Pasión y Poder

• Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 𝟣𝟥 ᴘᴀʀᴛᴇ 𝟣

LUNA DE SANGRE
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Después de pasar un momento divertido, un extraño silencio se instalo en medio de los dos. Conrad le sonrió de forma traviesa.

— ¿Porque no te quitas el vestido? dijo al ver que Lorie se movía con dificultad.

Lorie se mordió el labio, no podía decirle que debajo del vestido no llevaba ropa interior, sus mejillas carmesí la delataron. No necesito decirle más, el interpretó su silencio.

— Puedo ayudarte de verdad, me pórtare cómo todo un caballero, cerraré los ojos si eso te hace sentir mejor.

Lorie lo observo con cierta duda, pero acepto y  se giró para que el bajará la cremallera de su vestido. Conrad colocó sus dedos para empezar a deslizarlo, debés en cuando sus dedos rozaban la piel de Lorie y eso la hacía estremecer . Ella podía escuchar el viento soplar, el ulular de las aves nocturnas y un aullido.  ¿Un aullido? fuerte y claro.

Sin darse cuenta, Conrad la giró para pegarla contra su pecho con fuerza, su corazón estaba acelerado y de un salto la sacó del lago. Lorie sintió como rozó la piel desnuda del torso de Conrad. Su vestido se rompió un poco. Sintió vergüenza de la situación y de como estaban. Si alguien de su familia los encontraba así, jamás creerían que solo estuvieron conversando.

Mientras ella divagaba en imaginarse que la encontrarían despeinada, mojada, con el vestido roto y la cremallera casi abierta. Conrad se dedicó a vestirse rápidamente, Lorie no se dió cuenta en qué momento dejo de abrazarla. Los ojos grises de Conrad se habían teñido de rojo.

— ¡Quédate aquí! dijo Conrad a manera de orden. El vampiro del lago había desaparecido. Su voz era fría y seca.

— ¡Yo voy contigo! dijo Lorie, ignorando lo que Conrad decía.

—¡No! ¡No quiero que me acompañes! ¡Vuelve a la mansión con tu familia! — dijo eso clavando sus ojos en los de Lorie.

Ella quiso sujetar la mano de Conrad pero el se alejo y empezó a correr en dirección al bosque. Lorie no sabía que hacer. Entonces recordó que en ese bosque un antiguo aliado de su familia solía pasearse y no representaba ningún peligro.

Lorie corrió descalza  hacía el bosque, trato de guiarse por su olfato, también intento localizar el aura de Conrad, pero nada parecía funcionar. A lo lejos escucho un gruñido de dolor y algunos gritos de furia. Logro ubicar el sitio y corrió lo más rápido que pudo, su vestido se había vuelto su enemigo. Las ramas a su paso le golpeaban la cara y las piernas, las cortadas le ardían por segundos ya que al instante sanaba. A medida que se acercaba al lugar, parecía que el corazón se le saldría del cuerpo.

Entonces una horrible visión apareció ante sus ojos, tirado en un charco de sangre estaba el lobo negro, ese mismo al que a ella le gustaba molestar, el que había defendido a sus canguros y quién  en más de una ocasión, había ayudado a los Bartholy.

«No, no puede ser dijo Lorie para sí»