• Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 𝟦

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ENVUÉLVEME EN TU BELLEZA

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CONRAD

Conrad  O'Connor  se  encontraba  en el despacho de Viktor Bartholy,  esperando   el   momento   en   que  este llegará   con  su hija. En   toda   su   larga  existencia  jamás  se  imaginó  que   un   día   haría  alianza con  quién  hasta  hace  algún  tiempo, era su enemigo. De  hecho,  siempre  imaginó  que  tendría que luchar a muerte,  para  asumir  el  liderazgo del Arcano.

Sin embargo Amelia era una mujer sumamente  inteligente  y persuasiva. Sonrió Para sí mismo, al recordar como su madre le expresó su idea. No había duda  era  un  magnífico plan. Y sería beneficioso para ambas familias.

Por  un  instante la mirada del original se perdió en la contemplación del inmenso jardín de la familia Bartholy, el cual era bañado por rayos de plata. La  luna brillaba envuelta en un halo de luz . Ni  si quiera  el  aura de los originales que estaban en el salón  podían opacar esa fuerza que procedía de ella.

Los recuerdos de su antiguo amor se  hicieron  presentes  en su mente. Ya  no  tenía  nada  que  perder, su  alma  y  su corazón  se  habían  ido con ella.  Así  que un trato no significaba nada, no sentía nada, ni quería hacerlo.

Su  pensamiento  se   vio  interrumpido  por unos  pasos  acercándose,  inspiró   profundo    y    colocó    sus manos  en    los   bolsillos   de   su  pantalón. Escuchó   como   se abría  la   puerta.  Se  giró  al  escuchar la  voz  de  Viktor y  se  encontró  de  frente  con un  par de  ojos  altivos  y retadores de un color ámbar casi dorado.   Además   la   posedora  de  estos hermosos ojos,  le  pareció extremadamente   deslumbrante.  Su  cabello  rosa,  le aportaba un aire  casi  místico. No pudo aparta la vista por algunos segundos.

Lorie   Bartholy   era   un   caso   especial,  todos   lo   sabían. Viktor   la    amaba    y   siempre   le  había   permitió    hacer  su  voluntad. Conrad  aún  la recordaba  arrastrando  a   ese   feo  muñeco   diabólico   con    el  que   jugaba   al   ahorcado  en   el  pasillo  de  la  sala  de reunión  de  los arcanos.  Y  a  ese  vampiro  llamado  Nicolae   tratando  de  controlar  sus rabietas.

«Esperemos que hoy, la señorita  no sé comporte de esa manera. ¡No me apetece  perder el tiempo, por más hermosa que sea!»

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