• Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 𝟣𝟢

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CONFRONTACIÓN
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Lorie respiró aliviada al ver que era  Nicolae quién venía en  su  dirección,  una  pequeña  sonrisa  de  satisfacción apareció en su rostro. Pensó  para  si  misma, que por fin alguien maduro los pondría en su sitio. Estaba feliz de ver a su hermano mayor.

— ¿Que sucede? pregunto Nicolae, en tono serio.

Ni  si  quiera se  molestó  en  saludar. Solo soltó esa frase. Lorie paso en un segundo de la alegría a la preocupación. ¿Qué le sucede?

— ¡Este payaso! Tenía sus asquerosas manos en Lorie, dijo Drogo apuntando con el indice a Conrad.

A su vez, Conrad sonreía orgulloso ante la acusación de Drogo. Parecía divertirle la situación.

— ¡No te enseñaron que es de mala educación señalar con el dedo a tus mayores!—dijo Conrad, con sarcasmo.

La mirada incrédula de Lorie se paseaba de Drogo a Conrad. No  podía  creer  el  espectáculo  que  estaba presenciando. Se  suponía  que la inmadura  era  ella.  Pero según   parecía,  habían decidido dejarla en segundo lugar y ellos disputarse el primer puesto.

— ¡No, las cosas no fueron así!—dijo Lorie, en su defensa. —Sólo me ayudó a curar una herida—.

Parecía que se quería convencer a ella misma de que no habia sucedido nada.  Pero la realidad era que le había gustado la forma en que limpió su mano y como había deslizado su dedo dentro de su boca.

Nicolae frunció el ceño al escuchar la frase" limpiar una herida" y movió la cabeza para hacerle  entender que no le creía. La situación ya era bastante incomoda e inusual. Pero alguien más, quería añadir un poco  de emoción al  momento.

— ¡Es verdad Nicolae, en esta ocasión Drogo no está exagerando, cómo siempre suele hacerlo!— dijo Peter. Quién se acercó y se cruzó de brazos. Parecía que quería hacer notar su inconformidad.

— ¿Cómo que no exagere está vez? pregunto Drogo en tono molesto. Y dirigió su mirada a Peter, quién le respondió encogiéndose de hombros.

— ¿En serio? ¡Ustedes están mal, parecen....unas señoras chismosas..!  ¿Lo sabían? dijo Lorie molesta. Mientras giraba sobre sus talones, para darse la vuelta y   alejarse de ellos. Hizo algunos ademanes con las manos, como si  luchará contra un enemigo invisible.

— ¡Un momento! dijo Nicolae. ¡Lorie vuelve!

— ¿Para que Nicolae? gritó desde la distancia. Me están avergonzando. Lo que yo haga o deje de hacer no es asunto suyo. Me siento como la chica de una tragedia shakesperiana o peor aun, en una lucha entre los Medicci y los Borgia. Sólo les falta ponerse una armadura para acompletar el cuadro. 

De pronto se detuvo en seco. Cómo si un pensamiento hubiera golpeado su brillante mente.

—¡Ah!... Ya comprendo, dijo girandose en dirección a su hermanos. Se están vengando ¿no? ¿Es eso? Por lo que les hice, a esas estúpidas canguros...

— ¡Claro que no! dijo Peter ¿No es verdad que tenía tu dedo, en su boca? ¿Mentimos? preguntó.

Las mejillas de Lorie se tiñeron de escarlata y un escalofrío le recorrió el cuerpo, al recordar por un breve instante, la humedad de la lengua y los labios de Conrad. Intentó responder pero un par de ojos grises, bastante cautivadores,  la perturbaban ¿Qué habría pasado si sus entrometidos hermanos no hubieran interrumpido? ¿Qué extraña fuerza la hizo caer bajo el embrujo del original?

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