Capítulo 12

20 3 0
                                    

̶  ¿Em... em... emba... embarazada? –preguntó sin aliento y sin moverse de su sitio.

̶  ¡Jesús, Regi! Pide a Daniel que nos envíe un taxi enseguida. ¡No hay tiempo! –reclamé mientras presionaba mi abdomen.

Regina salió corriendo del baño y dio el aviso a nuestro portero. Yo, como pude, me incorporé, limpié y salí del baño. Tomé mi teléfono y llamé a Elizabeth. Contestó al tercer tono.

̶  Gabri, what happens?

̶  Eli... –callé, tratando de ahogar el sollozo que venía amenazando por mi garganta– Eli... I'm going to the hospital... I believe I'm pregnant and I'm suffering a miscarriage. –el sollozo salió finalmente.

̶  What??? –gritó– I'll be there in twenty minutes!

̶  Thanks. –colgué.

̶  Gabri, el taxi estará aquí en dos minutos. Bajemos. –asentí– Tranquila, todo estará bien. –me habló con cariño y yo negué, limpiándome las lágrimas– Hablaremos cuando salgas del hospital... –me dijo mientras me ayudaba a caminar.

̶  No me he acostado con nadie, si es lo que estás pensando. –primero me miró un poco escéptica, pero después lo hizo con ternura– Te dije que nunca te he sido inf... –me interrumpió.

̶  No estoy pensando nada. Sé que siempre hay una explicación. –me dio un leve apretón en el brazo.

̶  Fue por inseminación, Regina. Cuando me pediste el divorcio y nos separamos, perdí toda esperanza contigo y decidí seguir con mi vida. Empezar una nueva vida. Sé que no querías tener más hijos conmigo... –admití cabizbaja– ...pero yo no quería que Loreen fuese hija única, que no tuviera hermanos como tú o yo, así que tomé la decisión de tener otro hijo del mismo donante que usamos con ella. –ella abrió los ojos como platos– Fue en la recta final de mi recuperación cuando decidí someterme al tratamiento. Nina me acompañó a la clínica. –exhalé– Puedes preguntarle. –negó– En dos semanas tenía cita con el doctor Johnson, mi ginecólogo.

̶  ¿Por qué no me lo dijiste antes?

̶  Pensé que no estaba embarazada. Antes de venir a España me hice dos test y salieron negativos... –sollocé de nuevo al recordar todo el alcohol que bebí en el club cuando salí con Elizabeth.

̶  Está bien, cálmate. Hablaremos de todo más tarde, ¿vale? –me dio un beso en la cabeza– Primero iremos al hospital para asegurarnos de que tanto tú como el bebé están bien. –asentí, aunque sabía que no era así.

Cuando llegamos abajo, el taxi nos estaba esperando. Regina me ayudó a subir y luego subió ella, pidiendo que nos llevara rápidamente al hospital. El taxista no perdió tiempo y aceleró. Juraría que incluso incumplió algunas normas de circulación, siempre y cuando no significara que pondría a personas en peligro. ¿Por qué estaba el hospital tan lejos? Estaba a menos de 15 minutos de nuestro hogar, pero pareciera que estaba a horas y horas de distancia. Cuando llegamos, Regina pagó al taxista y nos bajamos. Al entrar, unas enfermeras se acercaron a mí y me ayudaron a sentarme en una silla de ruedas. Mientras rellenaban rápidamente una ficha con mis datos personales, Elizabeth llegó junto a su esposo y los niños. Loreen corrió hacia nosotras y nos abrazó, llorando.

̶  Mrs. Cruz, only one person can take you. –asentí.

̶  Regina, quédate con Loreen. –se sorprendió.

̶  ¿Qué? –exclamó– No pienso quedarme aquí y dejarte sola.

̶  Cariño... –tomé su mano– Loreen está muy asustada. –miró a nuestra hija, quien no dejaba de llorar– Y aunque entraras, no entenderías ni una palabra porque no hablan tu idioma. –asintió, rendida– Eli, ¿podrías acompañarme?

Pasado, presente y futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora