Capitulo 11 Historia de una familia

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Parecía que Naruto cada vez estaba más angustiado con el trabajo, había ovaciones en las que solo llegaba y se dormía, claro que esto lo entendía el azabache a la perfección, no le era difícil saber que ya estaba cansado así que lo ayudaba en lo que podía.

No había tenido tipo para hablar con él pero estaba pensando seriamente en como conseguir dinero.

Si esa era la razón por la que Naruto yacía tirado en el sofá roncando, trataba de conseguir la casa que habían hablado, había un fraccionamiento bastante cerca del hospital y el rubio se empeñó en comprar una de esas; según le explicó a Sasuke, sería perfecta.

El azabache caminó hacia el cuarto del bebé para llevarlo con su padre, se sentó en el suelo, frente al sofá con el pequeño en brazos admirando con atención al rubio, meneando la cola negra de un lado a otro, al igual que el crío.

— Parece que va a dormir hasta mañana — dijo en voz baja quitando uno de los mechones de cabello que le caían en la cara — intentó tener un balbuceo o un sonido de parte del bebé pero ya había caído dormido.

Escuchó la puerta por lo que de inmediato escondió sus orejas y cola, dejando a Menma en una cuna improvisada de cojines para abrir la puerta.

— Hola ¿Se encuentra Naruto? — preguntó una chica de cabello rosa acompañada de otra que más bien parecía esconderse del azabache.

— Sí...¿Quién lo busca? — preguntó alxando una ceja con intriga.

— Ah, lo siento, yo soy Sakura Haruno y ella Hinata Hyuga — señaló a la otra chica — Venimos a dejar sus cosas, dijo que tenía urgencia de llegar a casa que olvidó todo — le entregaron las pertenencias del rubio al azabache, estando a punto de retirarse escucharon un quejido.

— ¿Es el bebé? — preguntó Hinata; todo el mundo estaba al tanto que el nuevo, era padre, pero de ahí, su vida privada era casi como un misterio.

Por lo menos ahora las chicas sabian que era cierto eso de que su pareja era todo perfección, a sabiendas que el rubio estaba con un doncel, Sakura no evitó tener un flechazo con él.

— Lo sentimos, ya nos vamos — se disculparon y dieron media vuelta para marcharse, cosa que a Sasuke le resultó extraño la actitud de ambas.

Acomodó las cosas del rubio a un lado y fue corriendo hacia su bebé — ¿Qué pasa? Ensuciaste tu pañal de nuevo, tienes hambre o te duele algo — lo llevó hacia su habitación y se quedó ahí tranquilizandolo.

Esperaba que esos llantos no hubiesen despertado a Naruto, pero hasta ahí podía escuchar como roncaba.

— Parece que tenemos un oso — regreso con más calma a la cocina empezando la comida, si era cierto que no le gustaba demasiado hacer los quehaceres,no tenía de otra, no conocía a nadie, Naruto trabajaba, si lo pensaba a fondo, no estaba tan mal.

Mientras cocinaba tarareaba algo para mantener a Menma distraído, no tenía que alzar demasiado la voz, tenía orejitas de neko, así que aunque no quisiera escuchaba todo.

— Maldición, mis cosas ttebayo — grito elrubio, haciendo chillar al pequeño.

— Naruto, tus cosas están ahí — señaló el azabache la mesa del recibidor, intentando calmar al nekito.
— Menma, perdón — se acercó Naruto a paso lento para hacerse cargo el — No sabía que estabas dormido — lo cargo empezando a mecerlo, dando suaves palmadas en su espalda.

— ¿Cómo aparecieron aquí? Creo que las dejé en el hospital — murmuró confundido, estaba seguro que eso fue lo que había pasado

— Lo trajeron unas tipas, una de cabello rosa y otra que parecía callada — alzó los hombros volviendo a sus labores poco disfrutables.

— ¿Sakura? — se preguntó a si mismo — Sí, creo que ellas si sabían donde vivía — Creo que ellas te agradarían....no, nadie te agrada.

