Capítulo 1 En el que se encuentran

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— Condenado viejo, me deja salir hasta que termina de contar moneda por moneda — refunfuñó pateando una lata de refresco.


— Todo me sale mal — metió las manos a las bolsas de su sudadera por el frío que hacía.Esperaba no morir congelado, estaba nevando y solo lo cubría esa ligera pieza de ropa sobre su camiseta.


— Mierda, debo prestar más atención — pateó la lata haciendo que se fuera al callejón.Fue en ese momento que escucho un ruido, seguido de un maullido quedito, decidió buscar de dónde venía, cuando lo vio.


Un gato con pelaje negro que brillaba — Ven gatito tteba — se puso de cuclillas para poder acariciarlo, el minino con temor se acercó.


Al sentir la mano del rubio sobre su cabeza, se restregó en ella, incluso parecía que sus ojos brillaron en cuanto lo vio.


— No te puedo deja aquí solo tteba — se quitó la mochila para saca el chaleco de la tienda — No te voy a hacer nada — lo arropó con la tela, metiéndolo en la mochila, la cual abrazó tiernamente para irse al departamento.


Al llegar calentó un poco de leche sirviéndole en un pequeño plato — Acércate, no tiene nada malo — se alejó un poco, no quería hostigar al gatito.


Le sorprendió que lo siguiera por todas partes, el gato de su madre siempre lo rasguñaba aunque supiera quién era.


— Supongo que nos podremos hacer compañía porque no creo que quieras irte con nieve en las patas — se rió de si mismo por estar hablando con un gato.


Se retiró de la mesa para hacerse de cenar, no tenía ganas de nada así que solo un sándwich.— Ven vamos a dormir tteba — cargó al felino llevándolo hacia su habitación, acomodo un par de sábanas para formar una cama mullida.


— Ahí puedes dormir... — dijo volteando a todas partes, solo para encontrarse al gato en su cama.


— Oye ya te hice una cama, esa es mía — caminó directo hacia él; cuando estuvo por tomarlo del lomo ver sus ojos brillosos le hicieron desistir — De acuerdo pero solo por hoy.


Tomó un cambio de ropa y se metió al baño para ducharse, no tardó demasiado y cuando salió, le dió ternura el gatito, hecho bolita temblando en la cama.


Si era así de insistente, lo adoptaría, no tendría corazón para dejarlo a su suerte a mitad del invierno.


Se recostó en la cama, había algo en ese pequeño animalito que lo incitaba a no dejar de verlo, se quedó dormido pensando en cuál sería la razón de eso.


Por la mañana se despertó al sentir algo pegado en su pecho, apenas pudo abrir los ojos cuando se encontró con el gato de frente, estaba apoyado en su pecho y su rostro muy cerca del suyo.


— ¿Buenos días? — murmuró confundido por la intensidad del felino, levantándose con cuidado.


— Hoy solo voy al trabajo ¿Vas a querer que te compre croquetas o algo? Tal vez atún— se sentía raro hablándole al gato, pero sabía que de cierta forma le entendía. Aún así, lo dejo pasar y fue a colocarse el uniforme.


La mirada confundida de la mini pantera lo dejo de igual forma ¿Que comía entonces? — Como sea...tengo trabajo así que ven — tomó al gato y lo cargo como si fuera un bebé.


Cerró todas las puertas y ventanas, encendiendo la tele con bajo volumen — Usted se va a quedar aquí quietecito — sirvió leche en el tazón — Cuando vuelva tendrás algo mejor, nos vemos gatito — acarició su cabeza y salió de la casa.


Caminó lo más rápido que pudo, lo bueno es que la tienda estaba a la vuelta de la esquina.

El Neko del que me enamoré [NaruSasu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora