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Toqué al timbre de casa de Max bastante nerviosa.
-¿Grace, que haces aquí? -Preguntó sorprendida cuando abrió la puerta.
-¿Tu hermano pasó esta mañana por casa? -Fui directa al grano.
-No lo sé, anoche se marchó pero no sé si ha venido -Me pasé las manos por la cara nerviosa -¿Qué pasa? -Preguntó seria.
Le conté la breve llamada de esa noche, intenté buscar alguna explicación pero cada vez me volvía más loca. Justo en ese momento apareció por allí Eleven, nos quedamos mirándola sin decir nada hasta que se acercó. La saludamos y ella nos devolvió el saludo.
-¿Podemos hablar? -Max asintió y Eleven subió tras ella a su habitación.
-Yo me voy, nos vemos chicas -Dije.
-No, sube con nosotras -Dijo Max. Me conocía bien y sabía que seguía dándole vueltas al tema de Billy. Al menos, si estaba con ellas, dejaba de pensar en eso un poco.
Ce empezó a contarnos que creía que Mike le había mentido, le había dicho que su abuela estaba enferma pero no sabía si era cierto. Tenía la sensación de que estaba ocultando y eso la enfadaba.
-Todos los tíos son así -Me quejé.
-Estoy segura de que Lucas y él están jugando al Atari -Dijo Max.
Eleven se la quedó mirando sin entender nada.
-Ignoralé. Deja de responder a sus llamadas, que pruebe de su propia medicina.
Mientras ellas hablaban me levanté de la cama de Max y fui hacia la habitación de Billy.
-¿Qué le pasa? -Escuché como Ce preguntaba a Max cuando me vieron entrar.
-Está rayada por algo de Billy -Se limitó a decir.
-¿Son... novios?
-Es algo raro.
-No somos nada. Solo amigos -Dije desde la habitación de Billy.