— No vivo para agradarle a la gente, ni que fuera moneda de oro — alzó los hombros quitándole importancia a ese asunto.

El rubio guardo silencio, no sería bueno discutir con Sasuke, no quería pasar toda la semana durmiendo en el sofá.

— Oye teme — lo llamó viendo como se erizaba el pelo de su cola, escuchando como lo llamaba usuratonkachi con molestia — ¿Que te parece si está semana vamos a ver la casa? Seguro que te gusta.

— ¿No tienes que ir al trabajo? — preguntó con curiosidad.

— Tengo vacaciones nene — alzó las cejas de manera pícara haciéndolo reír — Por cierto, ¿Querías decirme algo desde la semana pasada no?

— Sí, pero no sé si te agrada la idea — se cruzó de brazos pensando un poco.

— Dime — alzó al pequeño frente al rostro del Uchiha para convencerlo.

— Bueno, la otra vez dijiste que les habías dado un poco del almuerzo que te preparé la otra vez ¿Estaría fuera de lugar si preparo cosas así y las vendo? — preguntó indeciso.

Esperaba la respirat de Naruto pero parecía estarlo pensando con detenimiento — Pues no es mala idea pero ¿Dónde las venderías? — cuestionó ahora.

— No sé, tu eres el que sabe, apenas y entiendo cómo preparar la comida — se defendió con una especie de queja.

— Pues como quieras, pero casi todos compran comida empacada o congelado — no le iba a dar falsas esperanzas, así que mejor le decía las cosas como eran.

— Bueno, lo intente al menos — exclamó inflando una mejilla inconforme — la verdad ya sabía que esa respuesta era la más acertada.

— ¿Porque el interés? — dejo al pequeño en su hombro tratando de hacerlo dormir, pero parecía que se notaba, solo veía la pequeña colita negra menearse de un lado a otro.

— Quería ayudarte a conseguir dinero, eso es todo — admitió como si nada.

— Sasuke, eso no es necesario — se acercó hasta acorralarlo contra la nevera — ¿Es porque he estado ocupado ¿cierto? — lo vio asentir.

— No te preocupes por eso, ya estaré más tiempo con ustedes, ya tengo lo necesario ttebayo — usó una de sus manos para tomar su mejilla y plantarle un beso en los labios.

— ¿Entonces para qué?

— Ya te lo diré luego, mientras —  se acercó a su oreja de neko para susurrar en ella — Tu periodo de celo empieza mañana ¿O me equivoco?

— intentó tener más acercamiento al azabache pero el quedjido de Menma los saco de la atmósfera de amor que se había formado entre los dos.

— Ya ves, bebé no quiere — Sasuke se escapó de su arrinconamiento.

— ¿Entonces no haremos nada? — preguntó con un desaire

— Claro que sí, pero tú clon se debe dormir temprano — sabía que eso era difícil, pero soñar no costaba nada.

— Le puedo dar jarabe para la tos — dijo algo pensativo.

— Cuando dije dormir no me refería a eso — lo golpeó con el cucharón en la cabeza — No le vas a dar nada de eso a mí bebé.

— ¿Cómo que TU bebé?

— Disculpa, pero yo engordé, tuve cambios de humor, no me podía agachar, y lo parí en la cama sin anestesia ni ayuda — puso las manos sobre su cadera.

— Para la próxima prometo si estar contigo en el parto — le sonrió para tranquilizarlo — Mientras hoy preocúpate de que no dormirás en dos días con tu celo — lo besó y se dio la vuelta para hacer un nuevo cambio de pañal.

Una ve en el cierto del bebé, lo recostó mirándolo desafiante — Escúchame Menma, mañana mami Sasuke y yo nos vamos a ocupar mucho, y necesito que no llores, tengo como dos meses sin nada, y tú no me lo vas a impedir — no sabía si le entendió o no, pero dejo todo en claro.

El Neko del que me enamoré [NaruSasu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora