Helado de plátano y fresa {4}

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Salí a correr por la mañana temprano para despejar la cabeza y darle vueltas a un tema que llevaba días rondando por mi cabeza.

-Voy a buscar curro -Dije cuando salí de la ducha. Jonathan me miró extrañado.

-¿Tú? ¿Buscando trabajo? -Asentí con la cabeza -Pero si tus padres te dejaron una pasta cuando la palmaron.

-Jonathan, todos trabajáis, menos Will porque no tiene edad. Me siento inútil, voy buscar trabajo y no me lo vas a impedir -Quería trabajar y seguir estudiando para ir a la universidad. Odiaba sentirme inútil, quería trabajar, sentir que podía tener dinero por mí misma y no por la herencia de mis padres.

-Llévame al centro comercial -Le pedí. Solo quedábamos nosotros en casa, ya que Will se fue a dormir a casa de Mike la noche anterior.

-Ya lo entiendo, tú quieres trabajar allí para estar más cerca de Harrington -Me sonrojé.

-¡Calla! Quiero trabajar porque me da la gana ¿vale? -Él aceptó y nos subimos en su coche. Me llevó hacia el centro comercial.

-¿Habéis vuelto a hablar? -Preguntó cuando paró la música de la radio.

-Si, anoche me llamó -Él me miró -No hagas eso, por favor.

-¿El qué? -Volvió la vista hacia la carretera.

-Mirarme así, no me gusta que lo hagas

-¿Como te he mirado?

-Con pena, no lo hagas. Es la misma cara que pusiste el día de la fiesta de halloween.

-Lo siento, Grace, pero no quiero que te lo vuelva a hacer, ese día le odié como hacía mucho que no lo hacía.

-Teníamos dieciséis, Jonathan, ahora dieciocho, algo hemos madurado -Miré por la ventanilla.

No volvió a decir nada más. Cuando me dejó en el centro comercial se despidió con la mano y yo fui preguntando local por local si necesitaban empleada en algún sitio.

Llevaba dos horas y me habían rechazado en casi todos los locales, menos en un restaurante de comida rápida, que me habían dicho que ya me avisarían.

-¡Grace! -Steve salió del baño del centro comercial justo cuando pasaba por allí.

-Hola, Steve -Me acerqué a él.

-¿Qué haces aquí? -Le expliqué que estaba buscando trabajo para el verano y que estaba esperando a ver si me llamaban para el restaurante. Él tuvo que volver a trabajar y yo aproveché para dar una vuelta por allí.

Después de la hora de comer me presenté en scoops. Quería comerme un helado y, por supuesto, ver a Harrington. Cuando me acerqué al mostrador él me atendió.

-¿Helado de platano y fresa, verdad? -Dio por supuesto y acertó. Era mi helado favorito y el que compartimos la noche que él y Nancy lo dejaron.

-Aún te acuerdas...

-Hay muchas cosas tuya que todavía sé -Sonreí. Sonreímos.

Me dio el helado y pagué, fue a hablar con Robin y al minuto se acercó a mi mesa preguntado si podía sentarse conmigo. Obviamente le dije que sí.

-Me han cogido -Dije tras meterme una cucharada de helado en la boca. Él me robó la cucharilla para probar de mi helado.

-¿Cómo? -Dijo con la boca llena. Me reí de lo ridículo que parecía en ese momento.

-Que me ha contratado en el restaurante de aquí abajo.

-Eso es genial, Grace -Sonrió. Me quedé mirándolo.

-Te queda bien es gorro ridículo.

-Que va, pierdo todo mi encanto. No sé aprecia mi pelazo.

-Tú pelazo no es lo más encantador de ti, Harrington -Nos quedamos en silencio comiendo helado -Te vas a reír, si tu uniforme es ridículo espera a ver el mío. Tenemos que ir de cabaret.

-Estoy deseando verte así vestida -Reímos hasta que nos dolió la tripa. Hablamos de tonterías y comentamos las mejores anécdotas que teníamos juntos.

-Siento romper este momento romántico tan bonito, pero hay alguien que se está meando y necesito que alguien atienda -Me sonrojé y tras despedirme de ellos y salir del centro comercial, me acerqué a una cabina y llamé a casa de los Byers, nadie cogió. Con razón, estaban todos ocupados.
Suspiré y empecé a andar hacia la casa de los Byers. Había un trecho bueno hasta allí, pero así podría pensar. O eso pensé yo.

Un coche se paró al lado mía y deduje al momento de quien era aquel coche azul eléctrico. El dueño bajó las ventanillas y yo me asomé a la del copiloto.

-Lee, ¿qué haces por aquí sola?

-Pasear ¿no lo ves?

-Sube anda, que parece que va a empezar a llover -Accedí a que me llevara a casa. Subí al coche y cerré la puerta tras de mí.

-Gracias -Dije mientras me ponía el cinturón. Billy no quitaba la vista de mí.

-Algún día podríamos repetir -Dijo arrancando el coche de nuevo.

-Algún día, sí -Sonreí. Se encendió un cigarro mientras conducía y puso su mano sobre mi pierna, como la última vez, pero esa vez ya no me incomodó.

-¿Qué hacías aquí sola? -Y dale con lo de estar sola, estaba sola porque me daba la gana.

-Voy a empezar a trabajar aquí, en un restaurante de comida rápida. Pasado mañana empiezo

-Que casualidad que, justo estaba pensando en que pasado mañana tengo que ir allí cenar. ¿No estarás tú por ahí casualmente? -Me reí.

-Que idiota eres, Billy -Rodeé los ojos y seguí riendo. Cuando llegamos a la casa de Byers aparcó y tras quitarme el cinturón me despedí de él.

-Nos vemos -Sonreí.

-Iré al restaurante. Espero que haya especial de la casa -Me miró pícaro y yo me puse roja cual tomate.

-Déjate de tonterías, Hargrove. A ver si te pillo por la piscina algún día -Salí del coche y entré a casa de los Byers.

Cerré la puerta tras de mí y vi en el salón a Hopper con Joyce.

-¿Quién era ese chico? -Preguntó Hopper.

-Billy, el hermano de Max.

-Ah sí, Billy Hargrove. Es un piezas, la comisaría es como su segunda casa -Comentó.

-¿Está Will en casa? -Pregunté cambiando de tema. Joyce me dijo que estaba en su habitación y fui para allá.

Toqué a la puerta antes de escuchar un: entra. Abrí la puerta y la cerré detrás de mí.

-Hola, Grace -Sonrió.

-Hola, Will -Estuvimos un rato charlando y luego me fui a la habitación de Jonathan a escuchar música.

En el radiocasete se reproducía Every breathe you take de The Police y recordé aquel baile. El baile de invierno. Como Mike y Ce bailaban, la tristeza de Dustin al ver que era el único que estaba solo hasta que Nancy apareció y bailaron juntos, el momento en el que me fui de aquella fiesta con Steve a su casa, como dormimos aquella noche que se hizo jodidamente corta a su lado...

Suspiré, llevaba demasiado tiempo enamorada de él, de alguien que no se daba cuenta de lo que pasaba, que pensaba que éramos amigos que se atraían sexualmente y nada más. Ojalá fueran así, las cosas serían más fáciles.

Me quedé dormida escuchando esa canción, no bajé a cenar, ni siquiera pensé en la llamada de Steve ni en esperar a Jonathan para contarle que al final si había conseguido curro.

i'm not yours {Steve Harrington}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora