Debo admitir que pensé que caerías —dije.

—Muy graciosa. Pero, para tu suerte, estoy de una pieza.

—Egocentrica —dije rodando los ojos.

Escuché que reía y luego sentí la cama hundirse a mi lado. Se estaba quitando los zapatos. Acabó y se acostó quitándome un poco de cobija.

—¡Oh, no puede ser! —gritó

—¿Qué sucede? ¿Estás bien? —pregunté asustada.

—Grey's Anatomy es mi serie favorita también.

—Que casualidad —dije sorprendida. Ella no parecía las chicas a las que le gustan esas series.

—¿Quién es tu personaje favorito? —preguntó.

—Arizona. Se que es extraño, pero ella es tan fuerte. ¿Quién es el tuyo?

—Creo que es más que obvio que Meredith Grey. Somos hasta familia —bromeó.

Una carcajada salió de mi garganta. Nunca nadie me había hecho reir tanto como ella.

—¿Tienes hambre Grey? —pregunté en un susurro antes de dar play al capítulo.

—Podríamos preparar unas palomitas —contestó.

Asentí y bajé de la cama. Cuando recordé que andaba en pijama ya era tarde porque Skyler reía sin parar.

—Tu pijama es alucinante —dijo riendo.

Llevaba un pijama rosa con brillo y unicornios por todas partes.

—Seguro tú eres de las que utilizan pijamas blancas que parecen de hospital mental —dije molesta.

—Relajate pequeña. Prometo enseñarte mi pijama esta noche.

Bajamos las escaleras hasta la cocina. Tomé el paquete de palomitas y las puse en el microondas mientras ella tomaba asiento en la barra delante de mi.

Saqué unas coca colas y le dí una.

—Te pareces mucho a Arizona ¿sabías? —dijo.

—¿Ah si?. Demuéstramelo.

Se paró, rodeó la barra y se detuvo frente a mí.

—Eres rubia, con el pelo como el suyo. Ojos verdes y un corazón especial.

—Ella tiene los ojos azules, yo castaños—dije perdida en su mirada.

—Es lo único que las diferencia

—Tu pareces Addison —dije dándome cuenta que estábamos cerca, otra vez.

—Me parezco a Satanás. Me encanta —reí y tomé un mechón de cabello para ponerlo detrás de su oreja.

—Cabello rojo, valentía y seguridad. Eres totalmente Addison.

—Ella también tiene los ojos azules —dijo

—Es lo único que las diferencia —repetí sus palabras en un susurro.

Estábamos tan cerca otra vez. Nos mirábamos a los ojos y luego a los labios. Estaba decidido. Nos ibamos a besar, pero el pitido del microondas sonó haciendo que nos separáramos.

Preparé un bool de palomitas, las dos bebidas y subimos otra vez.

Veíamos la serie animadas, comentábamos partes graciosas y opinábamos como toda unas doctoras. Las palomitas se acabaron y Skyler se quedó dormida. Apagué la tv, iba decidida a levantarme para dejarla dormir pero hizo un movimiento y me dejó helada. Su mano se aferró a mi cintura y una de sus piernas se posó entre las mías. No podría escapar por lo que me deje llevar y dormí yo también.

Bailando bajo las Estrellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora