Capítulo 5

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Ada

Subí las escaleras y escuché el ruido de la puerta indicando que se había marchado. Entré al baño, tomé una ducha relajante pero rápida y salí a secar mi cabello. Lo arreglé suelto con unas hondas en las puntas. Odio el maquillaje asi que tan solo resalté un poco mis pestañas. Llevaba al menos 15 minutos decidiendo que ponerme. No podía ir con una sudadera, se supone que es una cena y la familia de Skyler es sumamente millonaria.

Encontré en el fondo del armario un vestido que mamá me compró cuando cumplí los dieciséis.

—Supongo que este será —dije sacándolo.

Era blanco, estrecho en la cintura y abajo ancho al estilo princesa, hombros destapados, dos dedos por encima de la rodilla. Miré mis manos en el espejo y supe que ya no era tan buena idea. Era un desastre de heridas horribles y nadie de ellos tenía que verlo. Así que pasé otros treinta minutos tapando cuidadosamente cada una de esas marcas con base adecuada a mi color de piel.

Sentía que iba corta de ropa, pero era bastante elegante y sofisticada para la ocasión.

El timbre sonó, baje las escaleras y abrir la puerta.

Mi boca quedo ligeramente abierta y puedo jurar que casi babeo. Frente a mi se encontraba Skyler, con un vestido rojo vino que se ajustaba a sus curvas, tacones negros y un maquillaje de noche.

—¿Nos vamos? —preguntó riendo.

—Claro —contesté extrañada.

¿De que se reía? ¿De mí?

Mi inseguridad interior me decía que estaba burlándose de mí, que el vestido quedaba horrible y necesitaba maquillaje. Tomé mi chaqueta y estaba a punto de salir cuando comenzó a reírse mas fuerte.

—¿Piensas ir asi?

—Si. ¿Tengo algo mal? —dije a punto de llorar.

—No llevas zapatos

Mis ojos se abrieron como platos, miré mis pies y vi mis falta de calzado. Mis mejillas se pusieron rojas y Skyler solo reía.

Subí las escaleras apresurada y sumamente apenada. En mi habitación, bajo mi cama estaban mis zapatos, unas sandalias blancas con un broche de diamantes pequeños en el tobillo.

Bajé otra vez y ya habia parado de reírse.

—¿Nos vamos Cenicienta? —dijo burlona.

Entrecerré los ojos y le enseñé la lengua como una niña pequeña. Salimos, cerré la puerta y ella abrió caballerosamente la del copiloto en su lujoso auto. Murmuré un gracias apenada, no estaba acostumbrada a este tipo de atención. Solo he tenido dos relaciones y ningumo era muy amable que digamos.

La pregunta es ¿Por qué comparo a Skyler con mis anteriores novios?

Sacudí la cabeza para eliminar esos pensamientos, los nervios estaban podiendo conmigo.

¡Inhala, exhala!

Me decía mentalmente

¡Venga, otra vez! ¡Inhala, exhala!

De reojo veía como Skyler me miraba preocupada. Había subido al auto, pero no arrancaba esperando a que me calmara. Mi vista comenzaba a nublarse, un dolor se extendía por mi pecho, mis manos temblaban ligeramente. Sabía lo que sucedía y al parecer ella también. Tomó mi cara entre sus manos, me miró fijo y comenzó a hablarme.

—Ada, mírame. Estoy aqui. Vas a estar bien.

Mi respiración se cortaba, los sollozos comenzaron.

—Toma mi mano —dijo mientras la extendía hacia mi.

Bailando bajo las Estrellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora