Capítulo Final

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Los días eran tranquilos, ni Sasuke ni Menma salían de la casa, el azabache decía que le incomodaba estar rodeado de gente así que solo corria la persiana para que entrara la luz por la ventana.

Tampoco había problema con el bebé, se dormía casi toda la tarde, casi siempre despertaba al escuchar la voz del rubio cuando llegaba del trabajo, rara era la ocación en que eso no ocurría.

No faltaron los vecinos que llegaban a la casa para darles la bienvenida aunque ya tuvieran casi tres meses viviendo ahí.

— ¿Hola? — preguntó al aire cuando escuchó la puerta ser tocada con insistencia.

Guardó silencio unos momentos alzando las orejas; gesto que fue repetido por el pequeño.

— Odio que hagan eso — se levantó del suelo en donde se encontraba sentado junto al nekito escondiendo sus orejas y cola — ¿Porqué carajo si pregunto algo nadie contesta? — dijo molesto yendo a abrir a puerta con brusquedad — ¿Qué....— se interrumpió cuando notó eran un par de niñas pequeñas — ¿Qué ocupas? — cuestionó con pena, después de haber gritado.

— ¿No quieres comprar galletas de chispitas? — preguntó una de ellas ofreciendo una caja hacia el Uchiha.

— Ah.... no me gusta el chocolate — murmuró en voz baja — Bueno dame una — se volvió hacia el interior de la casa buscando el dinero; tardó unos momentos hasta que lo encontró — ¿Cuánto es?

— Lo que guste, son para el refugio de mascotas abandonadas — le comentó con una gran sonrisa.

—De acuerdo — tomó dos billetes y se los entregó.

— Gracias, que tengas lindo día — se dieron la media vuelta para irse, caminando junto a una mujer que estaba de pie sobre la acera.

Escuchó un pequeño quejido antes de cerrar la puerta — ¿Te pasó algo? — preguntó arrodillándose junto a él.

— No, todavía no puedes comer de estas, hasta que estés más grande — le dijo con una sonrisa acariciando su mejilla y esas curiosas marcas que heredó del rubio.

— Creo que esto se lo puede comer tu papá — alzó los hombros siendo visto con los enormes ojitos azules — ¿Qué porqué lo compre? — se quedó callado, pensando en esa respuesta — Pues creo que porque dijeron que para mascotas abandonadas.

Menma estiró su mano hacia el azabache para alcanzarlo — Pues si no lo sabías gatito gordo, yo era callejero, por así decirlo, tu papá me encontró hace dos años cuando estaba nevando, ni yo, ni tú estariamos aquí si me hubiera muerto congelado — se meció levemente.

Se quedó platicando con el bebé, sabía que no le entendía nada pero tampoco le apetecía salir a convivir con la gente, hasta que lo hizo dormir se levantó del suelo para llevarlo a dormir al cuarto.

La casa no era tan grande pero el silencio que la inundaba en el momento, era bastante agradable, no había mas que las respiraciones de los nekos o eso hasta que el rubio entró gritando su llegada.

— Oye, Menma se acaba de dormir — se quejó el Uchiha bajando por las escaleras.

— Perdón tteba — sonrió nervioso caminando hacia el Uchiha para cargarlo por la cintura y llevándole a la estancia — Te extrañé — murmuró contra la piel nivea de su cuello.

— ¿Qué te parece si es mejor en un par de meses? — preguntó sujetandolo por los hombros.

—¿Por qué? — indagó confundido por la respuesta de su pareja — ¿Vas a entrr en celo de nuevo? — formó un puchero, sabía que eso quería decir no dormir.

— No, ¿te acuerdas del día de la mudanza? — el rubio asintió — Que lo hicimos en el baño, y luego en el cuarto — volvió a afirmar.

— No me digas ¿Estas embarazado? — preguntó incrédulo; no necesitó que Sasuke le respondiera con algo, la sonrisa que le regaló fue suficiente para sentarse en el sofá con el Uchiha sobre sus piernas.

— Creí que solo estaba hinchado por la mañana pero me empece a sentir mal, como con Menma.

— Entonces, volveremos a ser padres — tomó una de las mejillas de Sasuke para darle un beso — No tienes idea alguna de como me haces feliz tteba — invirtió la posición, dejando a Sasuke de espalda contra el sofá sin dejar de besarlo.

— Lo dices todo el tiempo — fue su turno de besarlo, quedándose en una maravillosa atmósfera que parecía ser de color rosa.

— No puedo creer que estemos siendo cada vez más — se rió tontamente corriendo la persiana para cerrarla.

Si, otro hijo era algo apresurado, pero que más daba si ambos podían hacerse cargo a la perfección; nada que les impidiera tener y críar las criaturas que ellos quisieran tener.

Su amor era real, algo natural ; ¿Quién decía que tenía que haber una ceremonia para que estuvieran casados? Ellos lo estaban, sus sentimientos eran lo que realmente les importaba.

El azabache llegó a termino del embarazo en una situación parecida a la de Menma, con la diferencia que en este parto no estuvo solo, fue Naruto quien lo ayudó en todo momento; soltó una gran risotada cuando vio que la pequeñita que el Uchha acababa de parir tenía una colita naranja esponjada alrededor de su cuerpo.

— A este paso nunca tendremos uno como yo — lloriqueó Naruto cargando a la bebé.

— Idiota mentiroso, si Menma se parece a ti y la bebé tiene el color de tu cabello —aclaró cruzandose de brazos aún agotado por el desgaste que implicaba parir en casa,

— Bueno tienes razón — se acercó a Sasuke para que cargara a la niña mientras le daba un beso en los labios — Te amo tanto, mi neko.

— También te amo, tonto.

El Neko del que me enamoré [NaruSasu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora